
Seis pasos al frente
Derribar la puerta ·
Salinas, Diego Díaz, Aitor Crespo, Carrascal, Gomeza e Izan son los jugadores del Rayo que han debutado con el Racing de la mano de José AlbertoSecciones
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Derribar la puerta ·
Salinas, Diego Díaz, Aitor Crespo, Carrascal, Gomeza e Izan son los jugadores del Rayo que han debutado con el Racing de la mano de José AlbertoEn el fútbol el futuro llega sin avisar. Un día entrenas con el filial, juegas los domingos en campos de hierba peleona y gradas de ... cemento, y al siguiente te llaman para estar en el primer equipo. A Jorge Salinas (Santander, 2007) le dijeron que iba a ser titular en El Sardinero unas horas antes del partido. No es lo mismo saberlo la noche anterior que escucharlo en el vestuario, cuando uno ya se ha calzado las medias y las pulsaciones se disparan porque se empieza a notar que la cosa va en serio. Cambia la manera de moverse, de respirar, de pensar y hasta puede que uno se imagine cómo será ese momento en que se cruce la bocana y el murmullo de la grada se vuelva trueno. En cualquier caso fue el tiempo suficiente para ensayar en su cabeza cómo iba a ser esa noche, ese instante en el que el mundo, el suyo, se hacía un poco más grande.
Su debut llegó en Copa del Rey, contra el Sporting de Gijón, en unos Campos de Sport que olían a partido serio. Para un chaval de 17 años que aún se parte la cabeza con los apuntes de segundo de bachillerato y que siempre ha jugado en La Albericia, la llamada era un hito. Salinas había ido escalando poco a poco. El primero de los chavales de La Albericia en saltar al campo esta temporada había sido Marco Carrascal, cuando sustituyó a Íñigo Vicente en el minuto 84 de un Racing-Levante. Ahora le tocaba a él. En su primera titularidad disfrazó la incertidumbre de confianza y demostró lo que había aprendido en las Instalaciones Nando Yosu. Esa noche fue titular y jugó de central (aunque también se desenvuelve en el lateral). Zurdo y veloz, con una salida de balón limpia y un aire de profesionalidad impropia para su edad, se las tuvo que ver con Jordy Caicedo y le aguantó durante 90 minutos. Pasó la prueba con creces. Un 1-0 y a la siguiente ronda.
Después vinieron más partidos. Otra noche de Copa, contra el Celta, en la que disputó 12 minutos, y su estreno en Liga ante el Eldense. Ahí, en un 2-2, se volvió a poner la camiseta de titular y se mantuvo otros 90 minutos sobre el césped. El chico sigue coleccionando barreras que rompe con solvencia. Pero Salinas no es el único que está llamando a la puerta. José Alberto ha abierto la cancela del primer equipo a varios brotes verdes crecidos al calor de La Albericia. En lo que va de temporada han debutado seis canteranos con el Racing. Algunos con un suspiro de minutos, otros con la suficiente presencia como para empezar a escribir su historia.
El primero en probar el vértigo fue Marco Carrascal (Soto de la Marina, 2003), un central de mucho carácter y rigor táctico. Fue el pionero en esta hornada de estrenos, cuando José Alberto lo lanzó al césped en la jornada 9 ante el Levante. Aquel día El Sardinero ardía de ilusión y él lo vivió de cerca durante seis minutos. Después llegaron los encuentros ante Cádiz y Burgos, hasta alcanzar tres partidos de experiencia en Segunda. Dos minutos contra los gaditanos y 24 contra los burgaleses, cuando el equipo ya ganaba 2-0 y había que amarrar el resultado. Apariciones cortas. Minutos que parecen poca cosa, pero que en Segunda División valen su peso en oro.
