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El equipo y el cuerpo técnico del Racing se fueron de vacaciones el miércoles. Descanso. Pero las luces del despacho de Chuti Molina en los Campos de Sport casi no se han apagado en este tiempo. No ha esperado para tomar sus primeras decisiones. ... Apenas un día ha estado el club cántabro sin entrenador. Desde la despedida de Carlos Pouso hasta que Iván Ania (Oviedo, 24 de octubre de 1977) ha firmado su contrato con el club cántabro por una temporada, con una opción de renovación automática si logra el objetivo. Porque el asturiano es el elegido para el próximo intento de alcanzar el ascenso a Segunda División.
El exfutbolista llegó esta tarde a Santander procedente de Villanueva de la Serena. No hizo declaraciones, aunque sí afirmó estar «muy contento e ilusionado con este nuevo proyecto en el Racing» y «con muchas ganas de empezar a trabajar cuanto antes». Labor tiene, y mucha. El exentrenador del Villanovense rechazó la oferta de renovación del equipo extremeño, donde ha dejado un buen poso pese a la no clasificación para el play off. La repercusión que tiene el Racing en Segunda División B, la altura de las ambiciones del equipo cántabro y la cercanía de su casa, además del lógico atractivo económico, han convencido al ovetense para hacer las maletas y comenzar una nueva aventura en los banquillos. Su rueda de prensa de presentación se efectuará hoy, a las 11.30 horas, en los Campos de Sport de El Sardinero.
Lo que aún no está cerrado es el asunto del cuerpo técnico que acompañará a Iván Ania en este reto, aunque está claro que no tendrá nada que ver con el que tuvieron Ángel Viadero y Carlos Pouso antes después de los despidos del hasta ahora preparador físico, Adolfo Mayordomo, y el entrenador de porteros, Javi Pinillos. Es probable que el ovetense traiga consigo a alguno de sus hombres de confianza y el resto sea elegido en consenso con el club. Sus dos ayudantes habituales han sido tradicionalmente el preparador físico Pablo Gutiérrez y el entrenador de porteros Fabián Fernández. En los próximos días habrá más novedades.
Su experiencia como entrenador, de momento, es breve pero intensa. Y en la balanza, con más éxito que fracaso. Aunque nunca con un reto como el que le pone delante el Racing. Recién retirado del fútbol activo en 2010 en el club de su vida, el Real Oviedo –también militó en Tenerife, Rayo Vallecano, Nástic de Tarragona, Cádiz y Lorca, con 193 partidos en Primera División–, cruzó la línea de cal para pasarse a los banquillos. Su carrera como técnico arrancó al frente del Club Deportivo Covadonga, de Tercera División. En las dos temporadas que estuvo en el club, llevó a la entidad asturiana a la mejor clasificación de su historia, metiendo al equipo en el play off de ascenso a Segunda División B.
En 2013 volvió al Real Oviedo para colocarse a los mandos del filial carbayón, también en Tercera. Yel joven técnico no bajó el listón. Logró mantener a su equipo invicto en su feudo y colocarlo de nuevo entre los cuatro primeros clasificados para disputar la fase de ascenso a la categoría superior. Dos temporadas pasó allí.
El Caudal, al que ya había rechazado en campañas anteriores, volvió a interesarse por el técnico, que esta vez dio el 'sí quiero'. El conjunto de Mieres completó una temporada espectacular en Tercera División. Obtuvo el título en el grupo asturiano con 98 puntos. En la eliminatoria de campeones del play off cayó frente al Boiro, pero su equipo se repuso y eliminó al Cayón y al Haro para hacerse con un puesto en Segunda División B. En su primera experiencia en la categoría de bronce, consiguió la permanencia en la última jornada con el Caudal, en un curso en el que coincidió con el Racing. Sus dos enfrentamientos contra los cántabros, dirigidos por Ángel Viadero, se saldaron con derrota –2-3 y 4-0–.
El prestigio de Iván Ania continuó en aumento e hizo las maletas para abandonar Asturias y ocupar el banquillo de un equipo al que el Racing acababa de eliminar poco antes en el play off de ascenso: el Villanovense del que procede. En el cuadro extremeño ha contado con menos mimbres que su predecesor, Manolo Sanlúcar. Y pese a realizar una primera parte del campeonato irregular, al final le faltaron partidos para haberse colado entre los cuatro primeros clasificados. Eso, con un dato curioso. Sólo 29 goles marcados en 38 partidos. La efectividad ha sido máxima.
