El Racing rinde cuentas hoy a su accionariado

Aunque la reunión es presencial, desde la entidad han preferido ser precavidos y también se ha habilitado un sistema informático para seguir la Junta de manera telemática y votar en caso de que cualquier imprevisto impidiese la reunión. En tiempos de covid nunca se sabe.

Eso en cuanto a logística, porque a la hora de sacar adelante las propuestas el Grupo Pitma no va a tener ninguna complicación. El conglomerado empresarial cuenta con más de la mitad del capital social y tiene el camino más que allanado para aprobar cualquier decisión. Aún así, la ley establece que cualquier accionista que esté en la reunión, es decir, que esté acreditado, tiene derecho a ejercer su voto.

El Racing quiere celeridad. Por eso ha reducido al mínimo los puntos del orden del día para poder agilizar la Junta. Nada de esas sesiones maratonianas de antaño salpimentadas con ásperas reclamaciones e incluso voces en grito. Algo que no le ha tocado vivir ya al Grupo Pitma. Vestigios de tiempos mucho más convulsos para el propio Racing que terminaron con el fin de la 'Era Okupa' y la llegada a la presidencia de Manolo Higuera.

La aprobación de las cuentas del curso pasado y del presupuesto de la presente temporada serán los principales temas a tratar. Los números de la anterior temporada arrojan un beneficio de 340.000 euros -frente a los 2,02 millones de pérdidas del ejercicio inmediatamente anterior-. Y es que el breve paso por el fútbol profesional resultó un descalabro y dejó un duro golpe en el presupuesto del equipo. El parón competitivo impuesto por la pandemia de covid supuso además otro trastazo para las arcas del Racing, que tuvo que devolver la parte proporcional del dinero de los abonos que correspondía a los partidos no disfrutados por los socios al no poder acudir al estadio. Y la ausencia de público generó una reacción en cadena más. La pérdida de ingresos por taquilla en el tramo final de Liga.

Así todo el club equilibró la situación y evitó un vía crucis económico al aplicar un ERTE a jugadores, empleados y técnicos. Una iniciativa que permitió ahorrar y sirvió de vendaje para la evitar la sangría económica; y a la que se sumó el importe del traspaso de Karim Yoda al Al Hazem de la Primera División de Arabia Saudí por un millón de euros.

Sobrevivir en una Segunda B ampliada y lograr el ascenso es el objetivo del Racing, su reto, pero puede ser una empresa complicada, y el escenario que deja tras de sí el covid-19 no ayuda mucho. Para lograrlo en la 2020-21 el club verdiblanco cuenta con un presupuesto de salida de 3.796.000 euros como previsión de ingresos y gastos. En el apartado 'otros ingresos' se asignan 2.310.000 euros, una cantidad en la que está incorporada la ayuda percibida por el descenso (aunque la cantidad exacta de esta dotación no figura). Además, el club aspira a recaudar medio millón de euros por abonos, pero esta cifra puede variar si Sanidad no levanta la prohibición de celebrar partidos sin público, como se está haciendo hasta ahora. En lo que respecta a ingresos por competición el club calcula que la cantidad a percibir rondará los 100.00 euros aproximadamente, mientras que estima otros 560.000 por comercialización.

En el aire está el pago del último plazo del pago concursal. Un gasto de 5,7 millones de euros que previsiblemente tendrá que afrontar el Grupo Pitma -ya que no se puede aplazar salvo negociación de última hora, y que no está incluido en el presupuesto. De hecho, el club solicitó recientemente a la Liga de Fútbol Profesional la ampliación y fraccionamiento de este pago. ¿Por qué a LFP? Pues porque la ley obliga a que el 65% de los acreedores den el visto bueno a la modificación de plazos y la entidad que preside Javier Tebas controla el 50% del total en el caso del Racing. Son parte de los platos rotos de la 'Era Okupa', cuando el club incumplió económicamente con proveedores, técnicos, futbolistas... Cantidades a las que hizo frente la LFP.