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Sí, es evidente que las pretemporadas se crearon como período preparatorio. Ese es el objetivo principal. Pero también es cierto que las semanas previas a la competición sirven para medir capacidades y generar ilusiones. Y esta peculiar precampaña en mitad de la pandemia es ... bipolar para el racinguismo. Ha alimentado las esperanzas, porque, después de muchos años, los chavales de la cantera tendrán una merecida oportunidad. Sin embargo, de forma paulatina la preocupación se va gestando por el nivel global de una plantilla que está obligada a luchar por el ascenso y que, de momento, parece lejos de estar preparada para esa cota innegociable. Con el agravante de que el no meterse entre los tres primeros de la fase inicial de la competición será, en la práctica, un descenso de categoría. El mayor fracaso deportivo de la historia del club. Y eso que últimamente el listón se ha puesto bastante alto. O bajo, según se mire. Quedan dos semanas de mercado y cuatro para que arranque la competición y el secretario técnico, Pedro Menéndez, y el técnico, Javi Rozada, cada uno en su parcela, tienen mucho trabajo por delante.
Porteros. Iván Crespo y Lucas Díaz.
Defensas. Álvaro Mantilla, Diego Ceballos, Jordi Figueras, Óscar Gil, Joan Maynau y Pablo Andrade.
Centrocampistas. Alberto Villapalos, Martín Solar, Íñigo Sainz-Maza, Pablo Torre, Álvaro Bustos, Álvaro Cejudo y Marco Camus.
Delanteros. Jon Ander, Javier Siverio y Adrián Balboa.
Lo cierto es que, si a Chuti Molina el Grupo Pitma le dio un talonario en blanco para salir a comprar –«Somos el Racing, tenemos dinero y somos caprichosos», dijo el manchego–, a Menéndez la propiedad le ha dejado el presupuesto reducido a la mitad. Y con lo condenado por las altas fichas de los que continúan –Iván Crespo, Figueras, Cejudo, Jon Ander y Óscar Gil– y lo gastado en el resto de la plantilla el margen que le queda al responsable deportivo es escaso para fichar, según él mismo ha reconocido, «un delantero, un hombre de banda y un central». Gente que dé un plus para «rodear el talento de los críos». Mientras otros clubes potentes de la categoría van de agente en agente con la Visa en la mano, al asturiano le toca marchar con calderilla y tirar de labia para vender proyecto, historia, estadio y una bonita ciudad para vivir.
El club, con dos semanas aún de margen, ya cerró el cásting entre los canteranos para el primer equipo. Íñigo Sainz-Maza, Mantilla, Ceballos, Pablo Torre y Marco Camus se unen a Siverio y Lucas Díaz en la plantilla.
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Sergio Herrero
A partir de ahí, desde la parte de atrás hacia la de vanguardia, la portería lleva cerrada prácticamente desde el inicio. Desde que Iván Crespo rubricó su renovación por una temporada más y compartirá meta con Lucas Díaz. Ahí no hay duda. El veterano y el joven son de absolutas garantías para esta categoría.
Para el lateral derecho, el club ha decidido cerrar la posición con dos de los jóvenes en detrimento de buscar al menos un futbolista más experimentado. Mantilla y Ceballos competirán por el puesto. Otro canterano como Íñigo Sainz-Maza tiene capacidad para actuar ahí, pero el cuerpo técnico lo ve como un mediocentro defensivo.
Por el contrario, para el otro flanco el Racing ha realizado hasta tres incorporaciones en este extraño verano. Con experiencia en Segunda División B, pero aún con muchas dudas por disipar. Simón fue el primero en llegar y también será el primero en salir de la plantilla. Con destino al Rayo Cantabria o cedido a otro club. Los fichajes del brasileño Pablo Andrade y Joan Maynau le han cerrado el paso. El problema es que el primero apenas ha jugado un rato esta pretemporada, a causa de las lesiones, y el catalán ni siquiera ha podido debutar por el mismo motivo. El nivel de ambos es una incógnita.
En el centro de la zaga falta gente, tal y como reconoce Pedro Menéndez. A priori, Figueras y Óscar Gil –ahora lesionado– forman una dupla solvente para la categoría. El recién llegado Alberto Villapalos, centrocampista defensivo, puede hacer las veces de cuarto central para situaciones de emergencia. Pero hace falta otro zaguero, que el secretario técnico está buscando en el mercado. En el nacional y en el internacional, con especial ojo en el latinoamericano. El club anunció el lunes que los canteranos Miguel Goñi y Juan Gutiérrez no formarán parte de la primera plantilla.
Para la sala de máquinas, desde fuera, parece que hace falta algo más, pero, según el testimonio de Pedro Menéndez esa no es una prioridad, pese a que el club trabaja en la incorporación del ovetense Edu Cortina. El fichaje de Alberto Villapalos le ha dado empaque al centro del campo racinguista, especialmente en el aspecto defensivo. En esas tareas de trabajo entra también un Íñigo Sainz-Maza que ha sido de lo más destacado de la pretemporada. Y ha brillado, por momentos, Martín Solar, con un perfil eminentemente ofensivo, aunque Rozada quiere acostumbrarle también a otras funciones más conservadoras. El cuarto de a bordo es Ismael Benktib, una apuesta aún por valorar.
El Racing no cuenta, a día de hoy, con ningún extremo diestro puro. Para las bandas de ataque cuenta con Marco Camus y Álvaro Bustos. Ambos pueden actuar –incluso, especialmente en el caso del asturiano, mejoran su rendimiento en esa posición–, pero las alternativas son más limitadas al no disponer de jugadores de otro perfil. De ahí que el propio Menéndez sea consciente de que hace falta otro jugador que actúe cerca de la línea. Incluso podría faltar un par de ellos, salvo que a Maynau le cuenten también como un lateral reconvertible a extremo zurdo.
Para la mediapunta no hace falta nada más. El Racing en esa posición tiene talento, experiencia, juventud y gol. Las opciones que brinda tener a dos futbolistas como Álvaro Cejudo y el joven Pablo Torre supone una envidia para cualquier club de la categoría. Aún falta ver, cuando llegué la temporada, si el cordobés mantiene el nivel de forma del pasado curso y al de Soto de la Marina, juvenil de segundo año, le queda crecer y curtirse para rendir al máximo. Nada que el tiempo y los minutos no arreglen.
Si el gol se paga caro es por algo y, a día de hoy, la delantera todavía genera dudas en el Racing. Pese a que la afición verdiblanca aún no conoce a Adrián 'Rocky' Balboa. El apodo promete a la hora de percutir en el área rival, pero sus números son de otro tipo de ariete. Más trabajo que pólvora. Siverio, gran rematador, parece poco compatible con el estilo presionante que quiere imponer Rozada y Jon Ander aún no ha tenido continuidad tras su grave lesión. Otro nueve vendrá, aunque habrá que ver lo que puede hacer Pedro Menéndez con el presupuesto de que dispone.
Este miércoles, la plantilla racinguista tendrá una importante prueba de estrés. Y ante su público, aunque sólo sean mil los aficionados que entren al estadio. El Bilbao Athletic es, sobre el papel, uno de los principales rivales en la primera fase del campeonato. Ya, los partidos de pretemporada no son vinculantes, pero las impresiones, las sensaciones y el poso, quedan. «Si tenemos que hacer un esfuerzo por alguna operación que merezca la pena seguro que la propiedad nos apoyará», dijo el lunes un Pedro Menéndez que, tal y como prometió a su llegada, está contando cada euro como si fuese suyo. Básicamente porque no hay más.
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