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«Agradecido, feliz y con ganas de responder donde toca. ¡Vamos, Racing». Son las primeras palabras de Juan Carlos Arana como futbolista verdiblanco. Viste la camiseta desde septiembre, sí, pero hasta ahora lo hacía como cedido por el Eibar, un club al que no deseaba regresar, como ha demostrado por la vía de los hechos. El delantero canario ya es también federativamente y a todos los efectos jugador del club y otro pilar de su proyecto de futuro. La culpa, el millón de euros que el Racing ha abonado al Eibar para hacerse con sus servicios en propiedad (tenía contrato hasta 2025 con los de Ipurua), con lo que se ha transformado en unas horas de jugador cedido a un nuevo activo del club. Patrimonio.
Juan Carlos Arana
Delantero del Racing
Su compra es un nuevo síntoma de que el Racing crece. A veces a pequeños pasos. Otras, a lo grande. El de este martes ha sido de los segundos. El 28 de mayo de 2024 anunció que acaba de ejercer la cláusula de compra de Juan Carlos Arana. El pago al Eibar no solo significa pensar a largo plazo, sino un importante incentivo deportivo a corto. Si se clasifica para la fase de ascenso y le toca en suerte el club guipuzcoano, el delantero canario podrá disputar la eliminatoria.
De hecho, hacía catorce años que el equipo no efectuaba una inversión de este calibre por un futbolista. Fue en 2010, cuando se contrató al delantero argentino Ariel Nahuelpán, procedente del Coribiba brasileño por algo menos de dos millones de euros, o al menos esa fue la cantidad que la directiva de Francisco Pernía filtró en su momento. Desde entonces se habían producido algunas operaciones de traspaso, pero excepcionales y siempre por unas cantidades mínimas. La última, este mismo invierno cuando se contrató a Manu Hernando, con contrato en el Amorebieta, a cambio de una compensación que no llegó a los 20.000 euros.
Desde hace semanas la directiva barruntaba la decisión. Por interés deportivo e incluso como apuesta económica. Y había decisiones tomadas: en caso de ascenso, se ejercería la opción. Era un hecho. El problema se planteaba si el equipo se quedaba en Segunda. Suponía no solo una fuerte inversión económica; al fin y al cabo, podría compensarse con el millón de euros que se espera cobrar a medio plazo, aunque no será en ningún caso, aun de resolverse el recurso del futbolista a favor del Racing. La renovación trae consigo una subida de sueldo que en Segunda –en Primera no supondría ningún problema– puede desequilibrar el presupuesto para el primer equipo. Y el Racing debe, como todos los clubes, respetar un límite salarial que le impone LaLiga.
La próxima temporada será mayor que el actual, al computar por segundo año consecutivo la ampliación de capital del verano pasado, haberse incrementado los ingresos por abonos y entradas y crecido exponencialmente (en más de dos millones de euros) los de patrocinios y márketing. Pero aun así el club tiene una deuda histórica, unos ingresos limitados y el compromiso de no ser deficitario.
2027 Contrato
El canario se ha comprometido por tres temporadas, hasta el 30 de junio de 2027.
1,5 millones
El Racing ha pagado el millón y medio de euros que estipulaba la opción de compra.
300.000 euros
Costaba que Arana jugara una hipotética eliminatoria de play off ante el Eibar.
La renovación abre varios escenarios de futuro. Con un Racing en Primera, Arana será el delantero titular. De eso no hay duda. En Segunda, se debería reajustar el presupuesto... o traspasarle. Ya era una pieza cotizada en el mercado y lo sigue siendo. La única diferencia es que si alguien está interesado en su fichaje ya no tiene que hablar con el Eibar, sino con el Racing. Así, el club obtendrá beneficio de su apuesta deportiva o, en el peor de los casos, tendrá solventado el principal quebradero de cabeza de todos los veranos: conseguir un delantero centro de garantías.
La decisión se ha precipitado ante la posibilidad de que el Racing se empareje con el Eibar en la fase de ascenso. Coloquialmente se dice que por contrato el futbolista a préstamo no puede jugar contra el equipo que lo cede, pero no es exactamente así. Esta cláusula solía incluirse en los contratos de cesión, pero LaLiga lo prohibió para evitar que se adulterara la competición.
La solución que encontraron los clubes fue incluir una prima o penalización disparatada en caso de que se alienara al jugador cedido. En el caso de Arana, 300.000 euros. En decir, que estrictamente el Racing sí podía contar con el canario en una eventual eliminatoria ante los armeros, pero pagando 300.00 euros por partido.
