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«El fútbol es el que nos convoca, pero la educación nos une». Las palabras son de Sebastian Ceria, presidente de la Fundación Racing y propietario del club –en sociedad con el presidente, Manolo Higuera–, y fue parte de su discurso, cortito y al pie, que protagonizó ayer junto al Centro Botín, en plena bahía de Santander, ante los 230 chavales que forman las categorías inferiores, los sesenta técnicos auxiliares y personal de formación y cerca de trescientos presentes, entre padres, familiares y simpatizantes, que acudieron a la presentación del fútbol educativo. Así, de este modo y con este término es cómo ha decidido acuñar la entidad el proyecto que engloba todo el trabajo con la cantera, con la base de la pirámide que forma el Racing y que «constituye una pieza fundamental y los cimientos de lo que queramos construir».
Los equipos sub11, sub12, sub13... Así hasta el equipo de División de Honor juvenil masculino y el sub19 femenino. Uno a uno fueron pasando por un estrado improvisado, con una pantalla gigante sobre sus cabezas en la que aparecían los valores que guían el día a día del club. Alegría honestidad autoestima, creatividad... Para terminar se eligió el primer equipo femenino del Racing, «una promesa cumplida», confesó Ceria. A todos ellos, pero en especial a los pequeños aspirantes a futbolistas, además del sol, que se apuntó a la fiesta y le dio más lustre al acto, les acompañaron como maestros de ceremonia los canteranos del primer equipo, como signo evidente de que el trabajo bien hecho tiene sus frutos;Íñigo Sainz-Maza, Mario García, Álvaro Mantilla, Jeremy y Saúl García no faltaron.
230 chavales
componen las categorías inferiores del fútbol base del club.
60 personas
de formación entre técnicos y auxiliares se dedican a la cantera.
Los propios chavales ejercieron de presentadores de sus compañeros. Se les fue llamando y se sentaron todos juntos dando una imagen de piña y de unión como hacía tiempo que no se estilaba por estos lares. Al fondo, en primera fila, las familias, «ese otro pilar en el que apoyarse y que tiene una vital importancia». Esta última frase la pronunció Gonzalo Colsa, director del Fútbol educativo, que fue quien primero tomó la palabra para ofrecer una aproximación de las líneas maestras de este proyecto. El que fuera capitán del primer equipo, formado en la cantera a fuego lento, les mandó un mensaje a todos, pero directamente a los chavales. «No os fijéis en el resultado del domingo. Esto es un camino muy largo». El ramaliego admitió estar «cumpliendo un sueño» al ser parte importante de esta «responsabilidad tan grande». No dudó en agradecer a «quienes ayudan a que esto funcione», pero se centró en especial en la suerte «que hemos tenido de coincidir en el tiempo y en el club con Sebastian Ceria y Manolo Higuera». «Créanme, tenemos mucha suerte», insistió a los familiares que le escuchaban.
Colsa dirige un año más a un equipo de sesenta personas que se dedican a la formación de los canteranos. Sus palabras concluyeron con un mensaje de ánimo:«Es muy difícil, pero que nadie os quite la ilusión de ser jugadores del Racing».
Antes de hacerse la gran foto de familia numerosa, Ceria e Higuera despidieron el evento. El primero recordó que sigue en pie la idea originaria con la que aterrizaron –ambos dirigentes– en el club: «Esto tenía que ser un club de cantera, íbamos a invertir en cantera y esto es un hecho. Hemos pasado de las palabras a los hechos». Sin embargo, Ceria quiso ir más allá, porque para él «esto no solo es un proyecto deportivo, sino que lo es educativo y nos aseguraremos que los jóvenes tengan una carrera deportiva mientras estén, pero también que aprendan». Pidió paciencia, «porque todo se ha de construir poco a poco» y se dirigió a los padres para lanzarles una promesa:«No se preocupen, los vamos a cuidar».
Fue Higuera, otro exfutbolista de cantera que ha pasado por casi todos los roles en el club para ahora asumir –por segunda vez y con todo el convencimiento– la presidencia, quien le puso el punto final a la presentación. «Hoy es un día para recordar, del que estoy especialmente orgulloso», señaló. Después de una primera etapa en el sillón presidencial en que el escenario no acompañó, ahora asiste a una época de cambio. Conoce cómo funciona el fútbol por dentro, por eso advirtió de que «va más allá; no solo será un club de cantera sino que también descansará en el proceso educativo que dirigirá la formación». Para el presidente, «cada día que pasa se gana un partido porque nos acercamos en la formación no solo como futbolista sino como persona».
Higuera parafraseó a Colsa y a Ceria y con ese mantra de que a nadie le debe cegar «el resultado del domingo», se despidió pidiendo a todos que se arremolinaran para retratarse. Todos tienen una misión. Higuera con camisa y jersey –no es de corbata–; Colsa en bermudas y con el polo del club; Moratón y Matabuena, con el chándal. Todos ellos vistieron la camiseta verdiblanca que ahora visten los pequeños. Y todos ellos lucían los misma expresión ojiplática que tenían los chavales ayer. «Ellos sirven de inspiración». matizó Ceria.
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