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Iván Crespo (portero y capitán del Racing), Pablo Lago (entrenador de la Gimnástica), José Ángel Peláez (presidente de la Federación Cántabra de Fútbol), Iván Ania (entrenador del Racing) y Borja Camus (defensa y capitán de la Gimnástica) posan este miércoles en la sede de la Mutua de la Federación Cántabra. Foto:Celedonio / Vídeo: Héctor Díaz

«Tiene que ser una fiesta»

Los entrenadores y capitanes de Racing y Gimnástica animan el derbi del domingo sin calentarlo

Aser Falagán

Santander

Miércoles, 21 de noviembre 2018

Fiesta, histórico, especial, derbi, celebración. Son las primeras palabras que se verbalizan al hablar del Racing-Gimnástica del domingo a las 17.00 horas en los Campos de Sport. Las que pronuncian todos. Porque son las que tocan, cierto. Pero también por convicción, al menos en algunos de los casos. Los entrenadores de ambos equipos saben bastante de derbis. No del cántabro, en el que se examinan dentro de tres días, sino del asturiano. A finales de 1994 Pablo e Iván, Lago yAnia, eran dos jóvenes promesas del Vetusta. Uno, el que ahora entrena a la Gimnástica, se convirtió en un trotamundos que jugó incluso dos temporadas con el eterno rival, el Sporting, y también con el Racing, aunque ahora usa el 'ellos' para hablar de los verdiblancos en su contraposición con el 'nosotros' gimnástico. Ania también pasó por muchos equipos, pero tras una larga etapa en el primer equipo del Oviedo, que dejó con el descenso y crisis carbayona. Los dos ofrecen, eso sí, un mensaje de concordia mientras evocan la amistad forjada en la ciudad deportiva del Oviedo en una etapa que deja poso, porque es una edad en la que todo es importantísimo.

«Tanta prensa en un miércoles jugando un domingo deja muy claro que es un partido muy importante para el fútbol cántabro y esperemos que sea una fiesta». Las palabras del entrenador del Racing, Iván Ania, resumen el sentir general de la Cantabria futbolística. Y de la futbolera. Y el empeño de ambos clubes en que el duelo de vecinos no se vaya de las manos en lo social. De ahí ese encuentro entre técnicos y capitanes. Para escenificar la necesaria concordia antes de un partido más que esperado.

Dos asturianos que se conocen bien. Cuña de la misma madera. Dispuestos a batir a su amigo, pero adversario. El domingo, su mayor adversario. Personifican así lo que debe ser el derbi: rivalidad y concordia. «Iván y yo hemos jugado muchos años juntos, nos conocemos mucho, cada poco tiempo hablamos y tenemos muy buena relación, como tiene que ser esta semana entre las aficiones y entre los jugadores en el campo.Lógicamente cada uno compite por sus intereses, pero siempre desde el respeto», explicaba el técnico gimnástico. Los mismo decía Iván Ania. Se conocen. No es habitual que 27 años después del último derbi los dos entrenadores sean asturianos, formados en el Oviedo –más querido en Torrelavega que enSantander– y amigos. Pero así es.

«Estos partidos tiene que ser de rivalidad en el campo y amistad fuera; eso es lo más importante. Las dos aficiones lucharán por su equipo y le apoyarán, pero luego cuando termine el partido debe haber civismo, cordialidad y una fiesta para todos».

Duelo incruento

Fiesta, fiesta, fiesta. En el mejor sentido. Una palabra repetida como un mantra. «Una fiesta para el deporte cántabro y para Cantabria, porque lo que tiene que hacer el fútbol es unir», decía Iván Ania. La palabra clave para una cita que también las peñas han tratado de animar, pero no de calentar. Incluso aquellas que por uno y otro lado han renunciado a la quedada conjunta lo han hecho con gran tacto para no encender ánimos. Por coherencia con sus convicciones, pero sin incendiar el ambiente en un duelo que se prepara con gran expectación y algunas dosis de emotividad, pero desde la concordia. Así lo quiso escenificar el presidente de la Federación Cántabra de Fútbol, que por aquello de ofrecer un territorio neutral ejerció como anfitrión en la Mutualidad de la FCF, en Bezana. Un partido que José Ángel Peláez define como «bueno para Cantabria y para todos». Y al mismo tiempo lanzó un deseo; una consigna. Un mensaje. «Que no haya ningún tipo de incidente y que los dos equipos y sus aficiones se den la mano al empezar el partido y, sobre todo, al final». Y, claro, lo que toca: «Que cuando acabe la temporada los dos equipos consigan los objetivos».

