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Sergio Herrero
Santander
Viernes, 11 de septiembre 2020, 14:57
El 17 de agosto, el Racing cerró la incorporación de Ismael Benktib. Desde entonces, han pasado tres semanas con el fax en 'standby'. Con el testigo rojo encendido, pero sin hacer ruido. Algo poco habitual en un club que acostumbra a ejecutar de quince ... fichajes en adelante cada temporada. El aparatito volvió a funcionar este viernes y lo hizo para nunciar la llegada de Joan Maynau (Girona, 29 de marzo de 1996), un futbolista que completa, e incluso atasca, un lateral izquierdo en el que Javier Rozada ya cuenta con tres piezas recién llegadas. Así, el zaguero procedente del Llagostera parece destinado a pelear por el puesto con el ahora lesionado Pablo Andrade, mientras que el reclutado del Laredo Simón queda, salvo sorpresa, abocado al Rayo Cantabria pese a su esperanzador rendimiento durante la temporada.
«Está todo muy parado», ha reiterado una y otra vez el director deportivo del Racing, Pedro Menéndez, sobre el mercado balompédico. Este viernes el árbol se movió y cayó fruto. Aunque la nueva política de confección de la plantilla continúa por los derroteros de los futbolistas de perfil bajo. Porque Maynau es una apuesta. El catalán, iniciado en la cantera del Badalona, llegó al Llagostera hace cinco temporadas, donde pasó por el filial hasta el primer equipo. Con el cuadro gerundense, ha disputado 58 encuentros en Segunda División B –41 de ellos como titular–, 3.732 minutos y ha marcado dos goles.
Pese a que sus números anotadores no son reseñables, se trata de una lateral eminentemente ofensivo. De un perfil similar al de Pablo Andrade. De hecho, el catalán también ha alternado la posición en el flanco izquierdo de la zaga con la de extremo. Evidentemente, se trata de una característica importante en un Racing que debería ser dominador en esta categoría, aunque no puede descuidar el aspecto defensivo.
Precisamente este viernes, Javi Rozada ensayó con sus futbolistas diversas acciones a balón parado. Entre ellas, saques de banda. Y en ese aspecto tendrá un importante arma con Maynau, que posee un potente lanzamiento desde el lateral. Vital especialmente en campos estrechos como los que se va a encontrar el Racing en esta categoría.
El futbolista gerundense es la cuarta incorporación racinguista de este verano –sin contar las llegadas de Saúl, Simón o Nico Santos– después de las de Álvaro Bustos, Ismael Benktib y el competidor directo de Maynau por el puesto de titular, Pablo Andrade. Salvo el hispano-marroquí, con experiencia en Segunda División B, pero sin apariciones en categoría superior. Ese es el perfil de futbolistas por los que está optando Pedro Menéndez en la confección de la plantilla. Todo lo contrario a la política llevada a cabo por su predecesor, Chuti Molina, con importantes desembolsos en busca de futbolistas contrastados, aunque, en algunos casos, ya en el ocaso de su carrera y que no dieron el rendimiento esperado. Los resultados están ahí. El ascenso de hace dos campañas se logró con una plantilla por valor de casi tres millones de euros y el pasado curso, con 5,8 de margen salarial, el manchego fue incapaz de hacer un equipo suficientemente competitivo como para lograr la permanencia. Y esa ronda ahora la paga el racinguismo.
A tenor de las declaraciones del secretario técnico verdiblanco, aún deben arribar a La Albericia otros cinco o seis futbolistas que refuercen el equipo de Javi Rozada. Todos ellos para completar una plantilla en la que los canteranos, que dejaron muy buenas sensaciones en el estreno de pretemporada frente a la Real Sociedad B, esperan tener un papel importante.
La principal incógnita es si esta apuesta, sin duda arriesgada, es suficiente para aspirar a un ascenso a Segunda División obligatorio para el Racing en lo deportivo, lo económico y lo institucional. Y más aún en una temporada en la que la hipótesis de no entrar entre los tres primeros clasificados en la primera fase de la competición abocaría al club cántabro a un descenso en la práctica, ya que pasaría del tercer escalón del fútbol español, al cuarto. Algo que se convertiría en el hito negativo más duro de la historia verdiblanca.
Las peculiares circunstancias a causa de la pandemia de covid tienen el mercado de fichajes anestesiado, pero mientras otros clubes salen al mercado a fichar con la Visa Oro, a Pedro Menéndez le toca ir con billetes y monedas. Con un presupuesto muy superior al que manejaba en el Lealtad, pero lejos de los que presumen clubes como el Deportivo o el Numancia, por citar a dos.
Porque una gran parte de ese millón y medio de euros que la propiedad ha estipulado como presupuesto para la confección de la plantilla ya se ha ido en la permanencia en el equipo de los veteranos Iván Crespo, Cejudo, Figueras, Jon Ander u Óscar Gil. El Racing está ofreciendo cantidades inferiores a las de sus competidores y, después de una década fuera de Primera División de las que seis temporadas se han vivido en el infierno de la Segunda B, el argumento del club histórico y con aspiraciones ya no es tan convicente.
Lo que debería empezar a moverse ya es la opción de incorporar futbolistas procedentes de los descartes de Segunda División. La competición arranca este fin de semana en la categoría de plata y los clubes van completando sus plantillas. Ahí estará atento también Menéndez para tirar la caña en busca de jugadores que le den algo más de empaque a la plantilla racinguista. El asturiano aún tiene aproximadamente un mes para darle a Javi Rozada mimbres suficientes con los que luchar por el regreso a Segunda División.
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