El Racing, donde va, lo llena

Lo del Racing no es nuevo, donde va lo llena. Ya lo hizo hace unas semanas cuando visitó El Molinón para jugar ante el Sporting (8 de marzo) y dejó sin papel a los asturianos. Más de 28.000 espectadores abarrotaron el mítico estadio gijonés, superando incluso la asistencia de equipos con mucha empatía en Gijón como el Deportivo de la Coruña, el Valladolid o, incluso, el Oviedo, aunque en honor a la verdad cabe decir que los carbayones lo pusieron fácil para no llenar el campo después de negarse a acudir en señal de protesta por las pocas entradas, 550 para ser exactos, que mandaron sus 'enemigos íntimos'. Anduva, El Molinón y El Plantío. El pasado 9 de febrero, el estadio burgalés cerró las puertas a presión sin que hubiese sitio para nadie más. Los 12.194 espectadores, aforo oficial del campo, se apretaron para un partido en el que los racinguistas se 'buscaron' la vida como siempre para no faltar a la cita. Porque esa es otra, el fútbol moderno parece empeñado en ponérselo difícil a las aficiones foráneas, pero por lo visto con la verdiblanca no pueden. Tanto en Gijón como en Burgos, los simpatizantes racinguistas se reinventaron para lograr una entrada más allá de las 550 que se mandaron desde Asturias y las 437 que llegaron desde la ciudad de la Catedral del Papamoscas. Los más de 2.000 que aparecieron infiltrados en El Molinón y por encima de los 1.500 en Burgos no fueron fruto de la casualidad y sí de un plan perjeñado por el buen rollo entre vecinos futboleros, sin el que a buen seguro no se podría contar la historia tal y como es.

Pues bien, en Anduva van a tener que apretarse un poco más. Por lo visto no importa. Anduva tiene capacidad para 5.650 espectadores. Se trata del estadio más pequeño de todo el fútbol profesional español. El club burgalés mandó una única remesa a Santander de 501 entradas, que por otro lado es de agradecer si se compara con las 550 que llegaron de Gijón, ya que son prácticamente las mismas con la útil diferencia de que las del Sporting eran para un estadio de con seis veces más de capacidad. Pero eso es harina de otro costal. Esas localidades -oro molido como diría aquel- se han redistribuido de la misma manera que en otras ocasiones, con 238 destinadas a las peñas y otras 238 directas a un sorteo. No hay otro modo más justo -o injusto, según se mire- que el azar. Entre las 2.614 solicitudes que fueron validadas de las casi 5.000 que se apuntaron, que se dice pronto, salieron los agraciados.

Como quiera que el Mirandés tiene alrededor de 4.000 socios, las cuentas son sencillas: quedaban otras 1.150 para la venta. Pues bien, esas también volaron. Y lo han hecho, primero porque el club burgalés calificó, con buen criterio, al partido como «fundamental» para la lucha por el ascenso. Como no podía ser de otra manera algo diferente debía hacer y así fue: lanzó una promoción a través de la cual cada socio pudo sacar al precio de diez euros dos entradas para la Tribuna 2. Con esta iniciativa, algo que no ha hecho habitualmente, estimuló al aficionado indeciso y terminó levantando del sofá a aquel que se lo estaba pensando. Probablemente a muchos de los que en el pasado curso, el 2 de junio, cuando el equipo logró la salvación in extremis frente a la SD Amorebieta, se pusieron la camisa y se enroscaron la bandera para firmar el último lleno del estadio. Una permanencia en juego y un rival vecino, los mejores ingredientes para hacer algo así. No obstante, enderezar el camino al ascenso a Primera y ante un rival que arrastra una marea de seguidores también son elementos que favorecen las cosas. Bingo.

Se espera un ambiente de gran final en Anduva con dos aficiones volcadas con sus respectivos equipos. Miranda albergará una batalla por el ascenso, por increíble que parezca, y Anduva volverá a llenarse meses después pero por razones muy distintas.

Y si el Racing ha llenado El Molinón, El Plantío y, ya confirmado, Anduva, no lo hizo del todo pero le faltó muy poco en Riazor, Carlos Tartiere e Ipurua. En todos ellos se superaron las medias de asistencia de la temporada por mucho. En el estadio gallego, el promedio es de 22.000 y el Racing metió 26.000 aficionados. En el estadio del Oviedo, a principios de Liga cuando ambos equipos eran tan solo candidatos a ser enemigos, el día se cerró con 21514, por encima una vez más de los 19.143 de media, Y algo similar ocurrió con el Eibar e Ipurua, donde el registro habitual ronda los 5.500 y con el Racing superó los 6.000 espectadores. Es obvio que donde viaja este equipo lo llena o casi. Por cierto, en El Sardinero no se sabe con exactitud los llenos que lleva, por eso el club se conforma con decir que en nueve partidos se han superado los 20.000. Ahí es nada.