El racinguismo, a la espera de una reacción

A pesar de que está ya algo cansada, la afición del Racing goza de una paciencia casi infinita. «Sí que voy. Saqué la entrada en cuanto las pusieron a la venta y aunque pertenezco a la peña Zalo, voy por libre. Voy a ir con otro aficionado, con Pepe Barros, que no se pierde ni un partido», cuenta Federico Trueba. Junto a Barros son dos exponentes de los veteranos más incombustibles. Aunque llueva o sople sur. «A Pepe le llamé yo para ir porque lo vi en redes sociales, y él, como no tiene, pues enseguida estuve al tanto y cuando salió le dije: '¡Venga! Que ya están las entradas, vamos a sacarlas». A Trueba no hizo falta mucho para convencerle. Barros no se pierde un partido y además «lo estaba deseando... Si es que hay mono de Sardinero», explica Trueba.

Lo mismo le pasa a Pablo Rodríguez, de Juventudes Verdiblancas. «Siempre tengo ganas de ir a ver al Racing pase lo que pase y esté como esté la situación. No me tienen que motivar mucho, la verdad», confiesa. Él también se apresuró a sacar su entrada el primer día de los que estuvo habilitado tras priorizarse la venta a los abonados Oro y Plata del club, «por si me quedaba sin ella». Aunque reconoce que no es muy optimista y teme que Sanidad dé una contra orden si la situación sanitaria empeora. Algo en lo que coincide con Pedro Cava, de Aupa Racing, Daniel Méndez, de San José 1913, y Vicente Nieto. «Tengo mucho mono después de verlo por televisión y quiero estar en el campo, pero no las tengo todas conmigo. Con el aumento que hay de contagios, a saber. Mientras no entremos en fase 4...», elucubra Cava. «Yo he sacado entrada ya para seis de la peña. He ido con sus carnés a las taquillas». Su miedo es que pase como en el choque ante el Alavés. Entonces todo apuntaba a la entrada de público, pero Sanidad decidió vetarlo en el último momento. «Sacamos las entradas y al final no se pudo ir», se lamenta.

Méndez y Nieto aún no las han adquirido, pero tienen pensado hacerlo sin tardar mucho. «Mi idea es ir y apoyar al equipo cuando más lo necesita», señala Vicente Nieto. «Hoy -por ayer- estoy fuera de Santander por trabajo y en cuanto regrese saco la entrada, pero me está dando miedo el repunte y que se tome alguna medida el jueves o el viernes», dice Nieto. No duda de que «el mejor activo que tiene este club es la afición» y aunque sea un momento crítico y la situación genere dudas, «es la que nunca falla y nunca va a fallar. Que el club y la plantilla vean que seguimos ahí». Y quien quiere que tanto la propiedad como los jugadores se den cuenta de que los fieles no los han abandonado es Daniel Méndez, pero de otra forma. «Tengo idea de ir, pero todavía no he sacado la entrada. Lo haré esta semana, porque hace tiempo que estoy algo enfadado. Tengo ganas de protestar un poco, porque, telita...», explica sin contemplaciones.

Un enfado que comparte con Ángel Zorrilla, de Ojáncanos. «La única manera que tienes de mostrar disconformidad es yendo al campo y si nos dejan ir podremos mostrar nuestro descontento también», afirma. Quien antes fuera el presidente de las peñas del Racing lo tiene claro, reparte culpa entre los estamentos del club y avisa. «Depende de cómo vaya el partido, lo que pueden ser aplausos se pueden tornar en pitidos a los jugadores y al Consejo de Administración, lógicamente». Federico Trueba, por su parte, no tiene intención de silbar ni pitar a los futbolistas, pero sí espera que «eso también les sirva de motivación, que vean que la gente esta un poco desencantada con la marcha del equipo». Él, como Barros, después de verlas de todos los colores acompañando al Racing, va a ir a animar, que es lo que se le da bien. «En el campo luego saldré fastidiado, desanimado, pero pitar y silbar contra el equipo no lo haré nunca. Es lo que menos le hace falta, que vayamos a crear mal ambiente», reflexiona.