Dado su peso específico en el equipo y la inesperada oportunidad histórica con la que se han encontrado los verdiblancos, Sebastián Ceria y Manolo Higuera quieren aportar el máximo posible para que el ascenso sea posible esta misma temporada. Esto incluía pagar por Arana –en caso de ascenso la inversión regresaría multiplicada–, pero era muy arriesgado. De no ascender, más de medio millón de euros se habían colado por el sumidero en una sociedad que aún debe abonar, por ejemplo, los últimos 1,4 de plazo concursal.
La decisión ha sido así tan clara como ambiciosa: fichar al jugador. Ya no son necesarias cábalas y Juan Carlos Arana es un futbolista verdiblanco más. Sus derechos son desde ayer del Racing, que ya puede alinearlo en cualquier circunstancia, cuando considere oportuno.
La operación consolida además el estatus de Arana, como se aspira a conseguir con Peque, como uno de los jugadores franquicia del equipo y ahora, junto a Íñigo Vicente, el mejor pagado de la plantilla. Se trata, de hecho, de una apuesta similar a la que se llevó a cabo el verano pasado con la renovación, todavía con contrato en vigor, del Mago de Derio.
Más allá del trascendental corto plazo, este movimiento consolida el proyecto deportivo continuista y de crecimiento encabezado por José Alberto López y Mikel Martija y apadrinado por Higuera y Ceria. El Racing comenzó ya la temporada renovando a su jugador franquicia, Íñigo Vicente, hasta el 30 de junio de 2027, exactamente la misma fecha hasta la que se ha comprometido Arana, y con una cláusula de rescisión que ronda los siete millones de euros, aunque existen algunos condicionantes que hacen oscilar según las circunstancias esta cifra.
Además, la eclosión de Peque ha generado un nuevo referente en la mejor línea de ataque de Segunda División. El catalán tiene contrato en vigor hasta 2025 y una cláusula de rescisión relativamente asequible (cuatro millones de euros) que hace peligrar su continuidad. Consciente de ellos, el Racing ya le ha ofrecido renovar, volverá a hacerlo a final de temporada, cuando se le ha emplazado y ha dejado claro que no aceptará ninguna rebaja. Peque solo se marchará de Santander en caso de que algún equipo aporte la cantidad íntegra (y convenza al jugador). Higuera da por hecho que en caso de ascenso el medipunta renovará –no se quiere en ningún caso que se convierta al final del próximo curso en agente libre–, y de continuar el Segunda el Racing hará todos los esfuerzos posibles no ya para que cumpla su año de contrato, sino para que lo amplíe, con una fuerte mejora de sueldo incluida.
Por último, el club se dirigirá al Rayo Vallecano para interesarse por la continuidad de Andrés Martín, cedido por el club madrileño pero en este caso sin opción de compra y aspira a renovar a Jordi Mboula, que se comprometió hasta el 30 de junio con el Racing en enero tras una experiencia fallida en un Verona que no cumplió sus compromisos. Tras su cesión de la temporada pasada, ya consiguió convencerle una vez para que regresara, y en un club en crecimiento deportivo, social y económica las posibilidades son ahora mayores.
Esta hoja de ruta, la más optimista posible, significaría afrontar la próxima temporada con la que probablemente fuera la mejor delantera de toda la Segunda División y, en caso de ascenso, hacerlo con la garantía de contar con un póquer de futbolistas válidos para la máxima categoría precisamente en la demarcación más cotizada: en el ataque.
Si se suma el resto de futbolistas de la plantilla, el Racing ya tiene armado el bloque base, joven y de una contrastada calidad, cobre el que construir el futuro. De hecho, otro de los objetivos es la promoción en la medida de lo posible de nuevos canteranos que completen el equipo, una vez que se han ampliado los contratos de Álvaro Mantilla, Íñigo Sainz-Maza y Saúl García.
De concluir este proceso con éxito el Racing, de perder alguna pieza, lo haría a cambio de una importante inyección económica. No es el plan del equipo, que no quiere dar ninguna baja entre sus futbolistas estrella, pero al menos dejarían un rendimiento económico y más margen en el mercado para compensar su marcha. El Racing está creciendo. Y mucho. Más, incluso, de lo que el optimista Higuera soñaba siquiera en julio. Ocurra lo que ocurra la temporada ya ha sido un éxito.
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