Borrar

El racinguismo se saca la rabia de dentro

La afición verdiblanca gritó de alivio tras cuatro años de miseria futbolística y se echó a la calle para celebrar el deseado ascenso

Álvaro Machín

Santander

Lunes, 3 de junio 2019, 07:20

La rabia se acumula. Se mete muy abajo. Se pega a las tripas. Y si va mezclada con una sensación de tristeza, se arrastra. Como la bola de los reos encadenada al tobillo. Los racinguistas llevan cuatro años cargando con la bola. Llevándola cada quince ... días a El Sardinero y, por el medio, a los campos donde el fútbol no es el que se ve por las televisiones. Lastrados, estando donde no querían estar (aunque hayan ido siempre y, en general, no se hayan tirado del barco). A regañadientes, pero estando. Y ayer, más que celebrar, más que dar gritos de alegría –que también–, lo que la Cantabria que siente en verde y blanco hizo fue suspirar. Quitarse la bola y escupir la misera que cada aficionado ha estado mascando de agosto a mayo durante cuatro años. Eso es, por encima de todo, lo que se sintió al recorrer las calles de Santander al terminar el partido. Entre los baños en la fuente de los más jóvenes, los brindis en Peña Herbosa y las fotos por el móvil que ahora hay que tener para decir que lo has vivido. Sobre todo eso, sacarse la rabia de dentro. Y descansar. «Esto se acabó de una maldita vez». En realidad no decían maldita, pero es mejor escribirlo así. De una vez por todas. Fue una mañana de nervio, una tarde de alivio y una noche de rienda suelta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes El racinguismo se saca la rabia de dentro