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¿Se imaginan el partido de este miércoles en Gobela? Un Racing que es incapaz de ganar a domicilio, disputando una eliminatoria al KO en un estadio, el del Arenas, que no se le da nada bien, básicamente porque allí se juega a otro ... deporte distinto... Por fortuna, el sorteo fue benévolo para los de Guillermo Fernández Romo. Al menos de cara a este primer emparejamiento. Jugará esta ronda de dieciseisavos de la Copa RFEF en casa, donde lo gana todo. Y que siga así, porque meterse en la Copa del Rey debería ser obligatorio superar tres eliminatorias frente a rivales de inferior categoría. Parece asequible, pero tiene trampa. Es el castigo por el desastre de la pasada temporada. Condenado por el delito de esperpento. Un peaje, que decía Aritz Solabarrieta.
El Arenas es el primer enemigo este miércoles por la tarde. El oficial. El impuesto por una bolita roja mareada dentro de una copa. Un rival de los punteros de Segunda RFEF, un histórico del fútbol español que ya sabe lo que es perder esta temporada en los Campos de Sport. Pero no contra el Racing, sino contra el Rayo Cantabria, en el único choque que han perdido los vizcaínos en el presente curso.
El otro monstruo es adquirido. Puede ser eliminado en el vestuario verdiblanco. Una mala actitud lo alimenta. La relajación de la disputa de un torneo menor, de verse las caras con un contrincante de inferior categoría de la sensación que dejan las rotaciones y el reparto de minutos por parte del entrenador. Dejarse llevar es más peligroso aún que los veinte futbolistas del Arenas juntos.
Este tipo de encuentros tienen otra vertiente. Una que pocas veces sale a la luz. Fernández Romo tiene un once liguero prácticamente fijo que solo cambia en pequeñas pildoras. Matices. Y esta competición puede ser la de las segundas oportunidades para los olvidados. Los Parera, Ceballos, Bobadilla, Marco Camus, Isma López, Manu Justo... El míster debe aligerar cargas a los habituales y dar protagonismo a los puntuales. Pero los que salgan deben aprovecharla y, las cosas del fútbol, pocas veces salta uno al terreno de juego y tira la puerta en citas como la de esta tarde. Junto a ellos, canteranos que pueden tener su momento como Marcos Bustillo, Mario Jorrín, Dani González o el último en llegar a los entrenamientos del primer equipo: Yeray. Quienes no podrán aprovechar el atasco de compromisos son los lesionados Carlos Castro, Sergio Marcos y Jack Harper -este último evoluciona favorablemente, pero probablemente tendrá que esperar a la próxima semana, si es que hay eliminatoria copera-.
No, esta Copa RFEF no es nada atractiva. Ya se ha dicho que es un castigo por hacer el gañán la temporada pasada y no lograr una plaza directa en la próxima Copa del Rey. Son tres eliminatorias las que hay que solventar. Olvídense del Viaje a Ítaca y de que lo importante es el camino. Aquí sólo merece la pena el destino. Estos inoportunos compromisos intersemanales no apetecen. Nada. Pero allá, al fondo, con luces de neón, aparece un equipo de Primera División. Háganlo posible. Por aquello de que la afición rememore tiempos mejores y porque la economía del club lo agradecerá.
Guillermo Fernández Romo tendrá este miércoles chance para seguir ajustando su equipo y, de paso, darle un tentempié a una afición racinguista que una semana come y la otra no. Y el domingo, en Ferrol, fue de los de pasar hambre. La credibilidad del técnico madrileño se está viendo mermada paulatinamente entre una afición ya muy quemada. Su equipo ha librado dos veces los silbidos, acallados con sendos goles a tiempo. Pero no siempre va a sonar la flauta. Y la rueda de prensa del míster tras el choque de A Malata, en la que vio un partido completamente diferente al que vieron los demás, ha impregnado de dudas la figura del entrenador racinguista.
Si el Racing logra este miércoles el triunfo frente al Arenas, la próxima semana le tocará jugar lejos de los Campos de Sport. En concreto, en Asturias, ya que su rival saldrá del duelo que dilucidarán este miércoles Langreo -de Segunda RFEF- y Avilés -de Tercera División- en el estadio de Ganzábal.
Posteriormente, la tercera eliminatoria, la de cuartos de final, que en realidad es la ronda decisiva antes de lograr la clasificación para la Copa del Rey, se disputaría seguro en los Campos de Sport y el rival saldría del ganador de la otra parte del cuadro: Gimnástica, Alfaro, Leioa o Alondras. Parece sencillo, pero este club es un verdadero especialista en liarla.
Y es curioso, porque Racing y Arenas fueron dos de los pioneros de la Primera División española. En sus enfrentamientos ha habido victorias, empates y derrotas repartidas. Sin embargo, en torneos del KO, el cuadro vizcaíno se mantiene imbatido por los verdiblancos. Fue en 1924 y en 1930. Fue hace casi cien años, pero en el antiguo Huerto del Francés hace tiempo que los fantasmas del pasado campan a sus anchas.
«Hay que cambiar el chip de la competición. En Liga se busca más regularidad y aquí se trata de un partido con un resultado final. Cuando acabe el encuentro sabremos si seguimos o no adelante. Llegamos con la mente puesta en la eliminatoria, basándonos en las mejoras que queremos seguir teniendo como colectivo y, además, jugamos en casa. Queremos sacar nuestra mejor versión para seguir adelante. En esta eliminatoria directa tienes que estar especialmente bien y dar importancia a todo lo que pueda suceder en el partido porque no existe margen de mejora», dijo ayer Guillermo Fernández Romo.
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