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Fue jugador y capitán del equipo al mismo tiempo que presidente del club, algo insólito en la historia del Racing. Fue todo un señor, un clásico insuperable para quienes aspiran a representar los valores del racinguismo. Es cierto que no fue uno de los fundadores ... del club, aunque vivía en el entorno de la Plazuela de Pombo y jugó en el Plazuela, uno de los equipos que dio origen al Racing. Incluso en 1913 pertenecía al Strong, el club que derrotaría al Racing en su histórico primer partido, aunque no jugó aquel día porque pertenecía al equipo infantil. Pero Ramón Santiuste García-Quintana (Santander, 1900-1974), o 'Cachano', como le conocían sus amigos, fue el más prestigioso y respetado representante del conjunto cántabro. Y esa consideración hacia su persona no sólo se instaló en Santander. Hasta el Athletic reconoció sus valores deportivos otorgándole en 1930 su medalla de oro. Pero, además, fue protagonista en el 'primer ascenso' del Racing, ese que le otorgó el honor de ser uno de los fundadores de la Primera División española. Algo que ya nadie podrá quitar nunca a la entidad verdiblanca.
A diferencia de sus compañeros del Plazuela que fundaron el Racing, Santiuste se integró en el Strong en 1913 y en 1915 pasó al Racing para no abandonarlo nunca. Aunque jugó varios partidos amistosos con el primer equipo, su debut oficial data del 24 de noviembre de 1918, en partido del Campeonato del Norte, perdiendo por 3-1 ante el Arenas. Los racinguistas formaron con Luis Álvarez, Campuzano, Santiuste, Tomás Agüero, Torre, Lavín, José Agüero, Ortiz, Madrazo, Díez y Barbosa.
Con motivo de la guerra de Marruecos, en 1922, coincidiendo con los también racinguistas Rufino Gacituaga, Julián Barbosa y Fidel Ortiz, 'Cachano' jugó en el equipo de Sanidad de Melilla, ganando el campeonato local. En su regreso a Santander la afición le recibió como un héroe.
Aunque comenzó jugando en la media, fue un defensa corpulento no exento de velocidad, con dotes de mando y formidables condiciones físicas que acompañaba con un respetable dominio del balón. Su calidad se confirmaría cuando en 1928, junto con su compañero Óscar, fue convocado para la selección nacional de cara a disputar uno de los clásicos partidos entre posibles y probables, junto a otros jugadores como Ricardo Zamora o José Samitier.
Dotado de un carácter responsable y maduro, Ramón Santiuste, capitán del equipo, también mantuvo preocupación por la gestión del club. Tras una crisis provocada por el enfrentamiento entre el Racing y la Federación Cántabra de Fútbol, Santiuste sería elegido en 1924 presidente de un comité provisional formado también por los jugadores Ricardo Naveda y Julián Barbosa. Este comité recondujo la nave racinguista para que al año siguiente se hiciera cargo de la presidencia el prestigioso decano del Colegio de Abogados, Tomás Agüero y Sánchez de Tagle. Santiuste también formaría parte como vocal de las juntas directivas presididas por Esteve, Brena y Fernando Pombo siendo jugador.
Santiuste participó en todos los partidos de clasificación para que el Racing formara parte de los fundadores de la Primera División, tras superar al Valencia, Betis y Sevilla en las respectivas eliminatorias. También fue uno de los once hombres que debutaron en el primer partido del Racing en la naciente máxima categoría del fútbol español, encuentro que se disputó en Santander el 12 de febrero de 1929 contra el que sería primer campeón, el Barcelona. En aquel histórico partido, dirigidos por Patrick O'Connell, formaron Raba, Santiuste, Rufino Gacituaga, Torón, Baragaño, Larrinoa, Santi, Loredo, Óscar, Gómez-Acebo y Amós.
En 1930, tras la dimisión de Fernando Pombo, Ramón Santiuste, que seguía formando parte del equipo, fue nombrado presidente y días después, el 26 de enero, durante el partido liguero que el Racing disputó en San Mamés, el Athletic Club y su afición le brindarían un homenaje por los valores deportivos y humanos en su trayectoria profesional. Rodeado de jugadores de ambos equipos y entre ovaciones, Santiuste recibiría del presidente del club bilbaíno, Manuel Castellanos, la Medalla de Oro del Athletic Club.
Aún como presidente y con la medalla de oro del Athletic, el gran Santiuste jugaría sus últimos cuatro partidos oficiales, de los 150 que disputó con su club, en el Campeonato Regional de la temporada 1930-31, dedicándose posteriormente como químico a su trabajo en el Instituto de Higiene y a su farmacia de la calle santanderina de Hernán Cortés, sin olvidar su constante apego al Racing y al fútbol montañés.
Obtuvo la Medalla al Mérito Deportivo de la Federación Cántabra de Fútbol (1929) y la misma distinción por parte de la Federación Astur-Montañesa (1944). El 11 de junio de 1946 se haría cargo de la presidencia del Racing por tercera y última vez hasta que al año siguiente se eligió a Luis Pombo.
Qué lástima que el paso del tiempo haga desconocidos a personajes como Santiuste y qué lástima que ya no vivan quienes le vieron jugar. Al menos nos quedan las palabras de Fermín Sánchez: «En cabeza de la fila india del equipo, con el balón bajo el brazo, con el cuerpo inclinado hacia delante, con sus piernas potentes y noblotas, iba por esos campos de Dios cual puntal más firme del elenco racinguista» Así nos queda la estampa deportiva de Ramón Santiuste.
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