En defensa, junto a Carrascal y Salinas, otro de los que ha tenido su bautizo es Íñigo Gomeza (Berango, 2002). Un central zurdo con la misma personalidad que Carrascal, pero con la pierna cambiada, con buena salida de balón y líder, de los que ordenan la zaga con voz de mando y gestos de autoridad. Debutó en Copa ante el Lanzarote y completó 90 minutos en un partido que sirvió para medir su temple y su capacidad para encajar en el sistema. Con él compartió debut otro defensa, Aitor Crespo (Santander, 2005), un central que parece haber nacido para las batallas.
Fuerte, ganador de duelos y con un juego aéreo dominante, su estreno en Copa también fue ante el Lanzarote, pero el destino le tenía reservada una prueba más dura. Se rompió el peroné en un partido ante el Laredo con el Rayo Cantabria. Cayó mal al rematar de cabeza y ha empezado una recuperación que ahora es su partido más importante. Sigue en la grada, pero no se ha ido. A su edad, no hay fractura que apague el hambre.
Diego Díaz (Cartes, 2005) todavía no ha mostrado todo lo que es capaz de hacer, pero se llevó un trozo de historia en la jornada 23. Contra el Racing de Ferrol, con el equipo lanzado y el estadio disfrutando, entró en el 68 y jugó 23 minutos en los que le dio tiempo a demostrar por qué José Alberto confió en él. Tiene talento, genera ocasiones, sabe finalizar, pero también asistir y cuenta con un golpeo que promete noches de portería. A pesar de eso, ha jugado menos de lo esperado. Estuvo en la goleada a los gallegos y en la jornada 19, con el Racing perdiendo ante el Huesca. Díaz disfrutó de 11 minutos. En total, 34. No es mucho, pero en un equipo que lidera la Segunda División, cada segundo cuenta. Su oportunidad está por llegar.
El último en recibir la llamada de José Alberto fue Izan Yurrieta (Colindres, 2003). También contra el Racing de Ferrol, con 6-0 en el marcador y la oportunidad perfecta para saborear el momento. Entró en el 80 y en diez minutos dejó claro que tiene calidad, que entiende el juego y que está recuperando el camino después de algunas lesiones que cortaron su progresión. Para todos ellos lo que pasa después del debut es la verdadera historia. El trabajo de cada día, el partido con el filial después de haber probado el estadio grande, la sensación de saber que ya se ha estado ahí, pero que no puedes acomodarte porque la oportunidad no viene con garantías. Después hay que mantenerse.
Mensaje de atención al Rayo Cantabria
Cuando José Alberto incluye canteranos en la convocatoria no es para completarla o rellenar. Cree que pueden tener su oportunidad, e incluso Salinas la ha disfrutado ya de inicio. «Subimos y bajamos jugadores –del Rayo Cantabria— en función de lo que creemos que nos pueden ayudar y siempre teniendo en cuenta que si viajan con nosotros es porque tienen posibilidades de participar; otra cosa es que luego lo hagan o no. No voy a llevar a ningún futbolista si no creo que lo voy a poder utilizar si es necesario. Si viajan es porque tienen oportunidades de jugar», resumía ayer.
Pero al mismo tiempo no regala nada. Tampoco los oídos. El técnico es consciente de que «para los chicos del filial a veces es complicado estar subiendo al primer equipo, bajando al segundo y dar rendimiento, hay casos en los que les puede afectar, pero tienen que estar centrados en hacerlo bien donde estén» porque «es en la competición, con su equipo» donde tienen que demostrar también su valía y «tienen que dar mucho más de lo que estamos viendo en las últimas semanas».
El asturiano sigue de cerca la evolución del Rayo Cantabria y quiere más de sus promesas para que se puedan consolidar progresivamente en el primer equipo. «Hay que intentar –en los entrenamientos con el primer equipo– ayudarles en la mejora individual, pero después el rendimiento se demuestra en la competición, y ahí es donde tienen que apretar». Todo porque se muestra crítico con los últimos partidos: «Tienen que dar más de lo que están dando en las últimas semanas, porque en caso contrario, en vez de acercarse, se están alejando».
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