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Es la mano derecha de José Mari Amorrortu. El alumno pasó de aprendiz a trabajar codo con codo con el maestro. Y en Santander, José Manuel 'Cali' Trueba (Santoña, 29 de agosto de 1969) preparó el terreno para el desembarco en el Racing del responsable ... de estrategia deportiva. Ahora, en La Albericia, nada se escapa al ojo analítico del nuevo director de metodología.
-¿Por qué 'Cali'?
-Un mote que me pusieron desde mozo. Primero era Califa, después me quedé en Cali. Viene del carnaval de Santoña, de la Noche Mora. Íbamos cada uno con un disfraz y ahí empezó.
-Lo que le ha costado venir a Cantabria a trabajar.
-Pues sí, pero siempre llega el momento. Cuando llegué al Atlético el Vicente Calderón estaba en la avenida Virgen del Puerto, número 66. La Virgen del Puerto es la patrona de Santoña y no sé si serán casualidades o que el destino te lleva allí. Siempre me he sentido muy protegido en los sitios en los que he estado. Siempre he llevado dentro Santoña y ahora estoy muy contento de haber vuelto.
-Ahora, el Racing. Pero no es el Racing de siempre. Aún cuesta verlo en Segunda B.
-Yo siempre lo veo como el Racing, por encima de la categoría en la que esté. Tiene unos valores importantísimos. Soy cántabro y he crecido viendo al Racing. No hay muchos clubes que tengan más de cien años de historia.
-El proyecto ha cambiado...
-He llegado con la misma ilusión de toda mi vida. Junto a José Mari Amorrortu, una persona a la que conozco desde hace más de veinte años. Tuve la suerte de trabajar con él en Lezama. Y de conocerle como entrenador en Primera, con la Real Sociedad, y con el Eibar, en Segunda. Llego con él a Madrid para dirigir toda la metodología del fútbol base del Atlético, pero a los tres días me llamó Javier Aguirre, técnico del primer equipo, y entré de jefe de análisis. Diez años estuve allí. Y ahora era el momento de llegar al Racing. En estas circunstancias. Todo lo que ha habido atrás, quizá no sea yo quien lo tenga que valorar. Vengo con la ilusión de aportar todo lo que el fútbol me ha dado. En Santander hay muy buenos jugadores, siempre los ha habido. Hemos podido hacer que lleguen a la primera plantilla. Pero no llegan por ser cántabros, sino por ser grandes jugadores. Y van a ser un espejo para los que vienen por detrás. El marcador se ha puesto a cero y vamos a trabajar hasta que, si Dios quiere, podamos estar aquí muchos años. Al Racing lo quiero ver en Primera y si puede ser, con jugadores que hayan crecido aquí. Es mi gran reto personal.
-¿Cuál es su función?
-Trabajar a nivel colectivo e individualizado con todos los jugadores del club. Nos reunimos con los futbolistas para conocerles en todas sus facetas: táctica, técnica, física... Y poder crear un modelo de jugador. Lo hacemos desde los peques hasta el primer equipo. Yo me reúno con los del primer equipo, para ver cómo ha ido, sus estadísticas, qué podemos mejorar a nivel individual, para que esas piezas construyan un bloque. Tiene muy buena aceptación por parte de los jugadores. Me gusta mucho también trabajar con el filial.
-Es evidente que este proyecto no tiene nada que ver con lo de los últimos dos años.
-Llegué tres meses antes de acabar la temporada. Y entré con una conciencia de que podía haber un cambio. Si eso no lo hubiera tenido claro... Respeto a todo el mundo. Me he encontrado gente muy receptiva en la base y no les he preguntado qué tal les ha ido estos años.
-Este proyecto necesita estabilidad, pero, ¿qué sucede si se produce un cambio de propietarios?
-No dependería de nosotros. Desde el primer día hasta el último que estemos aquí debemos tener unos valores y estos deben estar dentro de la profesionalidad. Yo vengo todos los días de Santoña contentísimo, porque disfruto de lo que me gusta, y puedo hacerlo sin haber sido jugador profesional. Estaré aquí hasta que el Racing crea necesario que deba estar. Los propietarios han confiado en mí. Me expusieron lo que querían y me gustó. ¿Hasta cuándo va a ser? No lo pienso.
-La cantera del Racing ha sido maltratada en el pasado reciente. ¿Qué se han encontrado?
-Me he fijado en los jugadores y en los formadores y me he encontrado muy buenos jugadores y mucha ilusión en los entrenadores. Y eso me ha dado mucha alegría.
-Esta hornada que ha dado el paso, ¿es fruto de la necesidad económica o porque realmente tiene nivel?
-Aquí hay jugadores que han debutado en Segunda. Sí, con el equipo ya descendido, pero frente a rivales que se jugaban el ascenso. Y dieron la cara. Demostraron desparpajo. Ojalá estén muchos años aquí. Hay que arroparles, pero no por calidad futbolística, sino por calidad humana.
-Las palabras son buenas, pero ¿y si el Racing no sube?
-No pienso en eso. La competición ha cambiado. Si antes era una carrera de 10.000 metros, ahora se ha dividido en carreras de 1.500. En llevar el ritmo y la velocidad es en lo que estamos preocupados. Es complicado ascender, pero el Racing es uno de los equipos de referencia. La presión del día a día es lo bonito del fútbol. En la mar, si no pescas, no comes. Y en el fútbol, si no ganas, no comes.
-El equipo se ha formado con los canteranos y apuestas por jugadores casi desconocidos. ¿Tiene nivel para ascender?
-Sí. Esos 'desconocidos' para nosotros no lo son. Han llegado para sumar. Son muy buenos. El Racing tiene la obligación de jugar a campeón, esté quien esté. Y va a jugar a campeón. Los futbolistas deben tener hambre, porque tú eres el equipo a batir. Esto no es un brindis al aire.
-Con su experiencia, ¿qué le sugiere Pablo Torre?
-Se le ve en los ojos: quiere ser futbolista profesional. Hablas con él y lo entiende a la primera. Hay que llevarle bien. Tiene un entorno magnífico y eso es fundamental. Es un jugador diferente, pero le hace falta el trabajo de los demás. Y quiere jugar en el Racing. Eso no te lo encuentras siempre. Las metas las va a poner él.
-¿Qué es lo que más poso le ha dejado en su carrera?
- Trabajo, humildad... Me quedo con las miradas. Hay personas que me han marcado mucho con su manera de expresarse. Y a tener los pies en el suelo. Me gusta venir a Santoña y ser el mismo. Y gracias a Dios, uno de mis grandes profesores, José Mari, lo tengo aquí. También ha habido momentos duros.
-Alguien le habrá marcado especialmente.
-He tenido la fortuna de estar con entrenadores muy diferentes. A nivel de formación personal, saber estar, conocimientos y pausa, me quedo con Amorrortu. Pocas personas he visto con esa manera de analizar. Y me quedo con el carácter de la persona que me enseñó eso del día a día. Cuando llegó, me dijo: 'Yo sé que vos sos el que más sabe de fútbol de este equipo'. Hemos pasado muchas horas juntos. Diego -Simeone- sabe escuchar. Para mí ha sido como un máster, hacer crecer a un equipo que no estaba muy bien. Y a nivel de formarme, además de José Mari, también Javier Aguirre. Es fantástico. La cercanía de Gregorio Manzano... Pero Amorrortu y Simeone, por encima de todos.
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