El Racing dio un beneficio de 2,3 millones por la venta de Torre

No se trata, como históricamente ha ocurrido en el fútbol, de un traspaso a final de temporada para cuadrar las cuentas. Al contrario, el acuerdo para la venta se produjo en el curso 20-21 con el Racing aún en Primera RFEF, pero se imputó por acuerdo de ambos clubes -a ambos les interesaba en lo económico- en el ejercicio siguiente, que fue en el que de hecho efectuó el Barça de desembolso. En consecuencia, el club elaboró su presupuesto consciente de este ingreso, que resultó por otra parte fundamental para que el tope salarial ascendiera hasta los 8,6 millones de euros, después revisados en invierno hasta cerca de los diez, la temporada pasada.

Sin embargo, sí ofrece una imagen distorsionada sobre el volumen de negocio del Racing en segunda División, como probablemente volverá a ocurrir la próxima temporada, al imputarse los cinco millones de euros de ampliación de capital. En este caso, además, a través de una capitalización de deuda, con lo que de facto no significará una entrada de líquido, sino una reducción del pasivo que el club tiene con su accionista de referencia, que pasará de alrededor de 24 millones a unos 19.

Sin tener en cuenta el traspaso del canterano, las cuentas del Racing arrojarían unas pérdidas de 2,8 millones de euros, si bien se debe tener en cuenta que el presupuesto se elaboró en todo momento teniendo en cuenta ese disponible.

Las cuentas que la sociedad presentará el domingo a sus accionistas, correspondientes al último ejercicio de Alfredo Pérez como presidente, detallan asimismo la cantidad que el Racing recaudó por derechos televisivos (5,718 millones de euros), abonos y venta de entradas (2,351) y por la competición de Liga y Copa (1,162). Los comerciales se acercaron a los 800.000 euros y los de publicidad se quedaron por debajo del medio millón.