Al Racing le vale con hacer lo mismo

En esas últimas cinco campañas, las más recientes, la puntuación mínima que fue necesaria para ocupar una plaza en el play off de ascenso fue de 61 puntos, el curso 2019-2020. El sexto aquel año fue el Elche, que entró al final en la pugna y los ilicitanos superaron la fase y se plantaron en Primera División. Lo mismo hizo el Rayo Vallecano la temporada siguiente, la 2020-2021 y con 67 puntos y también sexto clasificado no encontró más impedimentos en el camino y ascendió a Primera, de donde no ha salido desde entonces. Los rayistas sumaron aquel curso 67 puntos y volvieron a dar la sorpresa, porque aunque durante el campeonato fueron uno de los favoritos habían perdido un poco el ritmo. Más difícil todavía, al ejercicio siguiente, el 2021-2022, el sexto clasificado fue el Girona, que con 68 puntos se metió en la última plaza que da derecho a pelear por el ascenso a la élite y los catalanes lo consiguieron. De aquello únicamente ha pasado poco más de año y medio y hoy en día ese Girona que se coló en el play off es el líder incontestable de Primera División que sonroja a los grandes.

En las otras dos campañas, la 2018-19 y la pasada, 2022-2023, también el sexto fue protagonista. En esta última, el Albacete recién ascendido casi da la sorpresa y en la 2018-2019 fue el Dépor el que la dio, que colándose sexto con 68 puntos no subió cuando lo tenía todo para ello y le cedió el camino al Mallorca, que había sido quinto, con tan solo uno más. Los bermellones todavía siguen en lo más alto del fútbol español.

El Racing está en disposición de ser uno de ellos. Si se tira de hemeroteca aún más, la última década, se observa que siempre -al menos hasta el curso 2013-2014- se alcanzó la fase de ascenso con 66 puntos, o lo que es lo mismo si el Racing repite lo que ha hecho alargaría la temporada en el mes de mayo. Se mire por donde se mire.

Pero no solo son los números los que le dan al equipo cántabro la etiqueta de equipo puntero sino las sensaciones y la capacidad de recuperación. Los verdiblancos han sido los mejores -como bien repitió su entrenador- en las últimas seis jornadas de Liga, en las que han sumado doce puntos de 18, no han perdido ningún partido y han dejado la portería a cero. Bien es cierto que no rehuye el intercambio de golpes y recibe muchos goles, tantos que cuesta en ocasiones creer que con tantos haya podido ser capaz de llegar a Navidad encaramado en lo alto de la tabla. Ha sumado dos puntos encajando cinco goles, ver para creer, y ha tenido que marcar cuatro tantos para ganar en el campo del Levante.

Es obvio que en esa parcela deberá mejorar, pero por todo lo demás: «Los jugadores se merecen que se les pueda permitir tener diez minutos malos un día». A José Alberto le debió sentar tan mal lo que le ocurrió en Elda, cuando le remontaron una ventaja de tres goles, que aún seguía enfadado con todo el mundo el martes antes de irse de vacaciones. Aunque no lo admita, él también sabe que su equipo marcha tan bien que cuando se tienen errores no forzados duelen más de la cuenta. Por eso la pérdida de los puntos ante el Oviedo a última hora y frente al Eldense contra pronóstico le dejaron un poco fuera de sí y enfadado.

Los datos son los datos, pero también las sensaciones. El Racing tiene al pichichi de la Liga, al jugador que más asiste y a uno de los que más balones recupera. Peque, que antes de llegar José Alberto a Santander ocupaba poco más o menos que una de las esquinas del banquillo ha pasado a ser uno de los futbolistas más determinantes de la competición, no solo porque es el que más goles anota sino por su prestancia y su eficacia desde los once metros. La confianza que le dio el cuerpo técnico al llegar ha dado sus frutos. Bien es cierto que el pundonor del propio futbolista ha hecho el resto; el catalán se sometió a un proceso de fortalecimiento y musculación, acompañado de un programa de nutrición personalizado para potenciar sus virtudes y poner a la altura de la categoría. Mano de santo. De Íñigo Vicente poco más se puede hablar; el vasco se ha convertido por méritos propios en el timón del equipo con su maestría y con sus nueve asistencias de gol.

Las confirmación de Jokin Ezkieta y Álvaro Mantilla; el crecimiento exponencial de Juan Carlos Arana y Andrés Martín, que han superado sus números anteriores; la consolidación de Íñigo Sainz-Maza y Aritz Aldasoro... Todo ello ha deparado un rendimiento que hace pensar que lo que queda por jugarse puede ser muy similar en una línea lógica. Tan solo queda una variable que está por despejar en la ecuación. ¿Acudirá el Racing al mercado de invierno para reforzarse? José Alberto fue discreto y comedido en su última intervención y le pasó la patata a los dirigentes. Es obvio que no se puede dejar pasar la oportunidad, con cuatro fichas libres, con alguna partida reservada para la ocasión y con la posibilidad deportiva de luchar por algo impensable. El mes de enero es hábil para ello y los dirigentes tienen la palabra. A poco bien que se haga todos saldrán ganando así que no queda otra: ¿Por qué no intentarlo?

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