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«Hemos salvado este partido, que para empezar esta bastante bien. A ver cómo superamos los demás», aseguraba este viernes Guille Romo en su primera comparecencia pública de 2022. Se le vio tranquilo, con ganas de que vuelva la competición, pero con esa insobornable ... sensación de incertidumbre que la pandemia dibuja en los rostros de cualquiera. «Creo que ha habido buena predisposición por parte de los jugadores. Los protocolos y los cribados han funcionado y la suerte, que siempre hay que tener», añadió el míster en relación al estado de la plantilla. El técnico racinguista, sobre el número de efectivos, no puso muchas pegas pero lanzó una duda motivada. «Lo único, los tiempos de los jugadores. Que puedan ir al partido es una cosa y cómo puedan estar es otra por el poco tiempo que han tenido de entrenamiento». Ahí está la clave.
El Racing vela armas ya para el reinicio de la Liga, este domingo, 17.00 horas), tras el parón navideño. Así las cosas, hace ya más de dos semanas que el equipo jugó en Almendralejo y que se marchó de vacaciones. Por eso Romo explicó que «hay que ver cómo les ha podido afectar el tiempo parado. Eso es una incertidumbre y hay que ver cómo respondemos todos cuando hay un parón así». No sólo sus jugadores, sino también el rival. El partido de este domingo es como un volver a empezar. Se han podido cortar dinámicas, descansar, truncar buenas rachas... Es raro que después de las Navidades no se produzcan sorpresas, buenas y malas, con trayectorias y resultados.
Para paliar este tipo de circunstancias, el cuerpo técnico dirigido por el propio Romo ha confeccionado un plan exigente durante las siete u ocho sesiones de trabajo que han podido compartir. Quizá por eso este viernes los futbolistas no saltaron al césped de La Albericia. «Han tenido trabajo específico individual para cada jugador. Llevamos doble trabajo el lunes, martes y miércoles y el jueves fue un día exigente. Este viernes entendíamos que había que hacer un trabajo de recuperación activo», argumentó el míster, después de que los presentes en La Albericia pudieran comprobar que ni tan siquiera saltaron al campo. «Lo han hecho de manera individual cada uno en el gimnasio», añadió Romo, quien también señaló el resto de menú que les tocó a los jugadores. «Luego el frío y también ver un vídeo de balón parado para dejarlo todo preparado».
Y es que antiguamente al trabajo de los jueves se le solía llamar 'baño y masaje', porque la plantilla recuperaba fuerzas de la manera más habitual y utilizada en los manuales de los preparadores físicos de entonces. Ahora, los nuevos 'gurús' dejan para las 48 horas antes de un partido una jornada de muy poca exigencia y de recuperación muscular utilizando el famoso frío –bañeras de hielo– para desentumecer los músculos y desinflamar zonas cargadas. En la mejor época que ha vivido este club en lo deportivo, con Marcelino García Toral de capitán, no faltaba el día en que Manolo y José, los utilleros, salían corriendo en busca de hielo para congelar a su ejército. Cuando aquello, esa práctica parecía poco menos que ciencia ficción, pero ahora es... El pan nuestro de cada día.
El entrenador del Racing volvió a dejar claro que «hay ganas de volver a jugar». Eso es bueno. Con unas y otras cosas, lo cierto es que Romo aseguró que «todos están para jugar noventa minutos a excepción de Bobadilla». Incluso el propio Pol Moreno, que ha sido de los últimos en incorporarse al grupo, tras salir de una cuarentena, y que después de seis entrenamientos no tendrá ningún problema para jugar si el míster lo estima oportuno. Tampoco se esperan cambios en la alineación, aunque Romo señaló que «la elección irá en base al entrenamiento de este sábado, las sensaciones, el rival...».
