Este Racing sigue al alza

El Racing es, junto al Burgos, el mejor local de Segunda División. Ha cosechado 10 puntos en los cuatro partidos que se han jugado en un Huerto del Francés que no para de enterrar rivales con tres victorias y un empate. Pero es que su racha invicto en su estadio se remonta ya muchos meses atrás. A la temporada pasada. En concreto al 8 de abril de 2023 con una victoria ante el Albacete (4-1). Desde entonces los verdiblancos no fallan en casa y el último equipo que puede jactarse de haber vencido en El Sardinero es el Levante, que visitó los Campos de Sport apenas un mes antes.

De momento, los de José Alberto tienen al racinguismo encandilado. Han superado antiguos traumas y han puesto la directa en Segunda División, desde la entrega incondicional de Mantilla, el oficio de Germán o la magia de Íñigo Vicente, hasta el desparpajo de los recién llegados como Arana o Andrés Martín, y el crecimiento de Morante, que ha ido más con cada partido. Por no hablar de que a Grenier le brilla la calidad hasta en la niebla. Todos suman. Todos aportan para ganar. Han corrido como posesos para recuperar el balón, y, sorprendentemente, también han marcado más goles que nunca en los últimos tiempos. Hasta los recambios funcionan y cada hombre que entra iguala o mejora lo hecho hasta el momento.

Que el entrenador asturiano hace mejor al resto es un hecho. Parece contar con el talento de tener 'el toque del Rey Midas', porque donde mete la mano saca un tesoro. Ese 'Je ne sais quoi', que tiene José Alberto y que marca la diferencia. Solo que los racinguistas sí que saben de qué va ese 'no sé qué'. De trabajo duro, de constancia, de intensidad, de actitud, de un vestuario trabajado y unido y de hambre. De tener más ganas de ganar que el rival. Parece sencillo, pero no lo es.

La comparativa con la temporada pasada a estas alturas del campeonato es demoledora. El primer año del regreso del Racing a Segunda, con Romo en el banquillo, el equipo contaba solo con cuatro puntos en la séptima jornada, fruto de cinco derrotas –cuatro de ellas consecutivas–, un empate y una victoria. Ahora, los verdiblancos triplican esa cifra de puntos con 12 en su casillero. Y a pesar de contar con varias caras nuevas que han llegado cuando el equipo ya se había echado varios partidos sobre las piernas, se ha dado una simbiosis perfecta. El grupo es como una orquesta perfectamente entonada a base de ensayos diarios que no falla una nota de lo que dicta la partitura que ha elegido el director de orquesta. Aunque tampoco falta algún solista capaz de improvisar y salirse ocasionalmente del guión para sorprender al auditorio. A pesar de eso, en el vestuario la cantinela que resuena es la de 'primero cincuenta puntos, y luego ya veremos'. Por ahora prefieren mantener los tacos bien clavados en la hierba. Para soñar están los racinguistas, que ya les toca. Al fin y al cabo son años de ver a un Racing convertido en un funambulista profesional, y el cambio se agradece. Mucho.

Un equipo unido, con identidad, que logra resultados, se siente cómodo y que se gusta cuando se mira al espejo puede lograr grandes metas. Y en eso anda el Racing. Los verdiblancos hasta ahora solo han perdido un partido, el que disputaron en el Stage Front Stadium frente al Espanyol. Y eso ante un recién descendido de Primera, en la segunda jornada de Liga y con el mercado de fichajes aún sin cerrar.

Por lo demás, tres empates y tres victorias. Eso sí, todavía ninguna lejos de El Sardinero. Porque como visitante el Racing aún no se ha llevado los tres puntos en casa ajena. Una cuenta pendiente que los verdiblancos tienen prisa por ajustar. Tratarán de hacerlo en Butarque este viernes (21.00 horas) ante el Leganés, pero no será tarea fácil. Los pepineros solo han pinchado una vez como locales. De los tres partidos que han disputado en su estadio han ganado dos y únicamente se han dejado los tres puntos ante el Andorra. Pero el Racing está lanzado. Y más después de vencer al Albacete. Se dice que lo más difícil de ganar es siempre volver a hacerlo, pero la apuesta en el vestuario está clara: Todo al verde.