El racinguismo se reivindica

«Es muy bonito vivir un partido de estas características, con un ambiente de Primera División, contra un rival que es uno de los grandes de la Liga y la verdad es que conforme se produjo el partido tenemos que agradecer a la gente el apoyo. Me alegro de que disfrutasen de ese ambiente y esperemos que siga en los partidos de Liga. Porque yo creo ese ambientes como ese dan puntos a lo largo de una Liga», explicaba ayer César Díaz. Aunque el manchego mantiene, eso sí, los pies en el suelo: «Son experiencias bonitas de vivir, pero el objetivo es el ascenso», añadía tras la breve sesión de trabajo en La Albericia.

Pocas veces una derrota dolió menos y poca veces el Racing tiene la ocasión de reencontrarse con su esencia, que no es la de la Segunda B. El del jueves frente al Betis (0-1) fue el partido más visto de la jornada con 225.000 televidentes (un 1,4% de share), 17.398 espectadores (contando a todos, incluso los 40 profesionales de Mediapro), una taquilla de la que el club no ofrece cifras oficiales, pero que puede acercarse a los 400.000 euros y la autoestima recuperada. Tras el gran juego del equipo y la injusta derrota frente al Betis en el partido de ida de los dieciseisavos de final de Copa, los verdiblancos se sienten reivindicados. Por primera vez desde hace meses, incluso desde hace años, sienten cercano el regreso al fútbol profesional. La del jueves fue la mejor entrada desde la última promoción de ascenso, hace ya más de un año, a pesar de que los abonados tenían que pagar. Y todo unos días después de que el club superara los 10.000 abonados, el segundo mejor registro de los cuatro grupos de Segunda B solo por detrás del Castellón.

Quizá quien mejor resume el sentimiento en Santander sea un recién llegado como Jordi Figueras, que se perdió por lesión el partido frente a su antiguo equipo, pero que lo vivió como un verdiblanco más, y en este caso el adjetivo puede ser ambivalente. «Qué pena de resultado, pero qué noche hemos vivido en nuestro templo. Una pasada, qué ambientazo... ¡Así todo es mas fácil! ¡Gracias a todos los racinguistas!». Así lucía el perfil de Twitter del central, muestra de la enorme autoestima que tienen el club y su entorno.

«Estamos satisfechos -insistía este viernes César Díaz-. A pesar del resultado, que podía haber sido más positivo, las sensaciones del equipo nos hacen estar contentos», añadía el albaceteño, para quien «lo más importante del partido es que ante todo intentamos ser el mismo equipo que en Liga. El equipo está creciendo y estamos muy orgullosos del partido que hicimos».

Porque más que resaca del partido ante el Betis, lo que se vivió este viernes fue una breve continuación de la fiesta deportiva en La Albericia. Y también en los bares, en los puestos de trabajo y en cualquier tertulia improvisada que pisara cualquier racinguista. Los andaluces se entrenaron por la mañana a las órdenes de Quique Setién en La Albericia ante mucho público; más de lo normal en la ciudad deportiva del Racing.

Y por supuesto, mucho más del que se supone para una sesión regenerativa tras un partido oficial. Y se vivió de nuevo lo que ya se pudo comprobar en la tarde-noche del jueves: el cariño a Quique Setién y Sergio Canales, absolutamente correspondido y el perfil mediático de Joaquín. El capitán bético genera ahora más expectación que cuando era titular con la Roja, y a sus 37 años ha rentabilizado al máximo su humor y su perfil digital. Tanto que su presencia ha eclipsado en Santander -en lo que a gritos de los aficionados se refiere- nada menos que a un tótem como Quique Setién y al cántabro de moda: Sergio Canales.

«Ha sido increíble. Desde que hemos salido a calentar ya se notaba algo especial; algo bonito», decía un Jon Ander que hace año y medio jugaba en Tercera y este jueves se fajaba con Marc Bartra ante más de 17.000 espectadores y un ambiente de los de antes, con un público entregado que por momentos hizo de los Campos de Sport una caldera. También Aitor Buñuel se ufanaba del «ambientazo» vivido en El Sardinero. «La afición ha estado espectacular una vez más y es de agradecer». En definitiva, una inyección de autoestima.

«El Racing tiene un equipazo», se felicitaba Quique Setién tras un partido en el que los verdiblancos no le sorprendieron, porque ya lo ha dicho muchas veces, pero sí le causaron una gran impresión. Y lo verbalizó incluso en la sala de prensa: «La gente está volcada con su equipo. Lo que hemos visto es para estar ilusionado». Su presencia ha servido también en cierto modo para catalizar el racinguismo en un momento dulce dentro de la penitencia que supone jugar en la categoría de bronce. «Muchas gracias al Real Racing Club por su hospitalidad y a todos los empleados de La Albericia por su amabilidad con todos nosotros y el Real Betis Balompié».