El de este sábado es el San Sebastián de los Reyes, un equipo que ha hecho las cosas bien y que puede hacer daño en El Sardinero si los verdiblancos se relajan. El míster apuntó que «el partido es difícil porque todos hemos visto las actuaciones de muchos de los equipos cuando nos visitan y esa dosis de motivación extra con la que vienen». No es la primera vez que Romo alude a esa especie de ansia con la que los rivales juegan en El Sardinero. Al Racing, se quiera o no, nadie le puede desposeer de la historia que lleva detrás y en una categoría como la Primera RFEF aún le queda lustre. «Pero –continuó Romo–, si encima el Sanse ha demostrado que es un equipo competitivo y que ha conseguido muchos puntos, bien es cierto que como local, pero también que viene de ganar en Lezama que no es nada fácil, pues podemos encontrarnos con un rival que nos puede hacer sufrir». El técnico racinguista parece que tiene controlado lo que se le viene. Del conjunto madrileño aseguró que «tiene buenos jugadores, muy de la categoría y llevan dos años juntos. Eso hace que el bloque sea fuerte y les está ayudando todo». Sin embargo, lo que realmente le preocupa es «cómo vamos a responder porque después de un parón hay esa incertidumbre».
Con los madrileños, como con otros, es difícil saber qué preparan. «No puedo enterarme. Conozco a Mario, su entrenador, estudiamos juntos; con Marcos, su segundo, coincidí en el Alcoyano; hay otros jugadores en esa plantilla que los he tenido, como a Moreno en el Cornellá. Pero no levantas el teléfono para conseguir información porque tampoco te la van a dar». Sólo tienen constancia de que «han jugado el otro día un amistoso en Valdebebas ante el Real Madrid Castilla, pero ni qué alineación ni nada». Romo reconoció que «esto es una parte que también la ponemos sobre el papel.Aquí tenemos un seguimiento, pero es verdad que respecto a los demás no tenemos ninguna certeza hasta que Delfín nos da la alineación». Cosas del fútbol modesto. Romo señaló que «más que una debilidad lo tenemos que ver como una posibilidad de estar abiertos; dar la información que vosotros pedís y demandáis y el club está abierto en ese sentido». Hay veces que sí y otras... No tanto, pero bueno.
Lo cierto es que Romo acabó su discurso con un mensaje práctico. «Más allá de las posibles bajas que puedan tener, hay que saltar preparados si queremos ganar».
El Racing tiene una plaza libre para poder fichar. Su intención es hacerlo. Quiere aprovechar la oportunidad que le da el mercado de invierno de reforzarse para el momento clave de la temporada, pero no es tan sencillo como parece. Guille Romo fue preguntado este viernes por esa posibilidad, que desde que se cerrase el acuerdo de rescisión de contrato con Carlos Castro es un hecho y no un deseo. El míster admitió que «nombre propio, no. Si me lo preguntárais de otra manera hubiera contestado de otra manera». En un tono irónico, el madrileño quiso eludir la pregunta sobre si en su mesa hay informes sobre un jugador en concreto. Era evidente que si no contestaba de una manera lo haría de otra y la siguiente cuestión versó en torno a si tiene un perfil definido de lo que quiere y esa vez... Bingo. «Me gustaría un determinado perfil en ese jugador, pero hay veces que los perfiles no se adecúan a la realidad; tiempos, tipo de contrato, nombre propio, que guste, que se adapte...».
No es nada sencillo fichar en medio de una temporada. La mayoría, para ser precisos, de ocasiones no sale bien. «En el mercado de invierno hay que tener tranquilidad, más que en verano porque tienes más tiempo para trabajar con el jugador y ahora no. El que venga tiene que venir ya», señaló con contundencia. Quizá por eso, Romo, fue explícito en su exposición. «Es muy importante que el jugador lo conozcamos y por eso sí tengo claro lo que quiero y el perfil, pero no sé si lo vamos a encontrar. Y sí, sí quiero que se adapte más a la ficha de Carlos. A esa penúltima línea más que a la última».
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