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Guille Romo ya prepara el último partido de la competición regular frente al Bilbao Athletic (Lezama, este sábado a las 20.30 horas). Lo hace con la dificultad de mantener la tensión competitiva en un equipo con el objetivo cumplido y en un choque intrascendente ... para los verdiblancos. Pero al mismo tiempo con la necesidad de evitar la relajación para que el grupo llegue en las mejores condiciones posibles a la final de Primera RFEF del 3 de junio; un partido de campeones que por mucho que no tenga una gran importancia no deja de poner en juego un título oficial.
El Racing visita este sábado Lezama en un partido en el que los de Romo no se juegan nada frente a un Bilbao Athletic que lucha por la permanencia en Primera RFEF. El equipo que alinee Romo es toda un incógnita, aunque parece muy probable que eche mano de su alineación de gala con alguna variación para dar premio al futbolistas que han participado activamente en el ascenso y descanso a algún titular que arrastre alguna molestia o dolencia.Lo que sí ha hecho el técnico madrileño es no convocar a ningún futbolista del Rayo Cantabria, que el domingo a partir de las 19.30 horas disputa su primer partido de la fase de ascenso a Primera RFEF frente al Murcia.
El técnico reconoce, como lo hizo el jueves el capitán, Íñigo Sainz-Maza, que «está costando mucho» mantener el extraordinario nivel que el equipo ha tenido durante toda la temporada: «Ya tenemos mucho vacío. La gente ha llegado justa y cuando dejas de estar tensionado empiezan a salirte los problemas. Uno el gemelo, otro el astrágalo, el otro el isquio, el otro el golpe aquí… Esta semana hemos estado tratando de cuadrar bien a todos con algún día libre para intentar llegar lo mejor posible al partido, sobre todo para darle relación a los quince días que nos quedan todavía juntos».
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Porque el Racing ya piensa mucho más en la próxima temporada que en la presente, por mucho que el entrenador se esfuerce en mantener la atención en el día a día. Una prueba evidente y positiva para la planificación es que ya se haya fichado y comenzado a trabajar el nuevo secretario técnico, Manu Fajardo, que confeccionará la plantilla del próximo curso junto al propio Romo y Víctor Alonso, cada uno con unas funciones muy marcadas, según explicaba el entrenador, aunque la línea no quedó tan nítida como trataba de explicar: «Todos tenemos nuestras competencias. Yo no voy a decirle al médico si uno tiene una rotura de tibia o un golpe. Todos tenemos las competencias claras y la línea de trabajo».
Fajardo sondeará el mercado y Romo tiene que dar el visto bueno: «Se ha buscado una organización en la que todos tenemos las competencias claras en un trabajo de equipo. Evidentemente, no conozco a ningún entrenador al que le pongan jugadores que no quiera, pero es un trabajo de equipo». En este sentido el madrileño ha querido ser muy explícito: «Ha quedado claro. Lo demás es entrar en un bucle o poner una cabeza de turco. Está clarísimo cómo queremos trabajar».
En cuanto a la planificación de la nueva plantilla, en la que ya se trabaja, es realista: «Sé qué jugadores querría traer, pero plasmarlo es más difícil. Estamos en un mercado muy difícil, porque igual que está el Racing hay otros equipos con mayor potencial económico», reflexiona.
El Racing tratará de mantener en lo posible el bloque del ascenso, pero consciente de que necesita muchos refuerzos y de que hay futbolistas con contrato en vigor que no tendrán sitio el próximo curso. «Cuando hablas de altas tienes que hablar de bajas. Nosotros hicimos una planificación de dos años, con futbolistas que entendíamos que nos servían para las dos categorías. No hemos conseguido todo lo que queríamos, porque hay un jugado –Pablo Torre– que no va a seguir con nosotros y nos encantaría que siguiera, pero hay otros que hemos conseguido que renueven porque entendemos que, más allá de las categorías, son importantes».
Tampoco esquivado el madrileño las preguntas sobre su mala relación con el entrenador del Rayo Cantabria, Ezequiel Loza. «La falta de comunicación entre Ezequiel y yo ha sido nuestra –explica–. Puede venir el papa de Roma, pero si entre los dos no hiciéramos por mejorarla, no lo conseguiríamos. Por mucho que nos quieran distanciar, nos llevamos bien. Yo hablé de falta de comunicación por llamarlo de alguna manera, pero no de disfunción. Yo sé que es normal que hablemos de esas cosas porque llevamos un mes ascendidos y es una pasada, pero me gustaría ver si en la rueda de prensa de Rubén de la Barrera le preguntan si hay falta de comunicación con su entrenador del filial. Fijaros en las cosas pequeñas y sin importancia en las que ponemos el foco. Si hablé de eso fue solo para decir que es algo que él y yo tenemos que mejorar».
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