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El Racing busca desde hace semanas una alternativa a Aritz Solabarrieta, aunque aún no ha comunicado nada oficial. Salvo cambio radical de plan, al técnico vasco le pueden quedar tres partidos como máximo responsable del banquillo racinguista antes de abandonar la entidad ... después de dirigir 21. El club ya le busca sustituto desde hace semanas, como reconocen fuentes del club, y ha abierto contactos. Y también medita la entidad es si con él se van también los responsables técnicos y encargados de lideran el nuevo proyecto que se puso en marcha el pasado verano: José María Amorrortu y Pedro Menéndez. Por el momento, algunas operaciones se llevan a cabo sin contar con ellos o, al menos sin consultarles.
Lastrado por el desastroso arranque, con tres derrotas consecutivas que dejaron al equipo al borde del descenso, limitado por su crispado aterrizaje público y muy condicionado por su escasa experiencia en la categoría, Solabarrieta dejó de ser la opción preferida de los jefes del Racing hace ya tiempo. Pero sobre todo lo que ha pesado en el de Ondarroa es lo que hubiera lastrado a cualquier técnico (de hecho ha ocurrido en varias ocasiones en el Racing en los últimos años): no ascender.
Fuentes del club en diversos estamentos han confirmado a El Diario Montañés que ya han sondeado varios técnicos para que un nuevo entrenador se haga cargo del equipo en la nueva Primera RFEF, más profesionalizada y supuestamente más exigente, de cara a lograr el ansiado regreso a la Liga de Fútbol Profesional.
Las dudas que suscitó la llegada de Solabarrieta se han mantenido permanentemente y pese a la mejoría de resultados siempre le acompañó la sombra de su interinidad en el banquillo. La no clasificación para el play off de ascenso, que actualmente se juega en Extremadura, ha sido decisivo para que Amorrortu no consiga al menos por ahora convencer a los mandatarios de que el técnico continúe.
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El hermetismo con el que acostumbra a trabajar el Grupo Pitma, dueños del Racing, en las gestiones relacionadas con el club alarga más la duda de hacia dónde se dirige el proyecto el curso que viene. Si bien Alfredo Pérez, presidente de la entidad, siempre ha querido priorizar el proyecto basado en la cantera y con cierta continuidad en el tiempo al resultado inmediato, el fiasco deportivo de esta campaña pueda hacerle variar los conceptos.
El Racing dio un cambio de 180 grados el pasado verano al consumarse el descenso a la Segunda B. Los propietarios aleccionados por el desastre que fue darle el bastón de mando a una única persona, Chuti Molina, y convertirle en plenipotenciario, apostaron por armar una estructura más duradera y se fijaron en alguien con mucha experiencia en ello: Amorrortu. Ahora bien, algunas de las decisiones del veterano técnico vasco no han resultado como se esperaba en las oficinas de El Sardinero y pese a que se ha querido remodelar el fútbol base verdiblanco -abandonado en las últimas campañas- la importancia del fiasco del primer equipo le ha condicionado en exceso. Con todo ello, la continuidad de Amorrortu es ahora el debate que se maneja en el seno del despacho presidencial de Alfredo Pérez, puesto que su marcha sería irremediablemente un 'volver a empezar' de nuevo.
La salida de Amorrortu podría desencadenar también la de Pedro Menéndez, al que también le puede arrastrar la sumisión que ha tenido que soportar de las primeras decisiones de su jefe. La obligatoriedad a que los movimientos para la construcción de la primera plantilla respondieran a un plan urdido por Amorrortu redujeron a Menéndez a una figura de asesor sin apenas capacidad de decisión ni maniobra. El peso de la competición y el vértigo que supuso que el primer equipo no arrancase la temporada con buen pie acabó por desvirtuar un tanto la posible credibilidad en el proyecto. Amorrortu fue perdiendo peso y asumiéndolo Menéndez, que en el mercado de invierno dio un cambio de timón y redirigió los esfuerzos con la clara intención de mejorar los aspectos débiles de la plantilla. No rehuyó la responsabilidad y acertó, pero no le dio tiempo a enmendar lo que ya se había hecho mal en el campo y en las oficinas.
Ahora parece que los roles están ya más diferenciados y los propios jefes lo tienen claro, sin embargo los últimos acontecimientos añaden aún más dudas sobre la confianza por parte de los mandatarios en las personas a las que encomendaron el proyecto. El nombramiento -aunque por el momento no oficial- de Gonzalo Colsa como responsable de la cantera a partir del próximo curso sin que ni tan siquiera fuera consultado con los propios encargados de la parcela deportiva no deja de ser un síntoma de la pérdida de credibilidad.
Las próximas semanas irán descubriendo el camino de un Racing que podría volver a girar. Lo único que parece por ahora decidido en un Racing permanentemente cambiante es que Solabarrieta no seguirá como entrenador del primer equipo. Que el club ya ha sondeado varios perfiles de sustituto es un hecho. El plan es que se haga cargo del equipo un técnico con experiencia contrastada y a ser posible que haya militado ya en la Segunda División. La presencia de César Anievas, presidente de la Fundación Racing, por un lado, y de Colsa como responsable de las secciones inferiores incluyendo el Rayo Cantabria, por otro, lanza un claro mensaje de que existirá un enlace continuo entre la base y el primer equipo, pero parece claro que después de un año de 'transición' los esfuerzos por regresar al fútbol profesional serán una prioridad.
Mientras tanto, la secretaría técnica del Racing continúa, por su parte, trabajando en mercado para la temporada que viene con un escenario que en nada tiene que ver con lo que desafortunadamente se encontró el pasado verano. En este caso, Menéndez, sobre el que ha recaído el peso -por el momento si es que no se producen novedades- de adelantar el trabajo, prepara el plan sobre un borrador en el que ya existen seis canteranos con contrato en vigor, más otros seis futbolistas que continúan su relación con el Racing. El resto queda libre y será labor de la propia secretaría técnica presentar un informe sobre la posible conveniencia o no de ofrecer la renovación a alguno de ellos. Del mismo modo también podría buscarse la salida -aunque no parece probable- a jugadores con contrato en vigor.
Se trabaja con el regreso de los cedidos, caso de Juan Gutiérrez (Ebro) y Jagoba Zárraga (Villarobledo), así como Goñi y Saúl, que han militado en el Laredo, o Musy, en el Portugalete. Habrá que gestionarlos. Se espera que se produzca una reunión en las próximas fechas entre los mandatarios y los encargados de la parcela deportiva para unificar criterios y, para poner encima de la mesa el plan a seguir, ya que por el momento parece que los movimientos de unos y otros no están siguiendo el mismo patrón.
El club no quiere oficializar nada, esforzado en no desautorizar a su técnico con la temporada aún en marcha, aunque no haya nada en juego, pero la búsqueeda lleva semanas en marcha. El propio Solabarrieta siempre se ha mantenido escéptico en cuanto a su continuidad: «No depende de mí. Estamos de paso y es algo a lo que no puedo dedicarle esfuerzos porque no depende de mí». Este viernes, sin ir más lejos, en la rueda de prensa de cada semana se mostró pragmático: «Aquí hay que venir llorado», en clara alusión a que las cosas pueden ir bien, mal o peor. Es el fútbol de consumo inmediato el que manda.
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