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Su amplia melena y la perilla perenne dotaban a Pablo Alfaro (Zaragoza, 1969) de un cierto aspecto de pirata durante su etapa de jugador. En ... aquellos años vistió entre otras la camiseta del Racing; fuerte, contundente y muy listo. Un lobo de mar. Su personalidad cautivó a El Sardinero. Durante tres temporadas (93-96) fue uno de los jefes de la zaga racinguista. Nueve años más tarde regresó para retirarse a orillas del Cantábrico, a bordo de la nave verdiblanca, después de surcar los mares de Grecia (Iraklis) y de doctorarse en el fútbol español (Atlético de Madrid, Sevilla...). Ocho años después de nuevo visita El Sardinero, esta vez como entrenador del Mirandés, el mayor rival que tiene 'su' Racing para ser campeón del otro fútbol, el de la Segunda B. Han pasado 24 años desde su primer partido como rcinguista, más de dos décadas, y el tiempo ha hecho estragos; se ha llevado al Racing de Primera, pero no ha podido ni con su historia, ni con su afición ni con El Sardinero -a pesar de que los vídeomarcadores siguen sin funcionar-. Ni tampoco ha podido ni con su melena ni con su perilla de corsario, aunque sí la ha teñido de blanco. A este doctor del fútbol le quedan muchos abordajes y mañana prepara uno. Alfaro capitanea a un Mirandés que navega por la Segunda B después de naufragar el pasado año. Con quince jugadores nuevos y la obligación de ganar busca dar un golpe de timón a la Liga ante el candidato número uno a estropearle el botín.
-'Pablo Alfaro regresa a Santander'. Es un titular que ya se repitió hace años, ahora bien, esta vez no llega en son de paz.
-(Risas) Cada partido tiene su atractivo está claro y hay algunos que nada más verlos en el calendario los marcas en color rojo. Volver a El Sardinero es algo que para mí no deja de ser especial. Lo hice en varias ocasiones, pero esta vez es la primera que me toca hacerlo como entrenador del equipo rival. Volví como jugador en dos ocasiones para vestir la camiseta del Racing y lo hice como futbolista en muchas más, pero esta vez el fútbol me trae como entrenador. Es un club y una ciudad en la que tengo muchos amigos.
-Como futbolista dejó huella en Santander, ¿el Racing hizo lo mismo con usted?
-Llegué al Racing en 1993, recién ascendido el equipo a Primera. Llegué cedido del Barcelona y aquellos años fueron buenísimos. Ganamos al Barça 5 a 0 y al Real Madrid 3 a 1 en la misma temporada. Siento nostalgia de aquella época, claro que sí. Luego recuerdo que me fui, pero regresé para retirarme en el Racing. Allí jugué mi último año como profesional y metí pocos goles, pero recuerdo uno a Osasuna en aquel famoso partido que nos dio la permanencia en Primera. Fueron anécdotas muy buenas y grandes tardes que no olvidaré. Es imposible olvidarse de cosas tan bonitas; además aquí dejé muy buenos amigos.
Obligaciones
-De aquel Racing al que se va a encontrar mañana va un mundo, el fútbol no perdona, ¿no le parece?
-El fútbol no para y pasa factura cuando se hacen las cosas mal y da alegrías cuando se hacen bien. El Racing siempre fue un club muy familiar. Recuerdo al que ahora es el entrenador del primer equipo, Ángel Viadero, que cuando yo era jugador era el míster del filial. Ahora ya tiene una trayectoria muy amplia y una experiencia en la categoría enorme. A Tuto Sañudo, a Víctor Diego, a Manolo Higuera, ahora presidente y que en aquella época ya estaba en la directiva. También a Juanjo y Antonio Tomás que fueron compañeros míos; yo me retiraba y ellos empezaban. Aquel año, el último mio, yo fui el jugador más veterano de la Liga con 38 años después de que se retiraran Donato y Carboni. Eso no ha cambiado.
Favoritos
El Racing sigue arrastrando una marea de gente, sigue teniendo una cobertura y una repercusión brutal y eso es lo que ha mantenido al club vivo en estos últimos años difíciles. Tiene cosas que no tienen otros equipos, es normal porque su historia es muy amplia y la afición es indiscutible. Las categorías marcan a veces un poco el ritmo, pero también son a veces épocas malas que hay que pasar y el Racing la pasará con todo lo que tiene atrás. Yo le deseo lo mejor salvo los dos partidos que juegan contra nosotros (risas). No habría mejor manera de terminar la temporada que logrando el ascenso los dos.
-Racing-Mirandés. En Segunda B se puede decir que es el partido de la temporada, ¿a usted le parecen los dos candidatos más serios para ser campeones del Grupo II?
-Tenemos que serlo. En esta categoría tenermos que estar los dos arriba. Por plantilla, por presupuesto y por muchas razones debemos de ser importantes, pero es un Grupo en el que no todo está escrito de antemano, ni mucho menos. Hay que jugar y demostrarlo.
-¿Qué le parecen los rivales?
