El Racing prevé una rebaja de casi la mitad en su límite salarial para la próxima temporada

En El Sardinero se encuentran a la espera de recibir esa primera notificación, que se establece en función de los ingresos por televisión, estimación de financiación propia a través de publicidad, el número de abonados y toda parcela relacionada con la posibilidad de generar recursos. Los tiempos que maneja LaLiga no son los mismos con los que trabajan los clubes, dado que la patronal recibe la información y allá por el mes de septiembre elabora la primera estimación, algo que no encaja con la necesidad de los equipos de planificar la temporada, construir la plantilla y confeccionar presupuestos. Pese a que las tesorerías de los clubes están maniatadas hasta que conozcan de manera oficial el montante definitivo la dirección deportiva no puede esperar a que esto ocurra y siempre maniobran con una estimación «sin perjuicio de que se pueda estudiar después la capacidad de poder elevarlo», como aseguraron a ElDiario fuentes del Racing.

En cualquier caso, salvo que se produzca un hecho totalmente inesperado, en esta temporada que arrancará en algo más de un mes, el Racing volverá a ser, como fue en la campaña 2019-2020, uno de los equipos con menor potencial económico para poder armar un proyecto deportivo. En aquel curso, LaLiga impuso un tope de 5,07 millones de euros a los verdiblancos que les colocó como los cuartos con menos capacidad económica para gastar, solo por delante de Mirandés, Ponferradina y Fuenlabrada.

A nadie se le escapa que en aquella campaña los gastos en la plantilla venían muy hipotecados debido a los contratos heredados del curso anterior, donde jugadores como Jordi Figueras, Álvaro Cejudo, Alexis, Barral o David Rodríguez acaparaban más del 40% del dinero disponible. Es evidente que no tiene nada que ver, en la actualidad el bloque más importante de la plantilla tiene contrato en vigor y, en teoría, no se han hecho tales dispendios de los que lamentarse un año después.

No obstante, el notable descenso de capacidad salarial con el que trabaja el Racing a estas alturas no deja de ser un hándicap importante para poder mantener la competitividad que requiere un proyecto en LaLiga y consolidarse en el fútbol profesional.

Ahora bien, todo esto son estimaciones, dado que no es una imagen fija ya que la cifra que se sitúe como salida en los primeros días de septiembre será incrementada con total seguridad una vez que el propio club cántabro pueda ir certificando ingresos.

La principal razón por la que el club verdiblanco sabe que su límite salarial será considerablemente inferior al de la pasada temporada es porque en aquel curso contable se estableció la venta de Pablo Torre, que con independencia de los ingresos variables que pueda recibir el Racing en función de los objetivos estipulados en el contrato del futbolista con el Barcelona, lo que es cierto es que las arcas del club recibieron alrededor de cinco millones de euros. Este apartado, precisamente, es el que eleva notablemente el tope a los clubes.

En el Racing, como bien aseguró a este periódico Mikel Martija, director deportivo, no se espera ingresar nada por traspasos ni tan siquiera por las posibles ventas de Miquel Parera, Íñigo Vicente o Rubén Alves, de los que en algún momento se recibió algún interés por parte de otros equipos, pero que el propio mandatario vasco se ha apresurado a descartar.

Así las cosas, a pesar de que es probable que pueda recibir una partida superior por los ingresos televisivos, ya que al lograr la permanencia el Racing eleva su repercusión social y mediática y estará mejor valorado en el momento de repartir las partidas, aún así será imposible acercarse a las cifras de la pasada temporada. También se confía que el número de abonados aumente y que la propia autofinanciación con ingresos atípicos supere la contabilidad del curso 2022-2023, pero sigue siendo insuficiente para competir con lo que aportan a las arcas de los clubes las ventas de jugadores.

En El Sardinero, lejos de estar preocupados se sienten a la expectativa y esperan certificar una buena gestión de los recursos para paliar la escasez de los mismos. El poder contar con una base muy sólida en la plantilla permite centrarse en que los gastos sean muy contados y puntuales.

La política de no pagar traspasos por ningún jugador se mantiene inamovible. Martija también afirmó recientemente que «el club puede sobrevivir sin vender jugadores» por lo que los esfuerzos del club ahora son los de poder fortalecer el equipo con sueldos bajos y sin sobrecostes.

Quedan seis semanas para que empiece la Liga, pero algo más de ocho para que se cierre el mercado de fichajes y hasta entonces los clubes seguirán trabajando con estimaciones sin recibir ningún dato oficial y cerrado.

Por otro lado, en la pasada temporada el Racing dispuso de un margen de hasta 9,8 millones de euros, que sin embargo no gastó del todo. Después de las incorporaciones de invierno, el club gastó algo más de 7,3 millones y el resto lo destinó a otros gastos. El presidente, Alfredo Pérez, en una de sus últimas comparecencias públicas, una vez que había terminado la Liga y con la permanencia conseguida, aventuró que para esta campaña que está a punto de empezar la previsión era la de gastar lo mismo que el pasado curso por lo que los indicios apuntan a que los esfuerzos y el objetivo de la propiedad es la de lograr incrementar esa orientación inicial hasta el montante de los siete millones y poder gestionar el curso con los mismos recursos de la última vez. A finales de agosto podría hacerse pública esa cifra inicial con la que contar.