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Rivales íntimos
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Los mandatarios del Racing, Laredo y Federación Cántabra piden que el derbi «sea una fiesta para todos»Secciones
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Los mandatarios del Racing, Laredo y Federación Cántabra piden que el derbi «sea una fiesta para todos»En el fútbol la diplomacia con corbata suele quedarse a pie de grada. Hasta que el árbitro no señala el comienzo del partido casi siempre todos, poco más o menos, son del mismo equipo. Permítase la osadía. Si eso ocurre casi siempre... Imaginen en un derbi. La conversación informal entre Pedro Ortiz, consejero delegado del Racing; José Miguel San Román, presidente del Laredo y José Ángel Peláez, presidente de la Federación Cántabra de Fútbol empieza en las entrañas de El Sardinero, por las escaleras, y es de manual: «Le deseo lo mejor al Racing, pero a partir del domingo». «Lo mismo digo». Sonrisas. Vecinos y amigos. «Es una pena que no puedan ganar los dos», remata Peláez.
El domingo se juega el tercer derbi de la historia entre el Racing y el Laredo y para ambos es una cita «diferente». «Claro que es un privilegio este tipo de partidos, pero tengo claro que a mi me gustaría que no se repitiera más. El Racing debe estar donde debe estar, que es en el fútbol profesional y el Laredo luchando como está haciendo por consolidarse», añade el mandatario de la Federación, que acude al encuentro en representación del fútbol de Cantabria, el verdadero protagonista del evento.
El anfitrión y el visitante charlan mientras ojean en las paredes del pequeño santuario racinguista reseñas del pasado, fotografías en blanco y negro, trofeos a los que se les ha marchado el brillo... «Para nosotros sería algo histórico ganar en El Sardinero», exclama Josemi. El mandatario pejino reconoce que «este estadio impone, que duda cabe de que es el campo que representa a Cantabria y para cualquier jugador del Laredo es un orgullo jugar aquí». La conversación va dando giros; el fútbol, la Segunda B, la fiesta... Pero al final siempre desemboca en lo mismo: el público. «Nosotros queremos recibir al Laredo de la mejor manera posible. En condiciones normales habría los 8.000 socios, otros mil y pico de Laredo, los que sacarían su abono... Sería una fiesta por todo lo alto», lamenta Ortiz, que ejerce de maestro de ceremonia ante la ausencia de Alfredo Pérez, su socio y presidente del Racing, que se encuentra fuera de la provincia y llegará el domingo directo al estadio. Josemi ironiza con lo que ha sido capaz de hacer esta dichosa pandemia que «ha trastocado todos los planes». El mandatario pejino señala que «lo ha dado tanto la vuelta que lo normal es que el Laredo esperase el día del partido del Racing para hacer taquilla y esta vez, por el covid, el Racing va a hacer su mejor taquilla con el Laredo de visitante». Falta la confirmación de Sanidad, pero todo hace indicar que la relajación de las normas permitirá a 4.444 espectadores disfrutar del derbi desde dentro.
Peláez lamenta profundamente que «los aficionados se queden fuera. Es algo que duele. Esta situación nos ha quitado la libertad, los hobbies, los domingos de fútbol... Esto ayuda a desenganchar, a desconectar. Es una pena que solo lo puedan vivir unos pocos». Delante de los tres luce una maqueta del vetusto y desaparecido Sardinero. Con su grada de madera y su césped. «Pero no solo por lo de dentro, si no porque seguramente podríamos haber hecho actos para que la sociedad pudiera disfrutar, compartir la fiesta, pasarlo bien todos antes del partido y luego... Pues ya se verá en el campo», añade Ortiz.
Pese a que no habrá todo el público que se quisiera y se desea, el derbi tiene muchas más cosas. La picadilla, la sorna, la rivalidad, las necesidades de uno y de otro... Josemi lamenta que «con el partido del Barakaldo del miércoles, la semana se ha partido y casi no hemos podido pensar en el Racing». En cambio a Ortiz, más de un amigo le ha llamado recordándole que aunque sea el Laredo no se puede perder. «Al Racing se le exige siempre ganar. Entiendo a la gente. Eso es normal, pero ahora más que nunca. Ojalá podamos mantener la dinámica que tenemos y no cometer los errores que ya cometimos». La pandemia se ha cargado también la vida social y con ello buena parte de lo que significan estos partidos. Los corros en los bares, las charlas en el gimnasio, en el trabajo... Las tertulias. Aún así al mandatario pejino le recuerdan estos días que hay que darles 'pal pelo a los de la capi'. «Estamos mentalizados de donde venimos, de quién es el Racing y de lo que podemos hacer». Es obvio que el papel de David es para el Laredo y el de Goliat, para el Racing. Al menos de partida
«No podemos dejarnos más puntos si queremos meternos en la fase final. No hay margen de error porque ya hemos cometido muchos. Lo que no hicimos antes hay que hacerlo ahora», explica Ortiz con vehemencia. «Quedan seis partidos y no podemos fallar más».
Llega el turno de las posibilidades. Josemi recuerda que «el Laredo se basa en el equipo, funcionan todos a una y ese es el camino que han conseguido esta temporada». Su colega en el bando verdiblanco confía en que «el Racing sea el que proponga, el que mande. Lo está haciendo últimamente. Se vio en Vitoria y ante el Leioa. El equipo ha cambiado». No señala a ningún futbolista en concreto. El anfitrión tiene varios que por antecedentes deberían estar capacitados para desnivelar el partido. Lo mismo hace el jefe de los pejinos: «Tenemos bajas, pero los que estén actuarán como siempre. No dependen de un futbolista concreto», remata.
Los derbis esconden cosas que no se entrenan. Ambos equipos llegan con «exigencias distintas» -interrumpe Peláez-, que lo que pide es que «salga un partido bonito, pero ante todo limpio y que haga disfrutar a todo aquel que lo pueda ver». Los tres dirigentes coinciden en que «es un lujo que una ciudad como Santander pueda acoger un partido como este. Es una suerte tener un campo así al que pueden acudir 20.000 personas. Todo le da caché a la categoría, aunque Cantabria tiene potencial para estar mucho más arriba», indica el presidente federativo. Y es que no todo es aquí y ahora. Los derbis hacen escuela y marcan el futuro. Josemi, el visitante, no duda en afirmar que «el Racing es el máximo exponente del fútbol cántabro y este tipo de partidos crean racinguismo. Los chavales que puedan venir y disfrutar -si hubiese podido acudir público sin restricciones- seguramente el día de mañana serán abonados o seguidores del Racing. Todos salen ganando», explica sin desdén.
La charla vuelve a hacer guiños al pasado, al primer derbi hace cincuenta años en San Lorenzo, «donde la gente se colgaba de las vallas para no perderse el partido». Ortiz le desea suerte a su colega y destaca «el temporadón que está haciendo». Josemi, por su parte, no duda en afirmar que «el Racing terminará estando donde debe y se merece». Y Peláez continúa lamentando que «el fútbol de pandemia, en el que se escucha a los jugadores hablar en el partido, no es el que nos gusta, el que sentimos, pero hay que pensar en que aún así los profesionales son profesionales y se dejarán todo por hacer un buen espectáculo», concluye. La conversación duró mucho más. Un derbi da mucho que hablar.
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