Que siga la racha

En circunstancias normales el Racing-Huesca de esta noche tenía que haber sido una oportunidad para tratar de envolver de un gran ambiente un duelo en el que el Racing puede encarrilar su virtual permanencia. En casa, ante un adversario de la clase media y con un buen calendario a corto plazo. Con este particular horario habrá menos público, pero sí la misma ilusión; la de un equipo reivindicado que cree en sí mismo.

Con siete puntos de renta sobre la permanencia y un partido menos, el Racing no podía ni imaginar esta situación cuando diez jornadas atrás cambió de entrenador. Entonces estaba en descenso después de cinco derrotas consecutivas. Ahora, ganar al Huesca le colocaría con diez de renta sobre la última plaza de pérdida de categoría a falta de once partidos para completar el calendario.

Los aragoneses son un adversario, a priori, superior, pero un Racing en recuperación que ha sumado 18 puntos en las diez últimas jornadas (con su nuevo técnico solo ha perdido dos partidos) está en condiciones de derrotarle.

Sobre el equipo no hay muchas dudas. Si acaso, si el acompañante de Íñigo Sainz-Maza, que regresa tras cumplir un partido de sanción, es Juergen o Aldasoro, y si José Alberto decide dar una oportunidad como titular a Marco Sangalli en detrimento de uno de los tres mediapuntas.

Los del Cuco Ziganda son décimos con 40 puntos, solo cuatro más que los verdiblancos, que de ganar esta noche se colocarán también a rebufo de los azulgrana en su constante progresión con un calendario además a favor, puesto que la semana que viene los cántabros visitarán el Anxo Carro para enfrentarse al Lugo, que comparte la última plaza con el Ibiza.

Con todo este contexto, una de las preocupaciones de José Alberto López es evitar la relajación. «No hay nada hecho», es la nueva consigna racinguista cuando se enfila el último tercio de competición. El riesgo de quedarse sin objetivos, en tierra de nadie con una gran renta sobre el descenso y muy lejos del play off de ascenso, es un hecho. Pero el Racing aún debe sumar puntos para evitar sorpresas negativas. La permanencia estará muy por encima de los 40 puntos.

Por lo demás, el once que se ha consolidado con la recuperación de un Racing en el que el nuevo técnico, que ya no lo es tanto, tiene un equipo tipo que solo cambia por las necesidades de cada semana en forma de lesiones o sanciones.

Dani Fernández, Germán, Rubén Alves y Saúl arroparán a Miquel Parera en la defensa. Por delante de ellos estará un Íñigo que ha aprovechado además su partido de sanción para recuperarse de las molestias que arrastraba. Dos semanas con menos carga le han venido muy bien al de Ampuero, que volverá a portar el brazalete de capitán y a ser la referencia en el eje.

Con él estarán Aritz Aldasoro o Juergen Elitim. El colombiano gozaba del estatus de titular hasta su última lesión, pero el buen rendimiento del guipuzcoano le ha consolidado en la medular. La semana pasada la ausencia de Íñigo propició que ambos jugaran juntos, pero ante el regreso del de Ampuero uno de los dos irá al banquillo. Hace dos semanas fue el hispanocolombiano el que se quedó sin jugar, aunque tuvo minutos en el segundo tiempo, con lo que Aldasoro parece partir con ventaja en esa pugna por ser el otro eje del equipo.

Muy clara está también la zona de ataque, con Jordi Mboula por la derecha, Jorge Pombo en la mediapunta e Íñigo Vicente por la izquierda. Todos ellos con la misión de enlazar con Roko Baturina, que será de nuevo el delantero titular, y tratar de aportar gol, porque si en algo no ha mejorado el Racing ha sido en la alarmante falta de efectividad de sus 'nueves'.

Con el Huesca llegarán a Santander dos exverdiblancos: Patrick Soko y Enzo Lombardo. Ninguno de los dos son titulares, pero ambos están convocados. El camerunés comenzó el año como titular, pero con el paso de las jornadas ha perdido protagonismo en un Huesca al que las cosas no le están saliendo como esperaba. El proyecto del Cuco Ziganda tiene como objetivo estar en el play off de ascenso, una meta que aún tiene a su alcance, pero que se ha tornado algo lejana.

En cuanto al hispanofrancés, las lesiones han condicionado su carrera desde que abandonó los Campos de Sport y esta temporada solo ha disputado dos partidos, ambos como suplente, con lo que es complicado que pueda salir de nuevo al césped de los Campos de Sport, el que fue su estadio durante dos años.

No serán los únicos futbolistas a los que el partido les traiga recuerdos. También el racinguista Jordi Mboula jugó en la temporada 19-20, que comenzó aún como juvenil, en el Huesca, aunque en aquel curso solo llegó a disputar nueve partidos en Segunda División, dos de ellos como titular y el resto saliendo desde el banquillo.

Los azulgrana son en cierto modo como el Racing de Romo. No marcan demasiado, pero rentabilizan muy bien sus tantos gracias a un gran sistema defensivo, que ha permitido que Andrés Fernández solo haya encajado 25 tantos en toda la temporada (y ya van 30 partidos).

No han tenido demasiada fortuna con las lesiones, lo que ha obligado a Ziganda a hacer constantes cambios en la alineación, pero el navarro ha tenido esta semana una buena noticia con la recuperación de Kento Hashimoto, que se perdió el partido de la semana pasada ante el Levante y de Kanté, uno de sus recambios habituales en la delantera. Buenas noticias para el Huesca; malas para el Racing. Sin embargo, el técnico azulgrana tendrá que lidiar con las bajas por lesión de Cristian Salvador y del osasunista Javi Martínez, uno de los refuerzos de invierno que solo ha podido disputar por ahora dos partidos de Liga.

José Alberto, sin embargo, ha contado por primera vez desde su llegada con todos sus futbolistas, sin bajas por sanción o lesión salvo la de Pablo Bobadilla, un lesionado de larga duración con quien además no contaba el club, pero que no pudo salir en el mercado de invierno precisamente por encontrarse de baja. El resto está en plenas condiciones y a disposición del entrenador, lo que no va significar sin embargo que, salvo sorpresa mayúscula, se produzcan muchos cambios.

El Racing tiene un cómodo colchón que le permite afrontar con tranquilidad, sin prisas ni ansiedad, un partido con muchas aristas ante un rival que, por mucho que no esté todo lo arriba que esperaba en la clasificación, también atraviesa buena racha.

Los azulgrana son mucho más efectivos en casa que a domicilio, algo positivo para un Racing que poco a poco está corrigiendo su mala estadística como local a la vez que soluciona, al menos en parte, sus problemas goleadores. No parece el Huesca el mejor adversario para acabar con ellos, basado como está su esquema en una segura defensa. De hecho, y si se atiende a las cifras, lo más probable es un empate con pocos goles o incluso sin ellos. Pero más complicados eran otros retos que se les plantearon a los racinguistas en medio de una complicada temporada de regreso a LaLiga y terminaron -a veces- con victoria, con lo que esta noche no tiene por qué ser una excepción.