El Racing sobrevive a una Copa de locos

Estos partidos son como aquellas clases de recuperación en las que el 'profe' empezaba repasando lo que ya a uno se le había olvidado. El Racing pisó el Pancho Bermúdez sin tener claro cómo jugar o sí realmente jugando a lo que sabe sería suficiente. José Alberto puso en marcha un once inicial y muy de Copa, con una mezcla de los que protestan cuando no juegan en Liga con aquellos que abren los ojos como platos cuando dicen su nombre en el vestuario; Carrascal y Gomeza se vistieron de inicio. Eso es la Copa. Oportunidades para todos.

No tardó el Racing en coger las riendas ante un UD Lanzarote que no sabía por dónde le llegaban. Saúl en una banda, Suleiman en otra y Jeremy cogiendo los mandos del partido. Con esas tres cositas se adueñó del duelo copero en un estadio que se lo pasaba bien aunque no fuera protagonista. El público pronto aceptó que no era el día de las sorpresas y acató su rol de animador sin excusas. Pero lo mejor estaba por llegar.

El Racing llegó fácil y repetidamente en el primer cuarto de hora y con esa superioridad manifiesta –ya no solo prevista– dominó los tiempos. Un remate de Carrascal, una caída al espacio de Lago Junior y otra de Karrikaburu. Sí, pero más fuegos de artificio que pólvora. Los verdiblancos manejaban el encuentro, pero desde lejos de la portería de Alejandro. Sin una ocasión clara.

El entrenador de los isleños, el mítico Juan Carlos Socorro, exjugador de Las Palmas de los años noventa, colocó a los suyos por detrás del balón. Era lógico. La premisa era esperar y lo hizo mientras pudo. A José Alberto la competición y el escenario no le borraron la partitura y mantuvo la defensa adelantada como es su esencia.

El gol se resistía hasta que Lago Junior y Saúl se aliaron con Karrikaburu; al vasco le dieron el balón y su maniobra le dio por fin una alegría. Llegó el gol. La primera combinación del Racing superó a un voluntarioso UD Lanzarote que solo pudo aplaudir. El primer gol del ariete que no le anulan después de tres en Liga en los que el VAR le arruinó la fiesta.

Lo de 'Karri' fue una jugada de cerrajero. Abrió la lata. Entre que al Racing le va la juerga y a los isleños les quedaba grande el traje el partido se volvió loco. Ocho minutos después el delantero vasco hace un control de foto y cede a Ekain, que bate por bajo de modo inapelable.

Con 0 a 2 todo parecía visto para sentencia, pero Saúl decidió darle emoción. Un error en el despeje le dio a Ale Fuentes la oportunidad de hablar hoy en la isla de cómo se le pinta la cara al líder de Segunda. Y vaya que sí. El goleador iba a dar que hablar y mucho.

El descanso no cambió nada más que las porterías para los porteros. Los isleños –con cuatro cambios– salieron sin miedo y con un paso al frente. Los de José Alberto, que dejó lo mismo de antes en el campo, con nada llegaban. El primer cuarto de hora del segundo acto fue un calco, con llegadas sencillas por ambos carriles, pero sin nada que declarar. Sin ocasiones ni por asomo. Con la línea del Racing adelantada, la visibilidad reducida y los asistentes forzando la vista todo podía ser posible en un final al que el Racing se empeñó en dar alas.

El UD Lanzarote se encomendó a otro 'regalito' para dar que hablar en la Copa. Y el Racing, que siempre es generoso casi la lía. Un posible penalti de Carrascal y un fuera de juego que no era se siguen lamentando en el Pancho Bermúdez. Los isleños se lo creyeron a última hora, quizás porque el Racing no fue capaz de tirar entre los tres palos ni para asustar. Empezó el concierto de siesta de pijama con un extra de permisividad. La prórroga era el enemigo a batir, pero al Racing le atropellaba el final. Y fue entonces cuando el UDLanzarote cayó en la trampa;Sangalli le dio la pelota a Jeremy para el tercero y el propio Jeremy se adornó para cederle a Suleiman el cuarto.

Eso sí, llegó el descontrol. Ale Fuentes se aprovechó para sumarse al festival de goles y marcó un segundo y un tercero para hacer un 'hat trick' y hacerle temblar las piernas a los foráneos. El final fue de infarto y los de casa se merecieron más. Casi se le atraganta la Copa a un Racing flojete, que se empezó a pensar en el viaje de vuelta sin estar a lo que se celebraba.