-Todo estará muy igualado. Hay muchos equipos vascos y todos conocemos la fama que tienen de no dar nunca un partido por perdido y de la dificultad que existe para ganar en sus campos. Es muy difícil hacer pronósticos. Con sus armas, los equipos modestos pelean mucho y aunque por nombre están ahí el Racing, nosotros, el Burgos o el histórico Real Unión de Irún, será la competición la que mande. Estoy seguro que habrá sorpresas.
Racing y Mirandés son los dos máximos favoritos al título y, posteriormente, al ascenso a Segunda División. Sin embargo, a nadie se le escapa que el partido entre ambos llega el 3 de septiembre, diez meses antes de recoger las notas finales. Lo de mañana puede marcar la pauta o reducirse a una simple anécdota.
–Una final la tercera jornada, ¿a usted qué le parece?
–Llamarlo una final es muy atrevido.Sí es probable que marque un poco la pauta y que se saque alguna conclusión, pero es muy pronto. Ahí están el Logroñés que ha hecho un buen equipo, el Burgos, el Real Unión... Hablar de una final no es acertado.
–Además, hablar de un partido definitivo cuando en esta categoría hay que jugar un play off...
–Efectivamente.Lo más importante es llegar bien al final y no cometer errores, pero el play off es algo que queda muy lejos. De la misma manera que el partido con el Racing llega muy pronto el play off es algo que ya sucederá. Hay quien dice que lo mejor es ir partido a partido y tiene mucha razón porque el fútbol no es algo en lo que se puedan hacer muchos planes. Ni mucho menos.
– ¿Cómo ha empezado la Liga el Mirandés?
–Sobre lo previsto. Como a todos los equipos que han hecho muchos cambios, los primeros partidos son difíciles. Estamos contentos, pero obviamente debemos mejorar. El partido de mañana será importante porque es ante un equipo de los que estará arriba y nos hará medirnos y sacar conclusiones. Ninguno de los dos quiere perder en este primer duelo y será atractivo.
-¿Cómo ve el partido de mañana en El Sardinero?
-Lo veo muy pronto. Estamos prácticamente en agosto y hay gente que casi sigue de vacaciones. Sin embargo es algo que no podemos controlar y hay que jugarlo ahora y a ser posible ganarlo. Es un partido en el que cada uno planteará sus puntos fuertes y todo puede pasar. Aún ninguno de los dos equipos está rodado, pero eso ya lo sabíamos cuando se publicó el calendario. Teóricamente somos rivales porque los dos queremos lo mismo así que habrá respeto. El que gane saldrá reforzado, eso son cosas del fútbol.
-Además de lo que supone en el plano deportivo, en una categoría como la Segunda B jugar en El Sardinero es algo que añade atractivo...
-Por supuesto. Yo he seguido de cerca al Racing estos últimos años, porque de alguna manera sigue despertándome simpatía y cariño y he visto el seguimiento que tiene. Su afición es única y eso dota de un ambiente también mágico a lo que ocurre abajo. El escenario está muy por encima de la categoría, a pesar de que una vez que el árbitro señala el principio del partido el fútbol es el que manda. Pero que duda cabe que cuando eres futbolista es un lujo jugar en un campo como este.
-Como entrenador rival que es, no será extraño que conozca al Racing con todo detalle, ¿qué le parece el equipo cántabro?
-Es un equipo que estará arriba pase lo que pase. Mantiene un bloque de la temporada pasada y eso es algo muy importante y en lo que nos lleva ventaja. Hay un grupo de 13 o 14 jugadores que siguen, el entrenador también sigue al frente y eso impone personalidad. En eso nos ganan y creo que puede marcar la pauta. El entrenador conoce muy bien la categoría y en la plantilla se combina perfectamente la experiencia con la juventud. Acaban de fichar a Álex García que es otro futbolista veterano; hay una buena mezcla, saben a lo que juegan y tienen las ideas muy claras.
-El Mirandés acaba de descender. ¿Eso es una ventaja o una desventaja cuando se juega en Segunda B?
-Es una categoría muy distinta y el club la afronta con obligación, pero con la necesidad de adaptarse lo más rápido. De 25 jugadores que había el año pasado tan solo siguen tres, se han hecho 17 fichajes y eso significa que hay que acoplar al grupo. Al Mirandés le pasa un poco como al Racing que debe de ir jugando mejor y progresando, juntando las piezas, pero con la obligación de ganar. Es así cuando se aspira al mayor objetivo. Eso es algo que cada futbolista sopesa cuando llega a un equipo que tiene claro lo que quiere. Nosotros hemos confeccionado una buena plantilla, pero necesita tiempo, un tiempo que sabemos que no tenemos, pero...
-Sentirá algo especial al saltar a El Sardinero, aunque usted ya es veterano, sabrá disimular...
-Probablemente sentiré cierta nostalgia. Saludaré a muchos amigos; ya esta semana hemos hablado. El fútbol te permite esto, aunque durante noventa minutos se te olvida casi todo.
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