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Escudo. Una imagen de 'Racing tatuado', un corto documental realizado por Jimmy Barnatán y Carlos D'Andrea.
Con el Racing a flor de piel

Con el Racing a flor de piel

Un puñado de racinguistas lucen orgullosos sus tatuajes en honor a 'El Viejo' y explican los motivos que les llevaron a dejar grabada en su cuerpo su pasión por el equipo

Leila Bensghaiyar

Santander

Jueves, 2 de mayo 2024, 07:16

Solo llamaba para decirte que ya estoy aquí, estoy a punto de entrar y, bueno, ya lo estábamos, pero quiero que sepas que a partir de hoy vamos a estar unidos no solo en el corazón, sino también en la piel. Te veo el domingo. Te veo todos los domingos. Te quiero». Parece una declaración de amor, y en realidad lo es, pero no a una persona, sino a un club de fútbol. Y no a uno cualquiera. Al Racing. Son las palabras que pronuncia el músico y escritor Jimmy Barnatán en el corto documental 'Racing tatuado', obra del propio Barnatán y Carlos D'Andrea, y que el Racingtambién ha difundido en sus redes sociales. En él, Jimmy acude a un estudio de tatuajes en Madrid para grabar con tinta el escudo del Racing en su brazo. Y no es el único. Antes ya lo había hecho un buen puñado de racinguistas.

Décadas atrás los tatuajes no estaban tan normalizados, pero ahora cada vez son más quienes deciden grabar recuerdos en su piel, aunque las motivaciones para hacerse un 'tattoo' son tan amplias como personas existen. Ignacio Achurra (Santander, 1978), Nacho, como le llaman su amigos, tiene la frase «Aunque llueva o sople sur» grabada con tinta en su brazo izquierdo. Se lo hizo en octubre de 2022 y para él tiene un significado muy especial. «Soy racinguista desde que nací y es una frase que llevo muy dentro. Principalmente me le hice en recuerdo o pensando en mi padre», cuenta.

En el brazo de Nacho Achurra se puede leer 'Aunque llueva o sople sur'.

Grabó el lema en su piel durante una época dura. Por aquel entonces su padre estaba en el hospital y el desenlace no fue el que le hubiera gustado. «La situación fue mala. Acabó falleciendo y esa frase me la hice muy en el momento. 'Aunque llueva o sople sur' hay que tirar para adelante», recuerda este racinguista de cuna. «Para mí es un orgullo y parte de mi vida ser del Racing. Son más de 30 años de forma ininterrumpida como socio, accionista... Y qué mejor manera que tenerlo en mi piel para siempre», explica Nacho, que no dudó al escoger la frase. «La elegí porque es un lema ligado al Racing y una manera muy positiva de afrontar las dificultades que te presenta la vida», comenta este santanderino que no descarta volver a impregnar su piel de tinta. « Los tatuajes tienen que tener un sentimiento y un porqué detrás... Y este no será el último, en cuanto tenga claro el siguiente, me lo haré...».

Los propios tatuadores suelen decir que el tatuaje es adictivo. Que quien se hace uno, casi siempre repite. Y en el caso de David González (Santander, 1985) la premisa se cumple. Solo del Racing tiene tres. En uno de ellos, del que está más orgulloso y luce en le exterior del muslo izquierdo, aparecen dos personas fundamentales en su vida. «Es una foto de mi padre, mi sobrino y yo yendo al campo...», describe. Debajo de la imagen, en la que se ve el estadio al fondo, se puede leer: 'El camino a El Sardinero siempre es especial'. David lo sabe bien, lleva toda su vida recorriéndolo. Primero de la mano de su padre ya ahora dándosela a su sobrino.

La idea de realizarse el tatuaje le asaltó en SonMalferit, cuando el Racing logró el ascenso en 2019. David estaba allí, en el campo. «En Baleares. Nada mas finalizar el partido, desde el mismo estadio llamé al tatuador para coger cita», admite. El más reciente se lo hizo en 2023. «Tenía ganas de hacerme un tatuaje que pareciese que estaba cosido», cuenta. Dicho y hecho. Se puso en contacto con el estudio Bro Art y decidieron poner a trabajar la aguja en uno de sus brazos, en el que tiene tatuado por completo con motivos de Santander.«Están los Raqueros, la Grúa de Piedra, el Faro de Cabo Mayor, y también motivos marineros como Poseidón, la Rosa de los Vientos, una brújula, un nudo marinero...», enumera. E integrado en todo ello destaca un círculo que parece cosido a puntadas y que encierra un nombre: 'Racing Club. Santander'.

El tatuaje de David González.
El escudo de Andrea Saiz.
Las iniciales 'RC' de Sergio Casas.

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El mismo lema luce orgullosa en su brazo Andrea Saiz (Ampuero, 1999). En su caso, bajo la cifra 1913 y flanqueado por dos laureles se dibuja el círculo que contiene una pelota antigua, de la de antes, de cuero zurcido con bastas costuras. Andrea es una amante de los tatuajes. Lo ha sido siempre. Ella misma confiesa que lleva grabadas en la piel sus mayores pasiones. «Son las cosas que considero más importantes y significantes para mí, y estaba claro que el equipo de mi vida no iba a ser menos», dice con voz dulce. Siempre pensó en tener uno relacionado con el Racing y finalmente en enero se decidió. «Me tatué su escudo. Mi equipo está presente conmigo siempre, tanto en corazón y en mente como en mi piel. Es a lo que yo le llamo el racinguismo en vena». Está unida a su equipo por un cordón irrompible que nunca se quiebra, aunque se enrede, estire o contraiga. Pase lo que pase. «Llevar el escudo tatuado para mí es sinónimo de lealtad. Representa mi pasión hacia él. Es símbolo de identidad y orgullo, porque va a ir conmigo siempre. Además, es un recordatorio de todos los momentos felices y emocionantes que he vivido», aclara y hace una confesión. «Mucha gente se extraña cuando lo ve porque no entiende el por qué de este sentimiento tan grande. En realidad solo unos pocos comprendemos el por qué».

El brazo de Sergio Casas.

Dos pactos

Sergio Casas (Santander, 1986) lleva al Racing en la piel por partida doble. La idea de su primer tatuaje, las siglas 'RRC' del escudo del Racing, que también son las iniciales de los nombres de sus padres, surgió de un pacto consigo mismo. «Fue en enero de 2014, con un Racing herido de muerte. Me lo hice a cambio de que no desapareciera y además volviese al fútbol profesional», recuerda Sergio, que acudió a Pedro, de Cheva Tattoo para realizarse este y también el segundo. «Hice una promesa en 2019. Si el Racing conseguía ascender de nuevo, aposté que me tatuaría el escudo», cuenta. «Las dos veces el equipo descendió de forma inmediata, así que un futuro y probable tercer tatuaje verdiblanco no irá vinculado a ningún objetivo racinguista», afirma entre risas.

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