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El Racing es una fábrica de parejas de moda en el fútbol español. Ahora mismo disfruta de la formada por Peque e Íñigo Vicente, que ... pasa por ser la más en forma de la Segunda División. El atacante catalán es el segundo máximo goleador de la categoría con 14 goles, un tercio de los anotados por el equipo, y su compañero de fatigas suma once asistencias. Es decir, entre los dos lideran a un Racing sorprendente que se encuentra a dos puntos de la fase de ascenso, un objetivo totalmente fuera de presupuesto en verano.
Lo de alumbrar un dúo que lidere al equipo y asombre al fútbol español no es algo nuevo para el club verdiblanco. Antes ya lo hizo en dos ocasiones, en las que la pareja logró números hasta entonces nunca vistos y permitió al equipo objetivos también impensables. Algo parecido a lo de Peque e Íñigo Vicente protagonizaron en la temporada 1999-2000 Pedro Munitis y Salva Ballesta. Los dos explosionaron. Como Peque y Vicente. Ambos firmaron su mejor temporada hasta entonces. Como Peque y Vicente. Y los dos dejaron al final de temporada, 22,8 millones de euros. Eran otros tiempos.
14 goles
ha marcado Peque, siete de ellos desde el punto de penalti. Precisamente dos de ellos anotados desde los once metros le han dado los últimos cuatro puntos al Racing. El catalán solo es superado en la tabla de goleadores por el delantero del Espanyol, Braithwaite, que suma 17 dianas.
11 asistencias
de gol acumula Íñigo Vicente. El vasco es el líder incontestable de este apartado, en el que sus perseguidores son Sergio Lozano (Levante) con siete y Cote (Sporting de Gijón), con seis. La capacidad para dar el último pase le ha convertido en el interruptor del juego de ataque del Racing.
Fue la temporada en la que Salva Ballesta acabó con 27 goles, pichichi en Primeras División, algo inédito en el Racing y que desde entonces sigue siendo único. Pero también fue el curso en el que Munitis explotó con 14 asistencias, revolucionando el fútbol español. Levantó de su asiento en el Santiago Bernabéu a Florentino Pérez para mandar a Jorge Valdano meses más tarde a ficharle a Santander. El Atlético de Madrid pagó 9,6 millones de euros (1.600 millones de aquellas pesetas de entonces) por el delantero malagueño y el club blanco 13,2 millones de euros (2.200 millones de pesetas), por el mediapunta santanderino. El Racing pasó algún apuro para salvarse en Primera División, concluyendo a cuatro puntos del descenso, pero su fútbol vertical y atrevido de la mano de Gustavo Benítez y liderado por esta pareja dejó marcado a aquel equipo. Quedan trece jornadas aún para que finalice la campaña 2023-2024, ha pasado ya un cuarto de siglo, ahora el escenario es Segunda División, pero es innegable que las coincidencias con las actuaciones de Peque e Íñigo Vicente son notables. Las apariencias no engañan.
Los protagonistas
Exjugador del Racing
27 goles anotó el delantero malagueño en la temporada 1999-2000. Le sirvieron para ser el pichichi de Primera División.
Exjugador del Racing
14 asistencias dio el cántabro en aquella temporada 1999-2000 en la que formó sociedad con Salva Ballesta.
La capacidad de asistir que tiene Íñigo Vicente está muy por encima de la media, ya que actualmente es con once el líder en ese apartado, seguido de lejos con siete por Sergio Lozano (Levante) y por Cote (Sporting de Gijón), con seis. Qué decir de lo de Peque, que con sus catorce dianas solo le supera Braithwaite, el delantero del Espanyol que viene de jugar en el Barcelona hace bien poco, con 17. A los goles de Peque y al Racing les ayudan los nueve que también ha marcado Juan Carlos Arana, que si bien está lejos de los números del catalán no dejan de ser otro argumento indiscutible para explicar la trayectoria del equipo. No hay mucho más que hablar.
Y si la comparación más directa de Peque e Íñigo Vicente es con aquella pareja formada por Salva-Munitis, tampoco se puede dejar a un lado la que armaron el propio Munitis con Nikola Zigic en la campaña 2006-2007. El serbio anotó once goles y el cántabro dio ocho asistencias. En ese curso, las actuaciones del ambos llegaron a convertirse en culto por el racinguismo, que acuñaron el famoso apodo de 'El dúo sacapuntos'. Su capacidad para asociarse volvió a ser protagonista en la Liga. Y la misma amistad se repitió en la campaña 2008-2009, cuando Zigic regresó cedido en el mercado de invierno desde Valencia y anotó trece goles en media temporada, buena parte de ellos gracias a la conexión con el santanderino. Y todas esas sociedades se forjaron día a día en La Albericia, donde crece ese bonito vínculo entre Peque e Íñigo Vicente llamado a, ¿quién sabe?
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