El racinguismo recibe a su equipo

No eran aún las siete cuando el racinguismo comenzó a congregarse a unos cuantos metros, junto al acceso frontal del Palacio de los Deportes. Allí, en la rotonda que conecta la Ballena con la S-20, esperaban muchas gargantas dando color verde a la noche santanderina antes incluso de que arribara el autobús del Espanyol.

Entre cánticos se esperaba la de los verdiblancos, con algún pito se recibió a los periquitos y cuando, cerca de las siete y media, llegó la expedición montañesa, la afición la acompañó casi en corteo para que los jugadores recibieran en aliento de los suyos a su bajada del autobús, de nuevo entre cánticos y bengalas en un estruendo que se dejaba notar, y mucho, dentro del estadio.

Ya con los jugadores en el vestuario la previa se ha vestido de normalidad, o de toda la normalidad que pueda tener un partido especialmente significativo y festivo en Santander.