Son palabras del jueves de Quique Setién. Y resumen el sentimiento de satisfacción que envuelve al racinguismo tras una eliminatoria de Copa que a pesar de la derrota le ha henchido de autoestima y redondea de paso su gran rendimiento en la Liga. La ovación con la que se despidió a Canales también dice mucho. Como lo a gusto que estuvo ayer el Betis en La Albericia. El Racing respira optimismo y se vuelve a sentir grande, aunque la tozuda cotidianidad le recuerde que es un club de Segunda B. O en Segunda B, que tal vez sea una preposición más adecuada para la oración.

Sergio Canales fue también este viernes de nuevo, siempre con permiso de Joaquín, uno de los hombres del día. Y es que el partido era muy especial para él. El mediocentro fue uno de los futbolistas profesionales que durante la ampliación de capital con la que se evitó la disolución aportó los 25.000 euros que se pedían a empresas y grandes accionistas. Otros no lo hicieron. Y el racinguismo recuerda quién le apoyó.

«Para mí ha sido un partido complicado. Siempre jugar contra el Racing va a ser un partido complicado para mí y la verdad es que mentalmente ha sido diferente», reconocía el santanderino. «Desde que se supo la eliminatoria he recibido muchas muestras de cariño y estoy súper agradecido. El Racing es mi club -insistía-, el que me vio crecer y del que siempre voy a estar detrás. Deseo que suba porque se lo merece todo el mundo y al final lo conseguirá: va regresar a donde se merece».

Lo decía al final del partido y lo repetía en sus redes: «Emocionado por el cariño de la afición del Racing. Un momento que nunca olvidaré», compartía con todos sus seguidores. Antes, Quique Setién ya había repartido saludos y posado para todas las fotografías. Y el Betis mostrado sus respetos a un adversario batido, que no vencido: «Nos habéis demostrado lo que fuisteis, sois y seréis siempre ¡Un equipo de Primera División!», decían los hispalenses en su cuenta corporativa.

La inyección es también económica. Por el momento los verdiblancos han ingresado ya 157.000 euros de la Federación Española: 25.000 por el partido frente al Mirandés y 31.000 por el de la segunda ronda ante el UCAM. Ambos a domicilio, con lo que habría que restar el gasto que supuso para el equipo el desplazamiento murciano (el de Miranda, en el día, fue mucho más asequible). La tercera ronda, ya en casa, trajo a los Campos de Sport al Logroñés y un ingreso de 41.000 euros más la taquilla, en este caso muy inferior. Aunque la política del Racing es no ofrecer tampoco datos sobre la recaudación, a aquel partido, también de pago para los socios, asistieron 8.439 espectadores, siempre según el conteo que hizo público el propio Racing, con lo que la taquilla pudo llegar, según una aproximación, a los 100.000 euros.

En esta ronda de dieciseisavos de final el Racing ha percibido de la Federación Española 60.000 euros, a los que se deben sumar los cerca (siempre según una estimación no oficial) más de 350.000 euros que el club puede haber recaudado en taquilla. En resumen, la Copa ha supuesto al Racing aproximadamente 600.000 euros de ingresos, lo que supone una fuerte inyección presupuestaria en un momento en que se acerca el pago del siguiente plazo de la deuda concursal.

De seguir adelante en la competición, los de Iván Ania harían mucha más caja. La Federación premia con 80.000 euros el acceso a los octavos de final, con 100.000 los cuartos, 120.000 por las semifinales y 200.000 por la final. De hecho, la sensación en el Racing es la de que debe desplazarse a Sevilla «a competir». El 0-1 encajado en un partido en el que los cántabros recibieron demasiado castigo es un gran lastre, pero su juego y sensaciones les llevaron a no lamentar apenas, siquiera, las reclamada expulsión de Feddal , a quien hasta en dos ocasiones se le perdonó la expulsión durante el primer tiempo. Curiosamente, los 8.439 espectadores frente al Logroñés era en récord de asistencia de esta temporada, en la que, como ya se ha convertido en norma en Segunda B, el curso ha arrancado con timidez en lo que a asistencia se refiere para incrementarse a medida que se acercaban los meses decisivos de la competición. El Racing dobló la mejor entrada de la temporada sin necesidad siquiera de recibir la visita de un grande. Prueba de que ahora, por primera vez en mucho tiempo, la masa social, el entorno e incluso el club creen firmemente en el regreso al que es para el club cántanbro su hábitat natural.