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Algo más de un tercio de Liga y un cambio de entrenador ha tenido que esperar Sergio Ruiz para recuperar su sitio en el Racing. El cántabro apunta a titular el próximo domingo ante el Elche después de diez jornadas sin serlo, un tiempo en ... el que ha sido uplente y durante el que le ha tocado jugar y ser ese revulsivo de última hora, o no hacerlo y calentar banquillo todo el partido. El entrenamiento de ayer en La Albericia confirma lo que se intuía después de que en Lugo Cristóbal, en el debut como técnico del Racing, apostara por él, así como el pasado domingo ante el Extremadura. En las dos ocasiones, por fin, aprovechó su oportunidad y convenció al nuevo entrenador racinguista. Salvo sorpresa o cambio de rumbo en lo que queda de semana, el cántabro será la principal novedad en el equipo en el Martínez Valero de Elche.
Los entrenamientos de Cristóbal son más evidentes a diferencia de los de Ania. En las sesiones dirigidas por el cordobés pueden intuirse algunas propuestas. Se esconde menos. Es de la antigua escuela. Por eso ayer se pudo comprobar que Sergio Ruiz es más que probable que sea una de las balas que el entrenador introduzca el domingo en ese afán que tiene por darle más llegada al centro del campo y conseguir que los jugadores de segunda línea tengan opciones ofensivas.
De los cinco efectivos para el centro del campo, el único que es diferente o, al menos, posee unas virtudes que el resto carece es Sergio Ruiz. El cántabro tiene tendencia a correr hacia delante, a filtrar pases entre líneas y a sumarse al ataque en cuanto tiene ocasión. Bien es cierto que en sus inicios cometía excesos que podían salirles caros a su equipo; su excesiva conducción le hacía perder la posición y en caso de pérdida debía correr para atrás más de lo necesario y razonable. Los 34 partidos de la pasada temporada le curaron sus males y terminó siendo un futbolista más comedido. Ahora bien, aún con todo, sigue siendo a diferencia de Nkaka, Kitoko, Toribio y Mario Ortiz -sus compañeros en el pivote- el futbolista con mayor perfil ofensivo de todos. Cristóbal, que como bien dijo en su presentación ya ha seguido este año al Racing «en bastantes jornadas», esa virtud le encaja como necesidad en este momento. En Lugo, el míster, sacó del partido a Mario Ortiz, mucho más posicional que el cántabro, e introdujo al de El Astillero. El equipo recibió un empujón, de hecho Sergio Ruiz tuvo una ocasión clarísima en un mano a mano con Ander, el guardameta del conjunto lucense. Pudo ser el gol de la victoria, cuando el duelo agonizaba, pero se lo detuvo el meta. Sin embargo, su actuación refrendó ese paso adelante, mínimo y testimonial, que dio el equipo.
13 partidos: Ha participado en trece jornadas de Liga, como pivote y como media punta.
Versatilidad: Ania lo utilizó en el centro del campo formando pareja con Mario Ortiz, pero también lo hizo con Toribio y en un trivote con Mario y Nkaka, ante el Rayo.
5 partidos como titular: Empezó con protagonismo, pero desde la jornada 8 no entra en el once inicial.
Sin suerte: En la primera jornada no jugó, pero regresó en la segunda y repitió en la tercera y cuarta, pero los malos resultados y su falta de brillantez le hicieron perder el puesto. Lo recuperó en la 8 ante el Numancia. Atravesó una etapa gris en su juego. No aprovechó sus oportunidades.
Fue más evidente el pasado domingo en El Sardinero, cuando después de una primera parte anodina y sin iniciativa, Cristóbal decidió sacar al cántabro con toda la segunda mitad por delante. Bingo. El Racing mejoró, no toda la culpa fue de Sergio Ruiz pero sí tuvo su cuota de responsabilidad en que el equipo acabará ganando 3 a 0 y el final del partido no se le atragantara. Precisamente esa participación en la segunda victoria del equipo le ha permitido apuntar a titular ante el Elche. Será la principal novedad, pero no la única, ya que Cristóbal tiene dudas en el lateral derecho, donde Carmona ha aprovechado muy bien sus oportunidades mientras Buñuel estuvo con la selección, así como en la delantera, donde Nuha podría recuperar pese a los intentos de que David Rodríguez -en Alcorcón con Ania en el banquillo y ante el Extremadura, con Cristóbal- aporte aquello para lo que se le fichó.
La temporada de Sergio Ruiz ha sido una montaña rusa hasta el momento. Empezó el verano como uno de los futbolistas más importantes del equipo, a consecuencia de su impresionante trayectoria durante el curso pasado. Además, los despidos de Quique Rivero y Rafa de Vicente, rivales suyos en la medular, aún le dejaban más claro el camino. Sin embargo, la política de fichajes reforzó la posición en cantidad y con jugadores con perfiles muy similares; a Kitoko y Mario Ortiz, se unieron Toribio y Nkaka. Los dos futbolistas venían de Segunda, uno del Alcorcón y otro del Almería, y ambos llegaron a Santander en calidad de cedidos. Las posibilidades de jugar se complicaban para un joven Sergio Ruiz que debutaba en la categoría, el único precisamente de los cinco que lo iba a hacer esta temporada.
Sergio no fue titular en la primera jornada de Liga ante el Málaga; lo fueron Mario Ortiz y Kitoko. Sí que lo fue en la segunda, ante el Almería, pero como consecuencia de la ausencia de Mario Ortiz, sancionado por su expulsión ante el Málaga. Repitió esa privilegiada condición con Iván Ania en las tres jornadas siguientes; frente a Las Palmas, en el primer partido a domicilio, ante el Cádiz y contra el Rayo Vallecano. En los dos primeros formó con Mario Ortiz como compañero en la sala de máquinas, rememorando la pareja del año pasado. En Vallecas, en cambio, Ania apostó por un cambio de sistema y aprovechó, precisamente, esas cualidades de Sergio Ruiz para llegar a la portería rival y planteó un trivote en el centro del campo con Nkaka y Mario por detrás del cántabro. No salió bien el experimento, pese a no jugar mal del todo el equipo, y a partir de entonces desapareció de las alineaciones. Ejerció de suplente hasta la jornada ocho, ante el Numancia, en la que volvió a formar dúo con Mario. Ese fue el último día que jugó de inicio. Pasó por una crisis personal, al margen de que el equipo no ganase, y de ser uno de los más demandados por la grada en los cambios, pasó a limitar sus minutos. No aprovechó varias ocasiones que le brindó Ania y su importancia y presencia comenzaron a decaer significativamente.
La llegada de un nuevo entrenador a un equipo siempre es un momento prioritario para aquellos futbolistas que con el anterior no juegan. Para Sergio Ruiz que Cristóbal cogiera las riendas significó un acicate de motivación que parece que pronto ha surtido efecto. Si finalmente se confirma y el cordobés le incluye en el once inicial, será la mejor manera de ganarse otra vez el sitio que perdió.
Por los ensayos de ayer, Toribio podría ser su compañero en el centro del campo. Mario, indiscutible hasta ahora, sería el damnificado. En el fútbol existe una máxima y es que si 'las cosas funcionan, no se deben tocar'. Una buena actuación ante el Elche sería fundamental para recuperar buena parte de su autoestima y del camino perdido. Cristóbal quiere que su equipo no cometa fallos en defensa y que no pierda el orden, pero sabe que con empates no conseguirá la cifra de puntos que necesita para la permanencia. Necesita ganar partidos y para «eso hay que tener el balón y atacar», aseguró el cordobés. Adelante.
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