El Racing maniata la euforia

Es el discurso que viene manteniendo el entrenador verdiblanco, Iván Ania, en las últimas jornadas. Partido tras partido. Victoria tras victoria. «Si vamos de sobrados nos daremos la hostia», afirmó el asturiano tras el holgado triunfo de Irún. Este lunes, después de los halagos de su contrincante, insistió en la misma idea, aunque de una manera más políticamente correcta: «Yo no me lo creo. Somos un buen equipo; probablemente de las mejores plantillas de la categoría, porque tampoco he visto todas. Pero no podemos quedarnos en los halagos. Hay entrenadores rivales que lo dicen para justificar otras cosas. Siempre repito las mismas palabras: Humildad, ambición y trabajo». Tres términos que chocan con el exceso de euforia y ese se antoja uno de los principales campos de batalla para el míster verdiblanco de aquí en adelante. Y queda mucho invierno.

No es un discurso surgido únicamente del vestuario. Porque desde su despacho de las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia, el director deportivo, Chuti Molina, también trata de mantener la euforia a raya dentro de sus dominios. «Estamos serenos. Todo va bien, pero no nos podemos dormir ni conformar. Le tenemos que dar normalidad a las victorias, porque con el Racing en Segunda B no puede ser de otra forma», explicó en una reciente entrevista a este periódico. Fue un poco más allá. Aviso a navegantes. «Aquí nadie puede estirar el cuello. Simplemente estamos cumpliendo con las expectativas. Estamos siendo un equipo humilde pero ambicioso. En todas las parcelas del club, nadie está echando las campanas al vuelo. Tenemos que pisar suelo porque el Racing está en Segunda B». «Tampoco hay que volverse locos», agregó. Molina cree que la alegría excesiva es para la grada. «Aquí los únicos que tenemos que estar serenos somos los que estamos al frente de la parcela deportiva. Y del club, en general. La afición tiene que disfrutar del día a día, porque se lo merece», afirmó el manchego.

Así, los argumentos se han hecho fuertes en el vestuario y son repetidos una y otra vez por cada uno de sus componentes. Salga quien salga a atender a los medios de comunicación. Como el capitán, Iván Crespo, que tras el triunfo de Irún cerró la puerta a cualquier exceso de confianza. «Estamos haciendo las cosas bien, pero cualquier equipo te puede ganar, como nos ganó el Sporting B. Está claro que ahora estamos en una dinámica buena, nos sale todo», afirmó. Es veterano y las ha vivido de todos los colores: «No nos podemos relajar. Tenemos que seguir en esta dinámica, porque al final un pequeño detalle puede cambiar el partido. Estamos contentos por los resultados y por el juego, pero sin ninguna relajación».

29 puntos. El mejor de la categoría. Seis de ventaja sobre el segundo. Goles a diestro y siniestro y unas impresiones buenísimas. Es para estar contentos. Pero más allá de las bufandas al aire en la grada, los verdiblancos siguen a lo suyo. Así lo expresó Rafa de Vicente tras la importante victoria contra el Bilbao Athletic. «Con los resultados que tenemos estamos generando respeto en los rivales. Que tenemos una plantilla muy buena y una plantilla que además tiene muchas variantes, también es cierto. Pero la Liga es muy larga. Somos claros favoritos, porque lo estamos demostrando y porque somos el Racing, pero queda mucho y cada vez va a ser más difícil ganar, porque cada vez los equipos nos van a tener más ganas, vamos a ser más el rival a batir y eso va a ser un hándicap contra el que también vamos a tener que pelear. Todavía queda mucho, pero que la cosa siga así», afirmó el malagueño.

Por ahí van los tiros también para Óscar Gil. El Racing, «como dice la clasificación» es «el equipo más fuerte». Sin embargo, todos los datos positivos tienen un pero para los componentes del vestuario racinguista. Para el navarro no es difícil mantener los pies en el suelo. «Lo difícil es mantener el nivel, porque cada domingo tienes que ganar. Vives con la sensación de que sólo vale ganar y de que tienes que conseguirlo». «Está claro que podemos ir muy bien ahora, pero los resultados se van a ver en junio, que es cuando queremos conseguir el ascenso. Estamos en el camino correcto, pero aún no vale para nada todo lo que hemos hecho», añade el central, que es consciente de que «seguro que algún momento malo llegará».

No se sale del argumentario , quien insiste en que el Racing debe mantener el acelerador pisado a fondo. «No nos podemos relajar. Hay que seguir así para conseguir los objetivos», comentó recientemente el central vasco, que ve que en cada esquina de cualquier estadio puede aparecer un contratiempo que cambie las cosas que hasta ahora son tan favorables: «La Liga es muy larga y no todos los partidos pueden salir bien. Hay que seguir siendo humildes y trabajando. El día que llegue un bache, tenemos que afrontarlo de la mejor manera posible y ser conscientes de que aquí te puede ganar cualquiera, hasta el que está el último en la clasificación del campeonato».

Uno de los principales protagonistas del partido del pasado domingo frente al Bilbao Athletic, Aitor Buñuel, no obvia que el Racing, a día de hoy, es «realmente un equipazo en el que da igual quién esté sobre el terreno de juego». El navarro, como el resto de sus compañeros y jefes, vira rápidamente su discurso para poner el contrapunto. Para cargar el lastre en el tobillo y que las plantas de los pies no se despeguen del suelo. «Pero tenemos que seguir trabajando con esa humildad, con esa constancia que hemos tenido hasta ahora y no creernos nada del otro mundo, porque al final en Segunda B cualquier equipo te puede meter en problemas en cualquier partido». Los términos se repiten una y otra vez. «Desde esa humildad y ese trabajo tenemos que seguir adelante para conseguir el objetivo. La temporada es muy larga y habrá momentos en que no será posible mantener esta dinámica, pero es importante que estemos cogiendo este colchón de puntos», comentó el lateral navarro. La fábula de la cigarra y la hormiga. Ir atropando viandas y guardándolas en la despensa para cuando llegue el frío.

El racinguismo sonríe, pero le gusta escuchar toda esta retahíla de precauciones y tiritas antes de la herida. Porque en los Campos de Sport se ha sufrido mucho y la desconfianza está ya muy instaurada. De papardas está El Sardinero lleno. La afición verdiblanca es como los habitantes de la aldea de Armorique, donde vivían Asterix y Obelix. Las cosas van tan bien que teme que en algún momento el cielo futbolístico pueda caer sobre sus cabezas. Se siente culpable hasta por disfrutar una calma y un camino del éxito que es absolutamente merecido. Y la Segunda División B, con sus exigentes exámenes finales en los que la evaluación continua puede no servir de nada, tampoco invita a ponerse en pelotas en pleno mes de noviembre para celebrar nada en la fuente del parque de Mesones. Repitan con Ania: «Humildad, ambición y trabajo». Y en el vestuario, que lo copien cien veces en el encerado. Así todos los días de aquí hasta junio.