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A veces el fútbol es más cuestión de supervivencia que de brillantez. Hay días en los que el juego fluye, las combinaciones se suceden ... y todo parece funcionar con la precisión de un reloj suizo. Y luego están los partidos como el del domingo contra el Tenerife. Esos en los que las victorias llegan sin fuegos artificiales, pero con la misma validez en la clasificación. El Racing de José Alberto cumplió precisamente ese día cien encuentros con su técnico en el banquillo y lo celebró de la mejor manera posible, ganando. Sin alardes, sin grandes exhibiciones, pero sumando tres puntos que le mantienen en la pelea por el ascenso directo. Y, además, con un dato para enmarcar: este es el equipo más goleador de la 'Era José Alberto'.
El Racing celebró el centenario de su míster con una victoria de esas que se podría encuadrar bajo el concepto 'pegada'. Dominar es bonito, pero marcar goles lo es más, y el equipo lo demostró en las dos acciones puntuales que tuvo. Remontó y se llevó los tres puntos con un 2-1 que bien pudiera haber sido otra cosa, porque el Tenerife disparó 15 veces a puerta, casi el doble que los cántabros, y porque la jugada del gol de AndrésMartín pasó por el laboratorio del VAR,donde los científicos del fútbol contemporáneo analizaron al milímetro si Karrikaburu había hecho falta analizaron al milímetro si Karrikaburu había hecho falta o si, por el contrario, la vida tenía que seguir su curso. Avisaron al ábitro de campo y este decidió lo segundo, el Racing ganó y todos a casa.
Los datos de la 'Era José Alberto' confirman que este equipo tiene más pegada que nunca. En la jornada 31, el Racing promedia 1,64 goles por partido entre Liga y Copa del Rey, el registro más alto desde que el asturiano llegó al banquillo. La temporada pasada, en este mismo punto, la media era de 1,59 por encuentro, con 51 goles, 49 en Liga y dos en el torneo del KO. Y en la 2022-23, cuando José Alberto tomó las riendas en la jornada 21 con el equipo en descenso tras la destitución de Guillermo Fernández Romo, el Racing hizo 30 goles en Liga y uno en Copa, con lo que el promedio fue de 1,40. Un ascenso progresivo que dice mucho de la evolución del equipo y de la importancia de aprovechar los momentos. Justo como lo hizo el domingo.
No fue una victoria con fuegos artificiales, pero sí una de esas que en junio pueden marcar la diferencia entre subir o quedarse con las ganas. Porque los números no engañan. El Racing ha anotado ya 49 goles en Liga, solo superado por el Almería, que lleva 54, pero la clave no es la cantidad, sino la eficacia. Ante el Tenerife los verdiblancos necesitaron menos de la mitad de tiros a puerta que su rival para hacer el doble de goles. Y ahí entra la calidad individual de los jugadores, que se trasmuta en puntos que no se pueden desperdiciar para no tener que echarlos luego en falta a final de temporada. Y los puntos en el casillero se acumulan a base de goles. Algo en lo que el Racing saca buena nota.
Si el curso pasado la mayoría de los tantos verdiblancos salían de las botas de Peque, que acabó la temporada como segundo en la carrera por el Pichichi con 18 goles, esta campaña hay dos futbolistas que están marcando la diferencia –con permiso de Karrikaburu, que el domingo plantó con su testarazo a balón parado el germen de la remontada–, Andrés Martín y Arana, quinto y sexto en la lista de máximos goleadores de la categoría con 13 y 10 dianas respectivamente. Andrés Martín, en particular, es de esos jugadores que hacen que cada toque de balón parezca tener un propósito superior. Un tipo que cada vez que roza la pelota acerca más al Racing a la victoria. Como hizo ante el Tenerife.
1,64 tantos por partido
marca este curso el Racing entre los encuentros de Liga y Copa a estas alturas de la temporada.
1,59 de media por partido
sumando los encuentros de Liga y Copa, hacía el equipo en este punto la temporada pasada.
1,40 es el ratio de goles
por partido que obtuvo el Racing de JAL en la 2022-23 en los 22 encuentros que disputó entre Liga y Copa
No fue un partido brillante, pero fue un partido ganado. Y al final, cuando se echa la vista atrás, lo que quedan son los puntos. Y los goles. Y la sensación de que el Racing de este año ha aprendido a vencer sin pedir permiso. El propio José Alberto lo explicó en la rueda de prensa tras el encuentro. «Cuando no estás bien, hay que conseguir sumar, porque de ahora en adelante los partidos son muy difíciles, muy cerrados, mucha segunda jugada, mucho juego directo…», decía el asturiano, que se ha cansado también de repetir que lo importante es sumar. Si hay algo que se aprende en esta categoría es que los puntos que se ganan en días espesos valen lo mismo que los que se consiguen jugando de cine. El Racing de este año ha aprendido esa lección. Sabe ganar también en los días raros. De hecho, esta temporada, el equipo se ha impuesto en el 52% de sus partidos.
La pasada jornada no mereció ganar por juego, pero lo hizo. José Alberto no dudó en reconocer incluso que el Tenerife había sido superior en varios tramos del partido. En concreto, en los 78 primeros minutos. «Creo que es justo reconocer que el Tenerife ha sido mejor que nosotros durante muchos tramos del partido. Pero también creo que este tipo de victorias al final de temporada siempre tienen premio», comentaba el asturiano, que está más que escarmentado después del «bofetón», como él mismo lo calificó, que se llevó el curso pasado al no entrar en el play off de ascenso después de caer en La Cerámica ante un descendido Villarreal B en el último partido de la temporada.
Este curso el ascenso está más cerca que nunca. El sueño de los racinguistas de volver a Primera doce años después es cada vez una realidad más tangible. Y eso pasa también por ganar partidos así, casi sin querer. El 2-1 fue una demostración de que no hace falta dominar para ganar. No hace falta tener más posesión, más tiros ni más sensación de peligro. Solo son necesarios más goles que el rival cuando el árbitro pita el final. Y en eso el Racing saca nota. En Liga marca un tanto cada 57 minutos. Con 49 goles en 31 jornadas la dinámica es buena y las cuentas empiezan a cuadrar. El equipo no gana solo cuando juega bien, lo hace también cuando juega regular y eso es lo que marca la diferencia entre uno que sube y uno que se queda mirando cómo suben los demás. Quedan once jornadas. La parte más difícil. Aguantar el ritmo. No fallar cuando el ascenso esté al alcance de la mano.
El Racing disfruta hoy de una jornada de descanso después de realizar ayer una sesión regenerativa en La Albericia. El equipo se enfundará de nuevo el mono de trabajo mañana miércoles a las 11.00 horas en los Campos de Sport para encarar la primera sesión enfocada plenamente a preparar el partido ante el Mirandés (sábado, 18.30 horas, en Anduva) que promete ser un duelo electrizante. Por otro lado, aún no se conoce el diagnóstico de las pruebas médicas a las que se sometió ayer Javi Montero. El central andaluz se llevó un golpe en la rodilla durante el entrenamiento del viernes y no participó en el partido ante el Tenerife.
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