De uno en uno se va a hacer largo

Iván Ania parece haber hallado por fin su hoja de ruta. O eso, o se ha cansado de dar bandazos a la hora de confeccionar la alineación. En Segunda B, el potencial del Racing daba para rotar y probar. Aquí, en el fútbol profesional, y en plena economía de guerra, deben jugar los mejores. Al menos, los que el entrenador considere los mejores. Y si ayer el técnico asturiano no repitió por tercera jornada consecutiva alineación fue por la ausencia de Kitoko, que obligó a un cambio en el doble pivote. Sergio Ruiz recuperó un puesto en el once.

El Racing, en una primera parte que ahora sí, ahora no, arrancó el partido con esa sensación tan habitual en lo que va de temporada de no haber encontrado aún su lugar en esta categoría. Corriendo detrás de la pelota, sin hilvanar tres pases consecutivos y con una incomodidad aparente. Y eso que esta vez el rival no era ninguno de los gallos de la categoría. Al menos, en lo presupuestario no anda mucho más boyante que los verdiblancos.

Y también hubo un despiste defensivo entre los entremeses del encuentro. Un centro en una falta lateral de Curro, Figueras y Nuha, que iban de frente, no lo despejaron, y Luca, que no vio llegar la pelota, se la tuvo que quitar de encima con el brazo izquierdo con un golpeo más típico de voleibol.

Los de Ania –o en realidad de César Negredo ante la sanción del míster– ganaron en contundencia y con un par de interrupciones a tiempo cortaron el ritmo del Numancia y ganaron metros. Una circunstancia que aprovechó Enzo Lombardo. El francés, tras sacarle una amarilla a Calero, desbordó acto seguido por la frontal del área y su tiro, raso, se marchó cerca del poste.

Pero cuando mejor estaba el Racing, volvió la endeblez defensiva cántabra. Mario Ortiz no puede con todos. Tras tocar y tocar al borde del área, Higinio enganchó un balón que mandó duro y raso, buscando el poste derecho de la meta de Luca. El marsellés, acertadísimo, sacó una mano abajo para evitar el tanto.

El Racing se asustó. Se metió atrás y, lo que es peor, se partió. Entre ataque y defensa, años luz. El césped de los Campos de Sport parecía el terreno de juego de Óliver y Benji. Y eso que el Numancia no andaba tampoco para muchos alardes. Los sorianos estuvieron a punto de marcarse en propia puerta en un centro de Moi, aparentemente inofensivo, que Castellano despejó de forma horripilante. En el saque de esquina posterior, Nuha tocó con la cresta el centro, pero no pudo mandar la pelota hacia la puerta. El equipo cántabro había vuelto a hacerse con el control.

Figueras, con una tarjeta amarilla, andaba a la gresca con un batallador Higinio, así que Ania decidió retirar al catalán y dar entrada a Olaortua para evitar disgustos innecesarios. Como el que pudo llegar a los pocos minutos de la reanudación, con un zapatazo de Castellano, desde Soria, que se estrelló en la cruceta. El Racing respondió con un tiro cruzado de Enzo Lombardo tras una gran jugada de Yoda.

En el minuto 61, David Rodríguez apareció y demostró la clase de delantero que es. Un córner lanzado al primer palo lo cabeceó con un magnífico remate el talaverano, pero el balón se encontró con el larguero. El Racing, a diferencia de en la primera mitad, mantenía una mayor regularidad, aunque con las dificultades de siempre para transformar el dominio en ocasiones.

El equipo cántabro era, o al menos parecía hasta entonces, mejor a los puntos. Pero siempre existe esa laguna defensiva que aparece habitualmente como un fantasma por el área verdiblanca. El exracinguista Alberto Noguera, que debutaba en el campeonato, se inventó un pase magnífico para Higinio. Alexis, lento, habilitó al delantero, y suerte que Luca salió, fenomenal, para tapar el disparo. La entrada del madrileño y de Otegui en el centro del campo soriano devolvieron la iniciativa a los visitantes . Una contra lentamente llevada y finalizada por Nuha con un tiro muy flojo, fue el único intento verdiblanco por quitarse de encima la presión. Otegui contestó con un duro disparo que se fue al lateral de la red.

Así que, viendo los apuros del Racing para mantener como mínimo el empate, Ania decidió reforzar la medular. Retiró un delantero –Yoda– y dio entrada a Nkaka para formar un trivote junto a Sergio Ruiz y Mario Ortiz. Pero a esas alturas el equipo cántabro ya no tenía ni fuerzas ni capacidad para buscar algo mejor que lo que tenía a esas alturas. Bastante tenía con mantenerlo. Más aún con la lección aprendida de las papardas de última hora. Virgencita, virgencita que me quede como estoy, pensaba alguno en la grada. Y así fue.

Un pasito más hacia delante. Un pasito menos hacia la permanencia. Pero sabe a poco. De tres en tres se llega antes y al Racing, de momento, parece que le está costando hacerse fuerte en esta Segunda División. El martes, en Albacete, otra nueva prueba.