Un entrenamiento con derrota

El caso es que hay más curiosidad por ver a los menos habituales (si es que Ania hace rotaciones) y por conocer a un portero ignoto para la afición, máxime después de que el club le haya vetado cualquier entrevista, declaración o presencia en medios con el argumento de que «no juega» que por el partido en sí. El portero de la ley del silencio está así, sin quererlo, un poco más en foco y su entrenador insiste en que tiene plena confianza en él y que jugará antes de terminar la Liga. ¿Si será hoy? «Ya lo veréis» se limitaba a decir el sábado el asturiano.

Adelantar así la alineación de los verdiblancos para esta ilusionantemente intrascendente cita es así casi un ejercicio de alquimia; jugar a las adivinanzas e intentar meterse en la cabeza de un entrenador que puede optar por mantener el ritmo competitivo de sus puntales o, por el contrario, dosificar esfuerzos, dar descansos y ofrecer oportunidades a los menos habituales, de los que tal vez tenga que echar mano si en las dos fechas mágicas, las del 26 de mayo y el 2 de junio, surge algún problema o imprevisto.

De momento ha convocado a 19 futbolistas, todos los que tiene disponibles, con lo que antes del partido deberá descartar a uno. Si cae uno de los titulares será para darle descanso. Si es uno de los suplentes, una mala señal. Un síntoma de que ha dejado de contar para el entrenador.

Enfrente un rival que se juega todo o nada, según la perspectiva. El Gernika está virtualmente descendido, pero aún no ha perdido la categoría matemáticamente, de modo que estrictamente los vizcaínos sí se juegan algo. Poco, porque ya arrancaban la jornada con mínimas opciones y tienen menos después de la victoria del Real Unión, pero aun dándose por descendidos tienen una anecdótica probabilidad de salvarse de la quema.

Así que en lo que a motivación se refiere los vascos juegan con ventaja. Siempre, claro, que hayan conseguido motivarse y no den ya por hecho su descenso factual, máximo cuando les ha tocado enfrentarse al que ya es campeón de su grupo. Así, si ayer fue un día triste para el fútbol cántabro por el descenso de la Gimnástica hoy por lo menos puede celebrar que el otro equipo de bronce está camino de recuperar su estatus a costa precisamente de uno de los rivales directos de los torrelaveguenses, aunque eso ya poco importe.

Iván Ania cuenta para este partido con las bajas de Jon Ander, Tresaco y Jordi Figueras, que continúan con sus respectivos procesos de recuperación. En el caso del central se trata ya de una medida de precaución, puesto que durante la semana ya se ha reincorporado al trabajo con el resto de sus compañeros. Por contra, Enzo Lombardo, ausente las últimas semanas a causa de la dolencia de segundo grado en el bíceps femoral de la pierna izquierda, es la principal novedad de la convocatoria. Ahora tiene la oportunidad de reaparecer.