«Son partidos especiales, si cabe en este caso más por el tiempo que ha pasado desde el último. La afición así nos lo ha hecho sentir», acotaba Pablo Lago, que también vio el fútbol desde la perspectiva santanderina en los tiempos felices en los que el Racing jugaba en Primera División. Y es que el técnico asturiano es consciente de la ilusión que rezuma Torrelavega ante el derbi, pero la quiere canalizar adecuadamente en lo que ha sido una decidida apuesta de los dos clubes.

Lo mismo intentaba Iván Ania, aunque fiel a su propio carácter el entrenador del Racing tampoco esconde el rol de su equipo: «Creo que somos favoritos no solo en este partido de Liga, sino en todos». Pero es consciente de la diferencia: «Todos los rivales tienen una motivación extra cuando juegan contra nosotros , y en este caso más todavía». Claro que su paisano tampoco se achanta, aunque no escenifique tanto sus estados de ánimo. Y es que, consciente de que la Gimnástica parte a priori, y solo a priori, como teórica víctima, avisaba de sus intenciones a su «impulsivo» colega: «Vamos a ir a por los tres puntos, como todas las semanas. Así que no me atrevo a dar un resultado, podéis poner el que queráis, pero con un dos». La ambición de ambos es lógica. El Racing es líder indiscutible y la Gimnástica suma cuatro jornadas invicta e imbatida. No solo no ha perdido en un mes (pese a tener algunos adversarios muy serios), sino que no ha encajado un solo gol.

Claro que si le da por tomar la otra perspectiva, Lago es también realista: «Sabemos que va a ser probablemente el rival más complicado de la temporada. Por los números que lleva, por presupuesto, por plantilla, porque juega en su estadio con su gente». Claro que también sabe tirar de manual y regatear la presión con varias frases clásicas: «Lo que tenemos que hacer es ir muy mentalizados de hacer muy bien lo que sabemos. Si somos igual de competitivos que en las últimas semanas y jugando a un solo partido puede pasar cualquier cosa. Y ahí es donde tenemos que jugar nuestras bazas». Todo porque en un derbi «puedes venir de una buena racha y no hacer buen partido y al revés».

Mismo mensaje

El mismo manual que se edita en Vegadeo es el que se distribuye en Oviedo. Las mismas consignas del fútbol para analizar el partido con frialdad desde lo deportivo, más allá del componente afectivo. Porque una cosa es hacerse la foto de rigor, contribuir a la concordia y de paso promocionar el derbi y otra muy diferentes ofrecer pistas al rival sobre lo que se encontrará sobre el césped. Ania, que se lo oculta casi hasta a sí mismo, no se lo iba a contar a toda la prensa y a los rivales en su propia cara. Así que cuando le tocó hablar del partido en sí abrió el manual por otra página, aunque muy cercana: «Tenemos que afrontarlo desde la tranquilidad y el convencimiento de que tenemos que usar nuestras armas y estar tranquilos; que el entorno no nos afecte y hacer lo que hacemos habitualmente; nada distinto. Hay que ser conscientes de que la diferencia entre un equipo y otro se iguala en los derbis por las ganas e intensidad, y lo más importante es que seamos nosotros mismos. Porque sea un partido especial –que lo es– no tenemos que hacer nada raro», acotaba.

Lo mismo decía su paisano, que como todo el entorno blanquiazul no cae en ningún tipo de victimismo: «Son partidos especiales en los que tampoco importa mucho la trayectoria o cómo vengas, y sí cómo te adaptes a competir en ese preciso momento y ante la presión que exige un partido de estas características. Nosotros somos un equipo recién ascendido con mucha humildad, muchas ganas de hacer bien las cosas y una afición y una ciudad detrás que nos empujan y ayudan. Con esos condimentos somos capaces de hacerle frente a cualquiera. Estamos convencidos de que podemos hacer frente a cualquiera», avanzaba Lago, que de paso dejaba una pequeña puya: «La euforia en el rival es positiva para nosotros». Pero era solo un guiño en el análisis futbolístico. Lo de que el derbi tiene que ser una fiesta lo tiene todo el mundo claro. Otra cosa es que por eso de ser un partido hay un marcador que señala un resultado. Y victoria y derrota (o empate). Y unos puntos en juego. Así que necesariamente unos saldrán más contentos que otros. Pero eso, sin ser lo de menos, tampoco es lo de más.

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