El Racing se presenta sin caras nuevas

Dieciséis jugadores del primer equipo y seis canteranos formaron el primer día de clase. A Minero le sustituyó Bolado, el chaval del filial. No duró mucho la charla de bienvenida y apena a los cinco -diez minutos a lo sumo- los futbolistas saltaron al campo. Otros años entre saludos, retrasos y presentaciones la primera sesión se convierte en una reunión a puerta cerrada en el vestuario y un paseo por el campo a modo de inventario. Sin embargo ayer fue todo lo contrario. Ania y su cuerpo técnico salieron por la bocana de vestuarios encabezando la comitiva; con él apareció Paco Imbernón, la otra incorporación nueva, que actuará de técnico ayudante y tratará de aportar su experiencia en la categoría. Detrás, los jugadores. En la grada decenas de niños con la equipación nueva del Racing y en el campo de al lado, el filial durante su entrenamiento. La foto de ayer bien podría haber sido la misma que la de un día de Semana Santa en la que los niños aprovechan las vacaciones para ir a ver a sus ídolos si no fuera porque no había ni un solo familiar ni aficionado acompañándoles. Curiosamente en una jornada en la que no hubo ningún foráneo, los más conocidos del lugar, los seguidores racinguistas que cada mañana rinden visita a La Albericia se quedaron fuera. Normas nuevas para los nuevos tiempos.

En cuanto al trabajo propiamente dicho. Ania organizó un entrenamiento poco exigente pero vivo; primero un calentamiento, luego unos ejercicios por líneas y concluyeron con un partido a campo reducido en el que ya se vieron ganas. En el grupo de los delanteros estuvo Jon Ander, que cumplió con el apartado físico y se retiró cuando llegó el partido. La rodilla del vasco está mucho mejor, pero aún le quedan al menos tres meses para estar a punto. Junto a él, los chavales Tresaco y Siverio y los dos cedidos que regresan a casa: César Díaz y Mario Soberón. Las pretemporadas son ciclos inciertos en los que muchos saben que se juegan su futuro y otros esperan que se desvele el suyo. En la delantera del Racing esta situación es muy patente, ya que salvo David Barral que figura como fijo, el resto pueden salir todos.

Algo más de una hora duró el primer acto del curso 2019-2020. A simple vista, el estado físico de los jugadores es correcto. Es probable que la semana que viene se produzcan los primeros análisis para comprobar el peso y el aspecto cardiovascular; será la primera referencia de la que partir para a base de la carga de entrenamientos acercarse a los mejores baremos de cada uno, pero sin llegar. Ponerse a tope en el inicio de Liga con diez meses por delante no es la prioridad.

Ania también agrupó a los defensas con Aitor Buñuel, el héroe de Son Malferit, Óscar Gil, Jordi Figueras, Íñigo Olaortua y Julen Castañeda. Para este último es el cuarto verano de verdiblanco, algo que le convirtió ayer en el veterano. Al lado estaban los centrocampistas, entre los que se encontraban Sergio Ruiz, Ritchie Kitoko, Mario Ortiz y Rafa de Vicente. No sería descabellado pensar en que alguno de ellos no empiece la Liga dentro de poco más de un mes, pero será el tiempo quien lo diga. Con ellos se mezcló en el partido Berto Cayarga, que después de la marcha de los cedidos -Lombardo, Noguera e Hidalgo- el asturiano es el único futbolista de banda, con permiso de Álvaro Cejudo a quien es difícil encontrarle un lugar en el campo en el que no haya jugado ya.

Los canteranos Bolado, Puras, Saiz Maza, Bolado y los dos '9', Tresaco y Siverio aderezaron una sesión muy 'light' con la que se dio salida al proyecto y a la aventura de recuperar lo que se perdió hace un lustro: estabilidad deportiva. De los directivos, ni rastro. En estas fechas las agujetas afectan a todos por igual; a los jugadores en las piernas después de un mes sin entrenar y a los responsables de hacer los fichajes en la oreja de escuchar ofrecimientos de representantes. Hasta el 31 de agosto hay tiempo,. de momento, el equipo empieza con lo puesto.