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Uno de los momentos más polémicos del partido con el árbitro. alberto aja

Demasiados rivales a combatir

El Racing solo empata con el colíder después de que el VAR le anule dos goles y no le señale un claro penalti a favor

Sergio Herrero

Santander

Martes, 1 de noviembre 2022, 17:38

El más difícil todavía. El delantero invisible; la defensa invencible; leones que no rugen en la grada; el entrenador barbudo; un árbitro con función propia y un VAR abierto hasta altas horas de la tarde. Si el Racing monta un circo, le crecen los enanos, ... un tiranosaurio, un urogallo gigante, la prima del Oso Cacho y una réplica exacta de Cabárceno. El equipo de Guillermo Fernández Romo completó un partido genial -especialmente una segunda mitad casi perfecta- frente al colíder Alavés. Acuciado por las bajas, pero honesto en el esfuerzo y la valentía. Lo hizo todo, pero aún así no fue suficiente para ganar. Sólo para empatar. Porque el protagonista de la tarde fue el que debe pasar desapercibido. Y sus colegas a distancia. Una más que posible expulsión obviada en la primera mitad, dos tantos anulados por la intervención desde una sala a 411 kilómetros de aquí y un penalti ignorado hicieron casi inútil el trabajo y quebraron una tarde para recordar en los Campos de Sport. Eso, por hacer un resumen.

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