Rubén Alves no seguirá en el Racing

«A la atención de los aficionados, directiva, jugadores, cuerpo técnicos y profesionales que han recorrido este camino desde dentro. Familia racinguista, me toca despedirme de vosotros con tristeza. Decir adiós a un club y una ciudad importante para mi familia y para mi», señalaba en su mensaje, que esta tarde navegaba por entre los simpatizantes verdiblancos.

Alves agradece «el amor recibido» y señala que guardará «momentos y recuerdos únicos». El central se marcha satisfecho: «He intentado cada día dar lo mejor de mi dentro y fuera del terreno de juego. Me voy feliz. Orgulloso de cada segundo defendiendo el escudo del Racing». Y concluye en su despedida con una frase: «El camino va siempre, siempre hacia adelante».

La marcha de Rubén Alves era algo que se intuía. El central sumó sesenta partidos de Liga con el equipo cántabro entre los 35 del curso pasado y los 25 de este. Sin embargo, así como la pasada temporada se convirtió en uno de los jugadores más importantes de la plantilla, titular indiscutible y con carácter de líder, en esta que acaba de finalizar el futbolista perdió presencia y pasó a ser el último zaguero de la lista. Sus apariciones fueron esporádicas y no logró encarrilar una racha con cierta regularidad en la que volver sentirse importante. No solo eso, sino que incluso desapareció en ciertas convocatorias y en alguna ocasión pasó del campo a la grada de manera sorprendente.

El pasado verano, y tras completar una actuación más que meritoria en Segunda División, a las órdenes primero de Guille Romo y a continuación con José Alberto, se produjeron los primeros contactos para una posible ampliación de contrato. No fue a más y ambas partes se dieron tiempo. Su buen hacer despertó, incluso, el interés de algún equipo de Primera División, pasando a formar parte de una hipotética lista de futuribles en la dirección deportiva del Athletic de Bilbao. Su ascendencia vascas le colocaba como potencial futbolista de los rojiblancos y el seguimiento fue confirmado desde Ibagane, que llegó a mandar a personas del 'staff' técnico a El Sardinero a seguirle de cerca. Todo quedó en nada y la campaña comenzó. Su posible renovación volvió a estar encima de la mesa, pero se fue dilantando. Se cerraron antes la de Álvaro Mantilla y Jokin Ezkieta, que estaban en la misma carpeta, y la suya se estancó.

A partir de ahí, las lesiones le impidieron enlazar un partido con otro, su rendimiento en el campo no era el mismo que el curso anterior y sus compañeros de zaga le adelantaron en preferencias de José Alberto.

Precisamente esa irregularidad y falta de protagonismo comenzó a sembrar dudas en el propio futbolista que no terminó de completar una buena actuación cuando tuvo la oportunidad. Esa rapidez y contundencia que le permitió se indiscutible el primer año de racinguista dejó paso actuaciones discretas. Todo unido acabó dejándole fuera del equipo de un José Alberto que contó con él en el último tramo de Liga en contadas ocasiones.

La salida de Rubén Alves llega después de la de Germán Sánchez, precisamente la pareja que estaba llamada a ser protagonista esta temporada. El andaluz fue el primero en despedirse. Su veteranía fue el argumento prioritario en el que se apoyo la dirección deportiva para no renovarle. El deseo de hacer un proyecto basado en contratos de media duración y futbolista en progresión acabo con el periplo racinguista del zaguero. El segundo fue Juan Gutiérrez, otro defensa central, aunque en este caso todo lo contrario; joven y canterano. Ahora el tercero en salir es Rubén Alves, que este año cumplirá los treinta años. No será el último. El club se encuentra en plena construcción de una plantilla nueva y el deseo de los responsables es tomar decisiones

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