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No tiene la velocidad de Mamadou Koné ni la calidad técnica de Dani Aquino. Tampoco la experiencia en Segunda División de Borja Lázaro o Abdón Prats. Pero, de momento, tiene gol, que es lo prioritario que se le exige a un delantero. Dani Segovia (Madrid, 4 de mayo de 1985), el fichaje más desconocido de los catorce que ha efectuado el director deportivo del Racing, Chuti Molina, durante el mercado estival, está respondiendo al desconocimiento a base de tantos. El madrileño equipara apariciones en el once titular con dianas. Cuatro de cuatro. Todas ellas consecutivas. En Liga y en Copa. Y que siga así.
Hacía siete años que no pisaba la Segunda División B. Siete años fuera del fútbol español. Aventura en el exilio. Pero al ariete no se le han olvidado las normas de supervivencia en el área del balompié modesto. Es más, como el buen vino, parece que incluso ha madurado sus prestaciones. La prueba está en que, con cuatro goles en las dos competiciones, ya ha mejorado sus registros en las experiencias vividas en Rayo Vallecano (ocho partidos y dos goles), Fuenlabrada (23 partidos y tres goles) y Algeciaras (13 partidos y dos goles). Ha igualado su paso por el Atlético Baleares (31 partidos y cuatro goles) y ya no le queda muy lejos su mejor marca en la Segunda División B española, con ocho tantos en 34 encuentros con el Conquense, en la temporada 2009-2010.
Y eso que el juego del Racing tampoco le está ayudando demasiado. El equipo de Iván Ania está evidenciando graves problemas en el último pase y, en ocasiones, parece tener vergüenza de colgar balones al área en busca de un delantero espigado y rematador como es Dani Segovia. Así que al madrileño, de momento, le toca buscarse la vida y hacer potable cualquier pelota extraviada en medio del área. El protagonista, de todas formas, dice estar «muy contento a nivel colectivo con cómo están saliendo las cosas. El grupo es de calidad, ya lo sabía cuando me llamó Chuti y no es ni mucho menos una sorpresa que seamos líderes, todo lo contrario».
Tras contar con algunos minutos frente a Mirandés y Arenas en Liga, Segovia se estrenó como titular y como goleador en el choque copero frente al UCAM Murcia. El ariete remató de cabeza un centro desde la derecha, pero el balón se marchó al cuerpo del meta Germán. Recogió el rechace e hizo el 0-1 para el conjunto cántabro. A partir de ahí, sale a gol por partido. Porque volvió a marcar en Estella. Un balón colgado por Buñuel lo tocó Iricíbar, que no pudo evitar que Dani Segovia, caña en ristre, anotase en el segundo palo. «Las diferencias entre el fútbol en donde he jugado yo y este están sobre todo cuando juegas fuera de casa. Cuando vas a campos como los de Estella o Llodio es cuando te das cuenta de que estás en Segunda B, porque cuando juegas en El Sardinero, por la afición, el campo y el ambiente, parece como que te teletransportas a una categoría superior», reconoce el ariete.
A esas alturas, el delantero madrileño ya se había hecho con un puesto que, a priori, correspondía a un Jon Ander que había completado una pretemporada espectacular. Sin embargo, la falta de gol del vasco en el inicio de campaña y las especiales características de Segovia, correspondidas con acierto en el área, le han llevado al once titular. El caso es que ninguno de los dos estaba predestinado a ser el nueve de referencia del Racing, pero los intentos en vano de Chuti Molina por hacerse con un goleador de enjundia en el mercado veraniego han propiciado que Jon Ander y Segovia peleen por ocupar esa posición diferencial en cualquier equipo de fútbol. Al futbolista procedente de la Liga india no le ha preocupado el debate generado alrededor de él a su llegada: «Es normal que la gente estuviera esperando un delantero con nombre, con peso... El Racing es el Racing y después de la cantidad de grandes jugadores y grandes nombres que han pasado por aquí es normal que quisieran que llegase alguien con pasado». Él es optimista: «Yo sólo puedo decir que me esforzaré al máximo en lo que me pida el entrenador y que creo que van a salir bien las cosas».
Ya asentado en el equipo, Dani Segovia siguió a lo suyo. En Llodio, frente al Vitoria, enseñó a los racinguistas su peculiar forma de lanzar los penaltis. Rara, pero efectiva. El madrileño puso por delante al conjunto cántabro en un mal partido de los de Iván Ania y puso los cimientos de la victoria. Y el pasado domingo, frente a la Cultural de Durango, cuando el encuentro agonizaba, sacó a relucir su oportunismo en un lanzamiento de córner que Jon Ander tocó en el primer palo. Segovia, en el área pequeña, la enchufó para dejar otros tres importantes puntos en casa.
Los delanteros viven de rachas y éstas no son eternas. Eso está claro. Pero Dani Segovia disfruta un momento dulce que tanto él como el equipo desean alargar todo lo posible. En una temporada tan larga como la de la Segunda División B, probablemente llegarán los días de sequía y hambruna, pero de momento el madrileño tiene una frecuencia goleadora magnífica. Será difícil de mantener en el tiempo, pero que le quiten lo bailado. A día de hoy, y contando tanto Liga como la Copa del Rey, Segovia celebra un gol cada 91,5 minutos. La cuenta es fácil. A 'chicharro' por partido.
Evidentemente, sus predecesores, en periodos algo más largos de tiempo, tienen una media algo superior. Cualquiera de esos registros sería fantástico para el Racing y para el propio Dani Segovia si lograse cerrar la temporada así. De entre los goleadores que ha tenido el equipo cántabro en estas campañas de penar por Segunda División B, los mejores guarismos los consiguió Abdón Prats, con una media de un gol cada 97,7 minutos. El mallorquín disputó 14 encuentros -entre Liga y play off de ascenso a Segunda- en los que anotó catorce tantos. El madrileño no se pone techo: «No quiero ponerme una cifra de goles. Creo que en la medida de que juguemos como lo estamos haciendo, creando ocasiones y siendo tan fuertes en defensa, yo meteré más goles y mis compañeros también».
El pasado curso, Borja Lázaro llegó para subsanar los problemas ofensivos del Racing. Lo hizo, pero no lo suficiente como para evitar la desastrosa temporada el equipo verdiblanco. El madrileño hizo ocho goles en trece comparecencias, que supusieron una media de un tanto cada 133 minutos. Cerca de él se quedó Mamadou Koné en la campaña 2013-14, en la que el costamarfileño lideró al Racing hacia el ascenso. El delantero africano introdujo 22 balones en la portería rival en un total de 41 partidos jugados. Uno, cada 135,45 minutos.
El futbolista que más goles ha hecho en una temporada con el Racing durante este tiempo en Segunda División B ha sido Dani Aquino. En concreto, en su primer año como verdiblanco. El murciano marcó 27 tantos, que repartidos en los 46 encuentros que jugó entre Liga, Copa y fase de ascenso, le llevaron a anotar cada 150,6 minutos. Una frecuencia que se vio mermada por la importante sequía que sufrió el 'Torito' entre diciembre y febrero de ese pasado curso 2016-17.
Dani Segovia se queda con lo global y no con lo individual, en lo que respecta a su acierto. «Estoy contento sobre todo por los goles que están suponiendo victorias. Al final, que yo marque es fruto de que mis compañeros han hecho bien las cosas. No me sorprende haber metido cuatro ni mucho menos; la labor de los compañeros facilita muchos las cosas y si no los meto yo los meterá otro», comenta.
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