![Quince años de incredulidad racinguista](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/09/22/Imagen%20Racing%20estreno%20UEFA-kYaC-U210230679730LkG-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Un antiguo profesor de la Universidad de Columbia nos ha dicho que suspendamos la incredulidad, y yo me estoy aplicando para hacerlo. Me ayuda contemplar cómo responden los jugadores del Racing en este inicio del campeonato, y también repasar un recuerdo de hace quince años, ... cuando un sueño se hizo realidad. ¿Por qué no vamos a repetirlo algún día?
El sueño se hizo realidad cuando el 18 de septiembre de 2008 comenzó en El Sardinero un partido memorable. El Racing se había clasificado para disputar la Copa de la UEFA en su última edición, ya que a partir de entonces sería la Europa League. El sistema requería una fase previa formada por dos rondas de clasificación y una primera eliminatoria para poder acceder a la fase de ocho grupos de cinco equipos donde los tres primeros se clasificarían para jugar los dieciseisavos de final. El Racing se incorporó a la competición en la primera eliminatoria y el sorteo le deparó al conjunto del Honka Espoo, campeón de Finlandia.
El míster racinguista, Juan Ramón López Muñiz, planteó el histórico partido reservando a su equipo de gala, así que, con varios suplentes, el Racing se enfrentaría a los finlandeses. Sin hacer grandes cosas, dejándose llevar por la inercia de la calidad de sus jugadores, los cántabros se impusieron con un gol de Pereira. La misma superioridad se mostraría en el partido de vuelta en Helsinki. Los racinguistas, arropados por unos 600 seguidores, repitieron victoria gracias a un gol de Edu Bedia.
Clasificado para la fase de grupos, el sorteo deparó al Racing cuatro rivales de prestigio para disputar una liguilla a una sola vuelta, con dos partidos en casa y otros tantos fuera donde se clasificarían los tres primeros. Los cántabros se enfrentarían al Twente en Enschede (Holanda) y al París Saint Germain (PSG) en París, mientras que recibirían en Santander al Schalke 04 y al Manchester City. En el primer partido contra el Twente, el entrenador volvió a recurrir a las rotaciones y alineó a un equipo lleno de suplentes para preservar a los titulares ante el partido liguero contra el Numancia. Este encuentro sería clave para que el Racing no pudiera acceder a la siguiente fase, porque el partido fue un fracaso. A los cinco minutos, sin tiempo apenas para entrar en calor, el Racing encajó el único gol del encuentro. Fue la primera y única derrota en esta competición, pero dolorosa y determinante.
A partir de entonces, y debido a las críticas, López Muñiz se olvidó de las rotaciones. El Racing, en su terreno, desarrolló un buen juego ofensivo contra los alemanes del Schalke. En la segunda parte aumentó la sensación de que el gol llegaría en cualquier momento. Y así fue. Un balón de Munitis, un recorte de Pereira y apareció Tchité para marcar el uno a cero. El bullicio de la alegría se convirtió en silencio poco después con el empate de los visitantes (1-1).
El tercer encuentro, en el Parque de los Príncipes de París, ante el PSG, quedará en la memoria del club. Más de cuatro mil racinguistas viajaron a la capital francesa para vivir una jornada de ensueño que, aunque no terminó en victoria, supo a gloria ante el excelente gol de Colsa que supuso el empate a dos, y un final donde los franceses estuvieron a punto de perder un partido que ganaban por dos a cero desde la media hora de juego. Pero los goles no desmoralizaron a los racinguistas. Pocos minutos después del segundo tanto francés, una falta sacada por Munitis elevó la pelota al área para que Garay y Traoré disputaran por alto el balón que finalmente peinó el jugador local marcando en propia puerta el 2-1 con el que terminó la primera parte. En la segunda vendría el golazo de Colsa desde fuera del área. Fue un balón que le proporcionó Serrano y que salió disparado a la escuadra de la portería defendida por Landreau. Fue el gol más bello de su carrera deportiva, según declararía el mismo jugador a los periodistas, que mantuvo las esperanzas para que los cántabros pudieran tener posibilidades en el último partido de la liguilla.
La clasificación estaba liderara por el Manchester City, seguido del Twente, ambos clasificados matemáticamente. Estos dos equipos jugaban contra el Racing y el PSG, en Santander y París, respectivamente, disputándose el tercer puesto entre cántabros y franceses, ya que estaban empatados a dos puntos. La clave estaba en ganar a los ingleses por una diferencia de goles superior a la que los franceses podrían marcar a su rival. Los hombres de López Muñiz, en el mejor partido de la temporada, cumplirían con su parte obteniendo una holgada victoria por tres a uno, con goles de Pereira, Serrano y Varela, quedándose a un gol de una clasificación que hubiera hecho más grande aquella participación en la Copa de la UEFA. Al menos, la victoria sirvió para demostrar que el Racing podía codearse con los grandes equipos europeos, suspendiendo la incredulidad de algunos que hoy puede continuar ren
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Ana del Castillo
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