El Racing quiere volver a dar miedo

Salvo contra el Tudelano, pocas veces hubo -al menos el entrenador siempre se encargó de que quedase claro- motivo para reservar a los mejores para un partido posterior, pero actualmente menos. Ni tan siquiera cuando el Racing visitó el Benito Villamarín, que aparentemente era un escenario sin parangón hasta entonces. Por eso la apuesta de mañana pasa por recuperar -si es que se ha perdido parte de ella- la imagen de equipo sólido y dominador que le ha colocado como uno de los mejores del fútbol nacional. La sesión de ayer no dejó claro que Ania pretenda cambiar algo de lo que acostumbra. Tan solo que deberá buscarle un sustituto a Jordi Figueras, que ni tan siquiera saltó al campo. El central catalán, al que dio descanso la semana pasada, arrastra molestias en el recto anterior de la pierna derecha y en estos casos el entrenador nunca arriesga. Olaortua es la opción más factible, sobre todo al tratarse de un campo como Urbieta y de un estilo de juego tan directo como el que practica el Gernika. La otra alternativa es que Julen Castañeda vuelva a ocupar el puesto de central, pero eso obligaría a dar entrada en el lateral izquierdo a Jesús Puras o repetir con Rulo, como el día del Betis.

Sin ninguna pista que adelante sus intenciones, lo más normal es que Ania mantenga el dibujo, más allá de la variante táctica que introdujo en Sevilla con la vuelta a los dos delanteros. Allí optó por utilizar como sorpresa la velocidad de César Díaz acompañando a Dani Segovia en un intento de coger con la guardia cambiada a Quique Setién, conocedor sobrado de la forma de jugar del Racing. «Tenemos que ser imprevisibles», anunció el entrenador en la víspera. El intento, que no se utilizaba desde la pretemporada, salió mal. Tres días después, ante el Leioa en El Sardinero, el entrenador racinguista retomó el esquema de todo el año y aunque sin brillantez, en la segunda parte del partido volvió a convertirse en el martillo pilón que le ha distinguido esta temporada.

Con todos estos antecedentes, las dudas que pueden planear por la cabeza del míster a un día de jugar ante el Gernika son las mismas de todas las semanas: ¿Quién ocupará la línea de tres por detrás del delantero? ¿Quién será, precisamente, el '9'? Y, por último, el acompañante de Sergio Ruiz en centro del campo. Dado el rendimiento regular de todos los efectivos, el debate -al menos desde fuera, ya que el cuerpo técnico parece tenerlo más claro- es alternar a los jugadores en función de las características del campo y del rival. Para mañana en defensa no parece que haya duda, dado que sin Figueras, Olaortua es su recambio. En la medular, a un Sergio Ruiz indiscutible se turnan para acompañarle Quique Rivero y Rafa de Vicente. La hierba artificial podría darle más opciones al andaluz, sin embargo no hay nada que lo confirme.

En la línea de tres, todo indica que puede volver Álvaro Cejudo que no jugó ante el Leioa y que Cayarga podría ser el damnificado. Tanto el cordobés como Nico Hidalgo se perdieron alguno de los dos partidos anteriores; Cejudo no estuvo ante el Leioa y su compañero no se enfrentó al Betis. Lo mismo le ocurrió a Cayarga, que reapareció ante los vascos, pero no estuvo presente en el duelo copero del Villamarín.

Así las cosas, el único que no ha descansado ha sido Enzo Lombardo, que no sólo disputó como titular los tres partidos de la semana pasada sino que también estuvo en el derbi ante la Gimnástica siete días antes. El francés pasa por ser uno de los hombres más utilizados en esa línea de tres a la que Ania le dota de libertad ofensiva; ha jugado en ambas bandas y por el centro y su desequilibrio y verticalidad le permite ser siempre un jugador necesario. Mañana el técnico asturiano tendrá que decidir quién de los cuatro hombres se queda fuera. El otro efectivo que reúne un perfil parecido es César Díaz, aunque Ania lo prefiere como delantero más que como hombre de banda. El manchego fue una preferencia del cuerpo técnico -tanto de Chuti Molina como del propio entrenador- y por eso renovó el pasado verano, pero su rendimiento está siendo más discreto de lo esperado. Lo más probable es que si se mantiene el sistema 4-2-3-1 deberá esperar su oportunidad.

Finalmente, para mañana en la delantera las posibilidades están al 50%. Tanto Dani Segovia como Jon Ander han participado en uno de los dos encuentros de la pasada semana, Betis y Leioa. El vasco sumó su concurso ante el Amorebieta días antes tras caer Segovia lesionado. Las condiciones del campo y el juego que se espera mañana les dan opciones a los dos, ya que será necesario dominar el juego aéreo y no evitar el contacto.

Se cumplen 16 jornadas de Liga y el Racing prácticamente ha arrollado hasta el momento con un estilo muy marcado, decidido y sin fisuras, tiempo suficiente para que los rivales le conozcan más de la cuenta. «Es algo con lo que contamos, por eso hay ocasiones en la que tenemos que dejar de ser predecibles», repitió Ania la semana pasada. Hay equipos que renuncian a su propia identidad cuando se enfrentan a los verdiblancos, como la Cultural de Durango, que se encerró en El Sardinero o el Leioa, el pasado domingo, que colocó dos pasos más atrás de lo habitual al equipo. Con todas estas variantes debe lidiar el Racing cuando aún resta más de una vuelta de campeonato. Los resultados son buenos y las ideas del cuerpo técnico muy claras, por lo que no resultan necesarios cambios. La única incógnita que falta por resolver es si el escenario será el mismo cuando el mercado de invierno traiga otro delantero a Santander. Chuti Molina está en ello y si finalmente llega, a buen seguro, será distinto a lo que hay.