Un tiro en el pie a última hora

José Alberto utilizó la plaza de Linarejos como banco de pruebas. Para testar lo que le han puesto entre manos. Así, el once se pareció poco o nada al del sábado anterior en Cartagena. Repitieron Germán Sánchez, Íñigo Sainz-Maza y Pombo –aunque en este caso pegado a la banda izquierda–. El resto, a merecer. Entre ellos el debutante Ezkieta en la portería, Arturo Molina en el doble pivote o Alfon y Peque en la parte de arriba.

Yen tierras jiennenses entraba en juego alguien más: la diferente ambición. Al Linares le apetecía tomarse esta Copa. Para el Racing una obligación en el camino, aunque muchos de sus futbolistas tengan que agradar al nuevo míster. Un empleado del club andaluz hizo una definición de su equipo: «En casa, este equipo pega 'bocaos'». Y así arrancó el encuentro, con los azulones roneando la portería verdiblanca. Y con los cántabros sobando más la pelota en zona defensiva que de costumbre. ¿El nuevo libreto? Un centro de Alfon desde la línea de fondo que no encontró rematador fue lo más prometedor de los visitantes en los primeros veinte minutos.

Los 'bocaos' del Linares fueron al aire. Apenas tuvo trabajo Ezkieta. La tensión local fue bajando e igualándose con la del Racing. En la otra meta, Ernesto sí que tuvo curro. Un centro cerrado de Alfon desviado por un defensa se lo tuvo que quitar de encima el arquero junto al palo corto. Tras el rechace, un disparo de Peque le obligó a hacer una parada acrobática para mandar el balón a córner por encima del travesaño. Y no pasó mucho más. El Linares fue mejor durante la primera mitad, pero el Racing llevó más peligro. Eso sí, empate a cero. Las cosas del fútbol. Y el equipo cántabro, hasta el momento, más parecido al de Guillermo Fernández Romo que al de Cartagena.

Pese a que había bastantes cosas que mejorar, José Alberto mantuvo a los once de inicio en el terreno de juego tras el descanso. De momento, en la primera acción, el Racing se juntó con su segundo central también con amonestación. Con el imán que tiene este equipo para las cartulinas rojas. En la consecuente falta, el disparo de Abeledo se marchó muy desviado.

Ahora sí, el Linares tuvo una oportunidad realmente clara. En un amago de contra, Alfon perdió el balón. Entregó mal. Ypermitió la recontra del cuadro andaluz. Hugo Díaz recibió en el interior del área, se dio la media vuelta y su tiro cruzado lo tocó lo justo Ezkieta para enviar el balón a córner.

El partido se abrió. Idas y venidas. Y en una de ellas, Alfon pinchó un balón que venía del cielo antes de habilitar la subida de Mantilla por el carril izquierdo. El camargués la puso rasa al corazón del área y Sekou Gassama empujó el esférico a la red. El asistente levantó la bandera para señalar fuera de juego. Un tipo con un gorro infantil de Pikachu tras la portería del lituano Ernesto se llevaba las manos a la cabeza.

José Alberto quiso que su equipo diese un paso más. Llamó a Fausto Tienza, Matheus Aiás y el canterano Yeray. Los sustituidos, Sekou Gassama, Alfon y Peque. Así, el míster asturiano dibujó sobre el césped una especie de 4-1-4-1, con el extremeño por delante de la defensa. Yeray, atrevido desde su primer paso sobre el 'prao', lo probó con un chut lejano en el que lo mejor fue la intención. Más certero fue el tiro de Arturo Molina, fuerte pero centrado, que el arquero local tuvo que repeler para evitar un mayor castigo. A esas alturas, y sin muchos alardes, el Racing sí era superior a su rival. Pero el choque seguía empate a cero y la hipótesis de una prórroga empezaba a sobrevolar el lugar. Venga, anda, ¿no queréis marchar de vacaciones cuanto antes? Pues venga.

Quizá con ganas de comer el turrón con los suyos pronto, José Alberto llamó esta vez a Íñigo Vicente. Justo cuando Abeledo probaba desde lejos a un Ezkieta que tampoco tuvo mucha tarea en su estreno como racinguista. Lo intentó solucionar por la vía del cloroformo Jorge Pombo. El aragonés no encontraba hueco para el último pase. Bueno, pues me la juego. El talentoso mediapunta se sacó de la bota derecha un magnífico disparo, rico, con rosquita, buscando la escuadra. Ernesto volvió a responder con acierto. Íñigo Vicente sustituyó a Arturo Molina. En el mismo vértice al que la mandó Pombo la dirigió Yeray tras un córner botado en corto. Durísimo. El portero lituano tampoco falló esta vez. El Racing percutía cada vez con más fuerza. Le faltaba lo último. Al final, lo de siempre.

Pero los verdiblancos no se podían descuidar, porque el Linares, como el toro que mató a Manolete por aquí, tenía capacidad y fuerza para revolverse. El local Fermín es de esos futbolistas que llevan las espinilleras pequeñas y las medias abajo para que no le aprieten la imaginación que guardan en las piernas. Su tiro, raso, obligó a Ezkieta a trabajar. Pombo las medias las lleva arriba, pero para que la calidad no le desborde. En la segunda parte, estaba siendo el mejor. Y la volvió a tener. Su balón al primer palo, pegadito al césped, se fue al lateral de la red. José Alberto gastó su último cambio para el tiempo reglamentario:Mboula reemplazó a Pombo.

El colegiado le dio cinco minutos más a ambos contendientes para intentar evitar la prórroga. Y sí, la sustitución implementada por el míster a última hora fue decisiva. Pero de forma negativa. Jordi Mboula se entretuvo en la frontal del área, le robaron el balón y el Linares, por medio de Samu Corral, logró en el tiempo añadido el tanto que le iba a meter en la siguiente ronda de Copa.

Mucho que mejorar

El Racing se dejó lo que le quedaba en los últimos compases. Un tiempo en el que hubo un posible penalti sobre Germán Sánchez en un intento de remate del gaditano y un tiro fantástico de Íñigo Vicente que se estrelló en el palo. El equipo cántabro había optado al menos a la prórroga, pero su error grosero le quitó los merecimientos. Y así cerró el año 2022. Sí, se ha quitado de encima una Copa que es un marrón para los equipos de Segunda División, pero con muchas cosas que mejorar y bastantes incógnitas de cara a los meses que vienen de la mano del nuevo míster. A pensar en la Liga, que se suele decir. Para un racinguismo harto de descender tras cada ascenso, es a día de hoy lo único importante de verdad.