Pablo Rodríguez, el presidente de Juventudes Verdiblancas, cree que hay tiempo para todo cuando se va al estadio. «Los 90 minutos son para animar a los jugadores, sobre todo este año, que tenemos a gente muy joven de la casa con poca experiencia en clubes grandes; y si se quiere protestar contra cualquier otra cosa, para eso están el antes y el después». Ve razonable que haya gente que esté descontenta, porque «hay cosas que no se están haciendo bien», pero tiene claro que la Segunda B es muy complicada. Por desgracia, el Racing ya tiene callo en la categoría y para Pablo esto «no es tan fácil como decir 'Somos el Racing y vamos a ganar todos los partidos de calle' y este año se está demostrando que es así». Lo cierto es que la inmensa mayoría de la gente está cansada y sorprendida, porque no sabe lo que le pasa al equipo, pero para Pablo esto es un aliciente más. «Parece que está todo en contra por la situación que estamos viviendo y la marcha del equipo, pero esto me alienta más para ir al campo, porque si podemos aportar un granito de arena y un poco más de apoyo en el estadio, aunque seamos pocos, bienvenido sea».

4.444asientos, que equivalen al 20% del aforo del estadio, es la cifra de asistentes que ha permitido el Gobierno de Cantabria

Cava también quiere arrimar el hombro, pero reconoce que «el malestar está». Además, siguiendo a rajatabla las normas sanitarias impuestas por Sanidad, los aficionados estarán más acotados en cuanto a movimientos y capacidad de expresión. «Dicen que no se puede chillar y estaremos con la mascarilla, pero veremos qué pasa en el campo. Si lo hacen muy mal, algún chillido habrá que pegar, pero confiemos en la victoria, si no, ya apaga y vámonos», se resigna.

El frío del invierno también puede dejar a mucho público en casa, desnaturalizando un poco más la cita. Pero lo peor es el hartazgo. Para Daniel Méndez, «la gente está muy quemada. Teníamos que ir con la gorra primeros y no es así, además se piensan que es una Liga como la de hace dos años, pero solo nos quedan quince partidos. Es una locura, el equipo está sin pies. Vamos de ridículo en ridículo», afirma tajante. Para Ángel Zorilla, «deportivamente la situación es penosa y socialmente se palpa que la gente está muy desenganchada. Eso es lo más peligroso, que a los aficionados les acabe dando igual lo que pase», advierte.

Vicente Nieto quiere ser realista. Las sensaciones que le transmite el Racing le generan muchas dudas. «Todavía no hemos visto la versión del equipo, ni buena ni mala. Todavía no sabemos qué cara tiene este equipo», reconoce, y aunque sueña con el ascenso a Segunda, es consciente de que «va a ser muy complicado, incluso haciéndolo bien».

La bala del cambio de técnico ya se ha gastado, pero la mejoría no llega. «Al equipo lo veo mal. Desorientado, mentalmente flojo, con un nuevo entrenador con ideas nuevas que tienen que asimilar y no lo han hecho», lamenta Cava. Pablo Rodríguez y Federico Trueba comparten su opinión. «No me transmite solidez ni la fiabilidad que se necesita en un serio candidato al ascenso», comenta el presidente de Juventudes, mientras que el veterano de la peña Zalo asume su desencanto.

1.700entradas había dispensado el Racing ayer, aunque el club espera que la cifra crezca a medida que avanza la semana

«Están dando bandazos. Quitan a un entrenador, que primero no lo iban a traer, luego sí, después ha venido otro, que hay que darle oportunidades al chaval, pero si vas a traer algo, tiene que ser algo contrastado, que conozca un poco la Segunda B. Qué menos, ¿no?». Pero el sufringuista es ese aficionado que siempre tropieza con la misma piedra, verdiblanca para más señas. «Después del partido de Zubieta se me han quitado un poco las ganas de ir, porque fue bochornoso, pero siempre te queda la cosa de que esto algún día tendrá que cambiar y esperemos que el domingo cambie», suspira Ángel Zorrilla.