Ahora falta por ver si esa fulgurante trayectoria del entrenador asturiano logra seguir con la flecha hacia arriba ante un reto mayúsculo como es el de dirigir a un Racing obligado a ascender. Un equipo que, en los últimos años, se está convirtiendo en un devorador de entrenadores. Carlos Pouso también llegaba con una buena dinámica en los banquillos, pero los Campos de Sport se le atragantaron al técnico vasco. Todo lo que rodea al club cántabro es de unas dimensiones que pocos equipos de Segunda División B arrastran tanto a su estela.
Además, tendrá que enfrentarse a un hándicap mayor que el de sus predecesores en el cargo, y es el acrecentado mosqueo de la parroquia verdiblanca. A medida que el Racing va desaprovechando oportunidades de volver a la élite del fútbol español, la paciencia va decreciendo hasta quedarse en la mínima expresión. Santander no parece una plaza fácil para ningún técnico a día de hoy. Ese «caramelo envenenado» del que hablaba Carlos Pouso el día de su presentación y que, finalmente, pudo saborear con gusto agrio el pasado domingo.
Es un entrenador joven y, como tal, moderno en sus métodos. Al menos, eso es lo que cuentan quienes le conocen más de cerca en su faceta como entrenador. Y con una carrera aún con margen para crecer, por lo que la ambición es una de sus señas de identidad. Voluntad para seguir mejorando. Además, tiene un fuerte carácter y vive los partidos con gran intensidad, como pudo comprobar el cerca de medio millar de aficionados verdiblancos desplazados hasta Mieres hace dos temporadas. Asimismo, en estas campañas como técnico de Segunda División B ha podido ir adquiriendo cierto conocimiento de la categoría.
Y lo que se puede sacar de los números adquiridos a lo largo de su trayectoria es que trata de cimentar sus equipos desde la parte de atrás. No recibir goles para sacar el máximo rendimiento a los tantos marcados. Con el ánimo también de hacerse fuerte en su propia casa. Y en Santander va a encontrar un escenario idóneo para conseguirlo, porque los Campos de Sport siguen teniendo esa dosis de intimidación para los conjuntos rivales, aunque después de tres fracasos consecutivos en la categoría, el club tiene trabajo por delante para que los asientos vacíos no se multipliquen de cara al próximo campeonato.
El Villanovense anunció la salida del entrenador en la mañana de este jueves. «Enviamos la mejor de las suertes tanto a Iván Ania como a Fabián y Pablo –sus dos ayudantes– en sus nuevos proyectos y agradecerles el trabajo desarrollado al frente de la primera plantilla durante la presente temporada», afirmó el club extremeño a través de un comunicado. Horas después, ya se encontraba en Santander para firmar su contrato.
La contratación de un entrenador era la absoluta prioridad para el Racing, pese a que apenas han pasado unos días del final de la temporada. La figura que ahora ocupa Iván Ania era necesaria para que el director deportivo, Chuti Molina, comience a preparar, en consenso con el técnico, la plantilla de cara a la próxima campaña. Ya mismo empezará la toma de decisiones. Más allá de su rueda de prensa de presentación, los primeros compromisos que tendrá que afrontar el asturiano serán los de valorar si le interesan los jugadores que permanecen en el Racing con contrato en vigor; si tiene interés en que el club renueve a alguno de los que finalizan su vinculación con la entidad verdiblanca y poner sobre la mesa de Molina los futbolistas que pueden resultar apetecibles para confeccionar una plantilla competitiva y acorde al objetivo racinguista, que no es otro que el del ascenso. Eso, y llegar a un acuerdo con el club para completar el cuerpo técnico que le acompañará a partir de ahora. Ahora mismo, Oriol Lozano es el único que permanece en el club, tras las salidas de Adolfo Mayordomo y Javi Pinillos.
Iván Ania necesitará ingentes dosis de trabajo; puntería para acertar en sus decisiones y también mucha suerte. Porque su fortuna será la de todo el racinguismo y el club cántabro se encomienda a su labor para volver a Segunda División.
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