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Lo preocupante es que la filosofía presentada este jueves por el Racing sea novedosa en este club. Porque la paciencia, la constancia, la sensatez, el cariño y el sentido común deberían ser siempre pilares básicos del trabajo con la cantera. Pero la inestabilidad del ... fútbol, amplificada en los últimos años en este club de cimientos movedizos, hace que lo de las secciones inferiores verdiblancas sea como las leyes de educación. Cuando han cambiado los que mandan, se ha tirado a la papelera todo el trabajo anterior. Eso, y las actuales urgencias por devolver al primer equipo, al menos, a Segunda División. El nuevo Departamento de Metodología, Análisis y Desarrollo Individualizado promete «una estructura firme y sólida al trabajo de base», según defendió este jueves el responsable de estrategia deportiva verdiblanco, José Mari Amorrortu. Ahora hace falta que permitan a la idea enraizar.
El coordinador de este estamento será el analista del club, Cali Trueba. Precisamente fue él quien se encargó de presentar, punto por punto, las columnas sobre las que se sostendrá el proyecto. «Es una realidad. No es un brindis al sol», anunció el técnico. Trueba explicó la intención de instaurar una metodología de abajo a arriba del club, algo «fundamental para la formación». Pero no solo para el crecimiento en «los aspectos técnicos, tácticos y físicos», también en «los referidos a la evolución personal del joven jugador». «Se partirá de un trabajo programado, adecuado a las necesidades y posibilidades de cada fase», agregaba.
Porque los nuevos responsables deportivos de la entidad verdiblanca ven «el deporte como una herramienta educativa». Un vehículo para «la construcción de valores a través del fútbol». La razón, según Trueba, de que todo esto sea «importante a medio y largo plazo» es sencillo: «Los jugadores son el patrimonio que puede tener el Racing». Por lo que aportan con la camiseta del club y por lo que dejan cuando sus carreras les llevan lejos en busca de cotas mayores.
«Hay mucho valor en este club», afirmó el analista verdilblanco. Y eso que gran parte del talento balompédico de Cantabria se ha marchado por descontento, falta de oportunidades o por cantos de sirena de otras canteras. Una de las formas de evitar eso tiene receta: «El jugador del Racing debe tener una identidad. Debemos crearla».
Por un lado, «que los chicos vean que hay un espejo en el que mirarse». Formar una idea futbolística común que atraviese todas las secciones de La Albericia. Para ello hay que «definir el modelo; analizar y evaluar la metodología del entrenamiento; la transferencia de la metodología al juego; los parámetros de rendimiento de nuestros jugadores y mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje». Porque, según Trueba, los técnicos de la base son «profesores».
Dentro de las nuevas actuaciones que pretende llevar a cabo este departamento se encuentra la grabación y edición tanto de los entrenamientos como de los encuentros para corregir errores y potenciar aciertos. Asimismo, se realizará un informe postpartido para cada categoría y, en el caso de los equipos de más edad, un informe prepartido sobre el rival. También se realizará un análisis individualizado de cada jugar. Y lo que ya se ha empezado a llevar a cabo son las reuniones, cada lunes, con todos los equipos «para hablar de cómo ha ido la semana».
Trueba dio su opinión sobre el eterno debate en el fútbol base de si es compatible la educación con la competición. «Creo que la competencia y el desarrollo individual pueden ir de la mano y queremos que se vea reflejado en El Sardinero», afirmó. El analista le ha dicho a los jugadores del filial y del juvenil de División de Honor que si quieren salvar «los diez metros que separan el campo de hierba artificial con el de césped natural en el que entrena el primer equipo, está en ellos. Nosotros nos vamos a esforzar al máximo para ayudarles y guiarles en ese camino». Por eso quiere que los chavales que vistan la camiseta verdiblanca se distingan, entre otras cosas, por «el hambre». «Los que han llegado a la primera plantilla no sólo han cumplido un sueño, sino que lo han convertido en realidad», concluyó.
El coordinador de las secciones inferiores, Justo Sisniega, fue el encargado de explicar el trabajo que se tiene previsto sobre el desarrollo personal y profesional de los entrenadores. «Es la persona quien lidera y sostiene la función de educar y formar. De ahí la necesidad de desarrollar los aspectos personales».
Por ello, el plan de trabajo habla de «hacer seguimiento de la vida personal de los jugadores y acercar el club a las familias. Queremos mejorar la identificación y el sentimiento de club. Si a los chicos y chicas les hacemos sentir que nos preocupamos más allá del ámbito futbolístico, creemos que van a desarrollar un sentimiento de pertenencia al Racing». Un cariño por el club que, tal y como reconoció, puede ayudar en algunas tesituras, como ante ofertas de otros equipos para salir de La Albericia. Entre otras cosas, los técnicos de las secciones inferiores harán «un seguimiento de las notas de los jugadores, así como de otras situaciones especiales de su vida».
Para todo esto se deberá ampliar la formación de los entrenadores de la base verdiblanca quienes, debido a la precaria situación económica del club, no son profesionales. «Debemos reconocer la importancia de un activo del club como es el conocimiento de los profesionales».
Todo esto esta muy bien así sobre el papel. Ahora habrá que ver la ejecución y la durabilidad del proyecto, porque la cantera, como los propios actuales gestores reconocen, necesita «paciencia». Y el Racing no está libre de que sus propietarios, Alfredo Pérez y Pedro Ortiz, decidan en un periodo corto de tiempo salir del club. Y que el que venga cambie todo de arriba a abajo. A José Mari Amorrortu, de momento, eso no es algo que le tenga preocupado. «Yo, a día de hoy, siento mucha cercanía y confianza por parte de la dirección. Ninguno de los que estamos aquí pensamos que esto es algo a corto plazo. Nuestra realidad es construir bien para que el Racing tenga un futuro basado en algo sólido. Ninguno de nosotros piensa en uno mismo, pensamos en el Racing», afirmó el responsable de estrategia deportiva.
Y aunque está convencido de que es compatible, es necesario ver si este abrupto cambio de modelo, tras el paso de Chuti Molina por la dirección deportiva del club, es compatible con devolver al Racing a Segunda División este mismo año. Porque este club, haga lo que haga, siempre vive en el alambre, algo muy emocionante pero poco saludable. Insano también para su cantera.
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