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Como el Ave Fénix. Rulo Prieto resurgió de sus cenizas. El valenciano fue la sorpresa en Zubieta. Es probable que le cogiese de imprevisto hasta al propio futbolista el que su nombre apareciera en la alineación después de un par de semanas escuchando y ... leyendo que el club espera buscarle una salida en cuanto fiche a otro jugador en el mercado de invierno. El pasado viernes Iván Ania escondió el entrenamiento entre cuatro paredes -como es ya norma y uso habitual- y a buen seguro debió darle la noticia. Rulo, para creérselo del todo, esperó a ver la lista de convocados y al comprobar que no estaba Chus Puras, se terminó de convencer. El valenciano había pasado al ostracismo y regresaba; el cuerpo técnico no contó con él ni en los momentos de fuerza mayor. Tanto fue así que desde que se aproximó el mercado de invierno su nombre -junto al de Juanjo, que ya se fue- es el único que aparece en la lista de salidas. Pues bien, ayer en Zubieta, directamente a la titularidad. Fue tan fuerte su entrada que se pasó de frenada y acabó expulsado.
Es evidente que hasta que coja la maleta es jugador del Racing y, como tal, lo lógico es que Ania lo utilice como le venga en gana. Sin embargo, nadie habría apostado por él. Ni el propio Rulo. El valenciano fue la sorpresa y Kitoko la novedad. Los dos y la propuesta agresiva inicial del Racing cogieron a contrapié a la Real Sociedad B, que durante muchos minutos estuvo a merced del conjunto racinguista. Rulo se colocó en el mismo sitio donde esta temporada lo ha hecho seis partidos, con el de ayer, siete. Llegó procedente del Huesca, tras formar parte de la plantilla que logró el ascenso a Primera. Su fichaje se cerró con bastante tiempo y sin prisas; la de lateral izquierdo ha sido una demarcación maldita en la que durante los últimos años se le habían visto las costuras al equipo. Fichajes frustrados, sobrevalorados, insuficientes, dejaron el carril del zurdo cojo en muchas ocasiones obligando al entrenador del turno -Ángel Viadero, fundamentalmente- a inventarse centrales adaptados para suplir las ausencias. Mikel Santamaría, Gándara... Medidas forzadas.
Así las cosas, acabar con el monopolio del '3' por parte de Julen Castañeda, que al ser el único lateral izquierdo jugaba hasta en los amistosos, fue una de las prioridades de Chuti Molina y compañía. Rulo fue el preferido y empezó la pretemporada con ventaja. No le sirvió de mucho, porque llegó la Liga y fue Julen Castañeda el que se ganó el puesto. Sin embargo, el pequeño jugador le arrebató la privilegiada posición, pero le duró poco: una inoportuna lesión fue su condena y la puerta para su compañero, que desde entonces se convirtió en el comodín de la zaga. Lesiones, convocatorias en las que no aparecía, actuaciones brillantes de sus compañeros, buenos resultados del equipo... Todo se puso en contra de Rulo, que desapareció hasta ayer.
Precisamente en Zubieta era donde menos se esperaba reaparecer. Cuando más lejos del equipo estaba fue cuando regresó a una titularidad que no gozaba desde el partido ante el Barakaldo. Su actuación fue discreta. Sin alardes ni errores que se recuerden. Se dedicó a ocupar la zona que le correspondía y se adentró en el campo de la Real Sociedad B cuando hizo falta. No se le vio coartado ni titubeante.
Hay ocasiones en las que jugar sin ninguna presión es el mejor argumento para rendir más. Es probable que sea demasiado tarde para ganarse la absolución ,o no, ¿quién sabe? El movimiento que ayer Ania hizo al ponerle por delante de Chus Puras, el que fue su lateral izquierdo de cabecera para las sustituciones, hace tambalear los pronósticos. Rulo se enfrenta a una situación complicada: cambiarle la hoja de ruta a la dirección deportiva. Tiene poco tiempo, apenas un par de semanas en el mejor de los casos, y lo que realmente corre en su contra es que no puede pelearle la condición de transferible a prácticamente nadie. No hay un jugador en la plantilla que haya pedido salir ni tampoco que su casi nula participación le convierta en un futbolista poco deseado. En minutos jugados tan solo hay uno, César Díaz, que rivaliza con el valenciano, pero en el caso del manchego, es de la cuerda de Chuti Molina, una apuesta personal del mandatario y un jugador del agrado de Ania -aunque juegue lo justo-.
Por todo ello, que Rulo no salga en este mes de enero del Racing sería una sorpresa mayor que la que produjo su titularidad ayer en Zubieta. Su futuro inmediato está escrito; el Racing quiere un delantero y, además, se ha tirado buscando un central y un lateral izquierdo, precisamente, las últimas semanas. Blanco y en botella. Con la obligación de incorporar jugadores y con la imperante necesidad de aligerar plazas para que lleguen, a Rulo le quedan pocas opciones. Para colmo, no es que sólo se espera un refuerzo, sino que lo que apunta es que llegarán más, por lo que el cerco aún se podría estrechar más. No obstante, sólo Chuti Molina sabe lo que será de Rulo y los demás. Ni tan siquiera Ania tiene la última palabra en algo tan urgente como esta decisión. Y la expulsión de ayer y la consecuente sanción no ayudan demasiado al valenciano.
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