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Zarpas ya tiene un nuevo amigo. Se llama Cacho y es la nueva mascota del Racing, que confía en tener más y mejor vida que la infortunada Tula. Este osito con cara de bonachón y aspecto de guerrero cántabro, escudo, hacha en ... ristre y armadura verdiblanca, fue alumbrado por el Racing este martes, aunque su padre es Adrián González Rodríguez, ganador del concurso convocado hace unos meses.
Cacho apareció gracias a esta especie de examen basado en el reflejo condicionado –puesto que se permitía cualquier creatividad siempre que estuviera basada en un oso o en un guerrero cántabro–. Y claro, ante dos requisitos tan precisos, para jugar sobre seguro, Cacho responde a las dos identidades: un oso pardo guerrero con un toque celta y un escudo racinguista enfundado en su brazo derecho. Marcha en manga corta. Luce una cinta nca en el pelo y pese a su barriguita –sólo faltaba, sería el primer oso de la historia al que no le sobrase algún kilo– tiene aspecto jovial y saludable. Preparado para tanto sufrimiento.
Más entrañable que furioso, Cacho ya parte con una ventaja respecto a Zarpas: es evidente que es un oso, mientras que el felino del Blendio tiene que aclarar una y otra vez a todo aquel que le pregunta que no es un gato, sino un jaguar. No es fácil por estos lares hacerse la idea de cómo es un jaguar con la cantidad de gatos –de todos los estilos y colores– que abundan.Aún así es el amigo que le espera a Cacho.
El caso es que la nueva mascota oficial del Racing es obra de un madrileño de 33 años que ha ganado el concurso convocado a tal efecto. Y es que el bueno de Cacho inspira más ternura que temor, pero «representa fielmente el espíritu de la mascota que queremos para el club. Es un oso con la piel parda, propio de Cantabria, y eso refleja la unión e identidad del Racing con la Comunidad Autónoma», asegura el propio Racing. Vamos que un osito panda, no. Mejor pardo.
«Tiene en la cabeza la cinta propia de los guerreros cántabros, la otra temática posible dentro del certamen y porta un gran escudo; presenta un rostro amable que hará las delicias de todos los aficionados pero, especialmente, de los más pequeños, y sus trazos pueden convertirse, sin dificultad, en la vestimenta que le dé vida». Así lo ve, al menos un Racing satisfecho con su nueva imagen corporativa. Y es que para qué infundir miedo pudiendo ser un osito campechano. Ahí están los osos amorosos. Eternos. También les debió parecer apropiado el estilo de Cacho al jurado que ha estado formado por la propia directiva y por «profesionales de las artes gráficas», aunque sin mencionar su identidad.
Lo que está claro es que Cacho lo tendrá más sencillo que Tula. Aquella vaca (frisona que puestos a elegir podía haber sido tudanca) que José Campos diseñó con su mejor voluntad para convertirse en la primera mascota verdiblanca. Aquella vaquita con pintas que se enfundaba la camiseta racinguista, se apretaba una bufanda y se ponía un gorro nació casi muerta.
Pergeñada en plena era expansiva y con Francisco Pernía como presidente, la pobre Tula nunca cayó bien. La antipatía que poco a poco despertó la directiva se contagió hacia una vaca lechera que nunca tuvo el apego de los Campos de Sport. Dejó de dar leche demasiado rápido y sus manchas desaparecieron. Para disgusto, por cierto, de aquel grupo de creativos vanguardistas que veían en ella una innovación; un reflejo del modelo estadounidense de animación y espectáculo en los partidos. Aprovechó el viaje y conoció Europa, pero a la vuelta se quedó sin 'prao' en donde pastar.
Zarpas quiere ser ese animador de la grada y para eso nace Cacho, que ha sido recibido con desigual opinión. Con pitos y palmas, como se dice en los toros. Con mirada extraña, como zarpas, pero con expectación por ver su debut. Lo hará el domingo ante el Leioa.A Cacho le hubiera gustado un rival con más enjundia, eso sólo si se tratase de un boxeador, pero como es una mascota ¡qué mejor! Tendrá trabajo para que los aficionados sientan hormigueo ante un enemigo tan modesto. Con respeto.
Si Cacho se puede sentir más seguro, sin miedo a que (al menos a corto plazo) le quiten el suelo bajo los pies, más satisfecho está su padre. Adrián González, que no tiene nada que ver con el exfutbolista del Racing e hijo de Míchel, se siente «muy orgulloso por poder formar parte, a través de su mascota oficial, de un club centenario e histórico del fútbol español. Espero que Cacho tenga una larga vida y pueda acompañar a todos los seguidores hasta las máximas categorías e interactúe con los niños, que estoy seguro de que van a ser sus mayores admiradores». Acostumbrado a campar por los montes cántabros, este entrañable oso ha nacido en el infierno futbolístico. Necesitará su escudo para protegerse cuando viaje –por el momento– por toda la cordillera cantábrica que es el hábitat de su equipo en esta modesta categoría. Allí crecerá y aprenderá a valerse por sí solo y cuando se haga mayor –aunque las mascotas no crecen–, con un poco de suerte, le ampliarán el recorrido.
El fallo, adoptado por unanimidad en una reunión celebrada en Los Campos de Sport que se prolongó durante algo más de dos horas, implica que González (Móstoles, 1985) recibirá próximamente 1.000 euros en metálico y cuatro abonos del Racing de Tribuna Oeste para la temporada 2019-2020. Suyo fue, a juicio del jurado, el mejor diseño de los 62 presentados. Tula ha muerto (ya llevaba años desparecida). Larga vida a Cacho.
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