Romo cubre la mitad del camino

La última derrota verdiblanca hasta el ascenso. El punto de inflexión para una racha de 19 partidos sin perder. «Tengo este reto. Lo voy a hacer, que además Felines es de Aluche, como yo, y le he visto trabajar. Así que vamos a retarnos», agregó. El míster ha cubierto la mitad del camino, pero le queda lo más difícil por hacer. En la segunda campaña es donde la mayoría se ha quedado en la cuneta en un banquillo que en las tres últimas décadas ha sido como una silla eléctrica.

Félix Bardera Sierra, 'Felines', fue el último en conseguir lo que ya se puede considerar una gesta. 35 entrenadores han pasado por el Racing en estas tres décadas -contando a Juan Ramón López Caro y Juan Carlos Unzué, que ni siquiera dirigieron al equipo en partido oficial-. Y la cifra aumenta si se tiene en cuenta que técnicos como Gustavo Benítez, Marcelino Gacía Toral, Manolo Preciado, Miguel Ángel Portugal o Juanjo González repitieron experiencia. Por no hablar ya de los milagros recurrentes de Nando Yosu...

Notas* Se contabilizan todos los partidos oficiales del Racing, que incluyen las siguentes competiciones: Primera División, Segunda División, Tercera División, Segunda B, Primera RFEF, Liga Máxima,Campeonato del Norte, Copa de España, Copa Federación, Copa de la Liga, Campeonato de Cantabria, Campeonato Suprarregional, Campeonato Astur-Cántabro, promociones de ascenso y descenso, Copa Intertoto y Copa de la UEFA. *No se tienen en cuenta los amistosos; sí los técnicos que por diversos motivos no llegaron a debutar. *Con Chuchi Cos como técnico, el equipo estuvo entrenado por Dimitri Piterman. *En el caso de Pedro Munitis, en los 15 partidos que entrenó en Segunda en sustitución de Paco Fernández quien figuraba formalmente como entrenador era Javier Pinillos, al no tener aún Munitis la titulación necesaria.

Son siete los entrenadores en la historia del Racing que han estado al menos dos temporadas consecutivas. A esta lista se podría unir Fred Pentland, que entrenó a los verdiblancos entre 1920 y 1922, pero en aquella época aún no se había puesto en marcha la Liga -sí la Copa y los campeonatos territoriales-. Además algunos suman incluso más temporadas en varias épocas, pero el reto de Romo es el que es. Dos cursos completos, consecutivos y sin interrupciones. Una selección liderada por un José María Maguregui que no solo lo hizo una vez, sino dos. Estuvo cinco campañas consecutivas entre 1972 y 1977 y su autobús defensivo todavía es objeto de chascarrillo en Santander, pero regresó en 1983 para habitar el banquillo verdiblanco otros cuatro cursos.

No lo hizo mal tampoco Manuel Fernández Mora. El técnico de Vargas estuvo al frente del equipo en las campañas 1969-70, 70-71 y parte de la 71-72. Y, como Maguregui, repitió de nuevo para dirigir al equipo desde mediados de la 1979-80, hasta la 82-83, donde precisamente le dio el relevo al preparador vasco.

Lo consiguieron Gabriel Andonegui, entre 1944 y 1946; Randolph Galloway, entre 1933 y 1935 y Robert Firth, en el periodo que va desde 1930 a 1932. Y Paddy O'Connell, que estuvo desde 1922 a 1929, aunque salvo en la última, con la Primera División ya creada, los sistemas de competición eran muy diferentes. Él también regresó: curso y medio en los años cuarenta.

A la cota que ha alcanzado Guillermo Fernández Romo han llegado unos cuantos técnicos, pero al madrileño le queda mucho por andar si quiere entrar en el club de las dos temporadas completas consecutivas. No hace falta más que ver algunos ejemplos cercanos, como el de los dos anteriores entrenadores verdiblancos que lograron el ascenso a Segunda División. Todo eran loas y homenajes para Paco Fernández e Iván Ania tras salir del pozo, pero los malos resultados en el retorno al fútbol profesional devoraron a ambos.

Felines consiguió subir a Segunda División en su primera campaña como míster verdibalnco y clasificar en décima posición al equipo en la categoría de plata el curso siguiente. Mantuvo la hoja de la guillotina lejos de su cabeza. Posteriormente, el abulense salió de Santander rumbo al Talavera para después dirigir al Rayo Vallecano, conjunto en el que ya había trabajado antes venirse a entrenar a El Sardinero.

Antes, Maguregui, en su periplo desde 1983 a 1987, firmó un ascenso a Primera el primer curso, dos permanencias y luego un descenso a Segunda. Tuvo su mérito, aunque a medida que uno se va hacia el pasado en el calendario se adentra en un tipo de fútbol muy diferente al actual. Con algo más de paciencia y, sobre todo, menos urgencia. La década que lleva el Cholo Simeone en el Atlético de Madrid le convierte en una auténtica 'rara avis' en este mundillo. Porque cuando las cosas se ponen mal en forma de resultados, el eslabón más débil de la cadena es siempre el entrenador. Es más fácil echar a uno que a 22.

En estas tres últimas décadas ha habido otros casos curiosos, como el de Paquito. El asturiano logró el ascenso a Primera en aquella inolvidable fase de promoción ante el Español -con el solitario gol de Pineda- en la que los Campos de Sport acogieron a más de 25.000 espectadores -récord histórico-. Pues ni con esas; ese verano dejó el cargo para fichar por el Rayo Vallecano. Ya en Primera se hizo con el alquiler del banquillo racinguista Javier Irureta, quien firmó un temporadón clasificando al Racing en octava posición. El vasco salió de Santander rumbo al Athletic y de allí hizo carrera por los mejores clubes de España hasta ganar la Liga con el Deportivo. Un año. Ni más ni menos.

Paquito e Irureta se fueron como héroes. Como también le ocurrió a Quique Setién, que cogió al equipo en los últimos puestos de Segunda División tras la destitución de Gustavo Benítez y lo envió de regreso a Primera en 2002. Una vez ahí, subió al despacho para ejercer como director deportivo y dejó la pizarra para Manolo Preciado. También está el caso de un Marcelino García Toral que, tras clasificar al equipo para la UEFA, firmó por el Zaragoza, de Segunda División. De Fabris y Solabarrietas, mejor ni hablar.

Hay tantas historias como entrenadores y Guillermo Fernández Romo tiene donde elegir. De momento, se ha fijado en lo de su barrio, en Felines. Tendrá que hacerlo muy bien en su estreno en Segunda División para lograr su objetivo. En su carrera como técnico ya ha conseguido completar dos temporadas consecutivas en un mismo club. En el Cornellà; precisamente del que llegó al Racing. Con un buen rendimiento en el club catalán, pero la exigencia del reto que tiene delante es mucho mayor.