Otra revolución fallida

Con la baja obligada de Manu Hernando por su expulsión frente al Lugo, Oltra tenía que cambiar la línea de tres centrales, pero dio una vuelta de tuerca más y echó mano del veterano Alexis, que no había jugado aún con él, para pergeñar una zaga con Buñuel, Olaortua y el propioAlexis en el centro, dejando en el banquillo a su mejor central: Jordi Figueras. La experiencia recomienda reservar al catalán –que después tuvo que jugar por la elsión de Alexis– con once partidos en mes y medio.La pregunta es si el Racing estaba en condiciones de reservar algo; lo que fuera.

En ese 5-4-1 (aunque hay quien lo bautizaría como un 3-4-3; hasta el esto tiene sus matices el fútbol) Carmona y Abraham fueron los laterales. También nuevos, puesto que frente a los gallegos ejercieron como carrileros, que se decía en los noventa, Nando y Moi. Pero era en el doble pivote donde Oltra se había su gran sorpresa. Donde tenía preparada la gran traca; el giro argumental para dar una vuelta a la trams. La pareja Nkaka-Toribio. Un dúo inédito como titular que se estrenaba ante los catalanes con la difícil misión de crear juego en un sistema que exige mucho a los ejes si se quiere tener un buen despliegue ofensivo. Y estuvieron bien. En su sitio. Pero no fue suficiente a un Racing al que ya solo le sirve ganar. Oltra parecía buscar asegurarse la cobertura y el plan funcionó razonablemente bien, aunque cuando no se habían jugado ni veinte minutos tanto Alexis como Toribio estaban ya amonestados en un partidos complicado, como todos, para los verdiblancos.

Para escoltar a los mediocentros por las bandas, o para asistir al 'nueve' según la perspectiva, Borja Galán, que regresaba al equipo tras quedarse sorprendentemente fuera no del once inicial, sino de los elegidos para jugar en una Liga con cinco cambios, y Enzo Lombardo.

Lo que no cambió fue la delantera. Con David Barral y Guillermo Fernández descartados por lesión, David Rodríguez volvió a ejercer como punta, sin que el técnico se decidiera a dar la alternativa ni a JonAnder Pérez ni a Rafa Tresaco, ese futbolista del filial al que Oltra define ya como su quinto delantero en esta contrarreloj de once partidos a la que le quedan nueve y escasa gasolina en las piernas, al menos para la media que se va a exigir a los verdiblancos para el milagro. La situación del talaverano, de nuevo muy desasistido, ilustra uno de los grandes déficits del Racing en toda la temporada. Esos deberes que Chuti Molina dejó sin hacer en verano y que tampoco corrigió en invierno ese a la inyección presupuestario por las salidas, los ajustes de ingresos y el traspaso de Yoda. Esos para los que ya no hay otra convocatoria. Ni presencial ni 'on line'.