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Ruth Beitia pasaba el listón con mucha más holgura que la que ha tenido el Racing este miércoles para pasar el primer obstáculo en la Copa Federación. Y eso que la atleta santanderina tenía que ajustar al máximo para alcanzar sus mejores marcas. Por ... el pelo de una gamba, que diría Luis Aragonés. Porque el equipo verdiblanco hizo el mínimo exigible para superar a un equipo inferior que tuvo opciones, reales, de pasar. Tras un inicio prometedor, la relajación y los errores defensivos nuestros de cada día le permitieron al Arenas soñar y merecer lo que el Racing, muy justito –de tamaño, que no de méritos–, se llevó para seguir adelante en la competición.
Racing
Parera, Jorrín, Isma López, Mantilla, Bobadilla, Íñigo (Fausto, min. 62), Borja Domínguez (Marcos Bustillo, min. 73), Manu Justo (Ceballos, min. 82), Camus (Yeray, min. 73), Pablo Torre (Bustos, min. 62) y Cedric.
2
-
1
Arenas de Getxo
Landeta, Grande, Uranga, Murua, Estrada (Arzuaga, min. 46), Cortezón, Escobar (Celihueta, min. 46), Lazka, Diego Rozas (Jonma, min. 57), Zape (Jurgi, min. 69) y Arzalluz (Izeta, min. 62).
Equipo arbitral: Ramo Andrés, del Comité Aragonés, asistido en las bandas por Sanz Torcal (Aragón) y De la Hoya Rocandio (Riojano). Castellanos Argüeso (Cántabro) actuó como cuarto árbitro.
Goles: 1-0, min. 2: Marco Camus. 1-1, min. 29: Uranga. 2-1, min. 44: Manu Justo.
Amonestaciones: Amarilla a los locales Yeray y Fausto Tienza y a los visitantes Grande, Izeta, Lazka, Cortezón y Escobar.
Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde apacible.
El público 2.235 espectadores en las gradas del estadio. Una pobre entrada para ver la primera eliminatoria de la Copa Federación.
Guillermo Fernández Romo hizo un mix entre lo que suponía una oportunidad para los menos habituales y que, en esta competición, de momento no había gran cosa que ganar y sí muchísimo que perder. Porque una hipotética derrota podría haber hecho mucho daño. Al proyecto y al entrenador. Parera y Bobadilla se estrenaron como racinguistas en partido oficial; Isma López, Manu Justo y Marco Camus tuvieron unos minutos de reválida; Íñigo Sainz-Maza, Borja Domínguez, Mantilla, Pablo Torre y Cedric, habituales, cimentaron el once. La elección con más contenido a analizar fue la de poner al canterano Jorrín como lateral derecho. No por la titularidad del chaval, si no por la suplencia de Diego Ceballos, a quien Romo prácticamente le dijo este miércoles que se vaya buscando equipo para enero.
A diferencia de en A Malata, y salvando distancias entre Racing de Ferrol y Arenas, los cántabros fueron a por el triunfo prácticamente desde el calentamiento. Porque cuando el marcador marcaba un minuto y 40 segundos, Marco Camus remató a gol un centro desde la derecha de Manu Justo. Jugada de reivindicaciones. Lo malo que tiene hacer la parte importante de los deberes pronto es que uno se relaja y luego le da pereza completar la faena. También es verdad que el Arenas, con su propia unidad 'b' para afrontar esta competición, tampoco era demasiado exigente con los verdiblancos en la primera mitad. Pero ya se sabe. Está Javier Arenas. Está Eloy Arenas. Está Arenas de Iguña. Está la arena de la playa de El Sardinero. Y después están las arenas movedizas. Y ahí es donde se movía el Racing desde que Marco Camus anotó el gol. Así que, en una falta junto al córner, al equipo vizcaíno le dio por empatar. El balón colgado al área lo remató, cómodo, de cabeza, Uranga. Los centrales eran Mantilla y Bobadilla. Y en esa jugada apareció otro habitual del equipo verdiblanco: la empanadilla.
La colleja supuso un toque de atención a los locales, que, superiores en capacidades, debían demostrar con hechos que realmente eran mejores que su contrincante. Pablo Torre entendió la situación. El de Soto de la Marina caracoleó en la frontal del área y sacó un disparo raso que se estrelló en la cepa del poste derecho del arco de Landeta. Respondió Escobar con un duro tiro que tocó en la pierna de Íñigo y se marchó a córner no muy lejos del arco de Parera. El propio juvenil del Arenas lo intentó acto seguido, esta vez al pecho del arquero racinguista, que cumplimentó su primera intervención.
Marco Camus se tomó la tarde como lo que era para él. Minutos para la exhibición. Con sus galopadas, el Racing encontró la mejor forma de romper las líneas rojinegras. En una de ellas, la pelota terminó en posesión de Manu Justo, en el segundo poste, pero Landeta se echó encima del atacante verdiblanco para tapar su tiro. Exactamente en la misma posición en la que, en el 44, Justo iba a encontrar el pase de Pablo Torre. El canterano hizo el molinillo de Froome dentro del área y la puso al otro lado para que su compañero hiciese el 2-1 justo antes del filial.
Parecía que estaba ya todo dicho, pero no. El Racing es ese equipo al que la lección se le olvida dos veces. Esta vez los vascos no tuvieron suerte, pero Grande se metió hasta el área pequeña. Sin embargo, su pase atrás fue un desastre. Habían pasado dos minutos del arranque... La réplica llegó en un tiro de Marco Camus que repelió Landeta. En el rechace, Manu Justo la mandó demasiado cruzada. Poco después, a Bobadilla se le quedó el balón en el primer palo a la salida de un córner, pero la zaga cerró el remate.
Con el choque de nuevo en fase REM, Fernández Romo inició su ronda de cambios dando entrada a Fausto Tienza y Álvaro Bustos en sustitución de Pablo Torre e Íñigo Sainz-Maza. El Racing tuvo la sentencia en el 70. Un buen robo de Bobadilla propició una contra que, después de muchas indecisiones, terminó con un disparo de Cedric al muñeco; un taconazo de Manu Justo que sacó un zaguero sobre la línea y un tiro de Álvaro Bustos demasiado alto. El míster retiró a Marco Camus y a Borja Domínguez y dio entrada a Yeray y a Marcos Bustillo.
La zaga racinguista, tras un despeje de broma, no la lió por el canto de un duro. Porque Izeta, solo ante Parera, mandó la pelota casi de forma inexplicable al lateral de la red. El resoplido de Guillermo Fernández Romo le movió el tupé al técnico madrileño. Y mientras el único delantero sano de la plantilla, Cedric, se tragaba semejante tostón intersemanal, el entrenador le dio siete minutos, más el añadido, a Diego Ceballos. La Gradona se volcó con el chaval.
El último tramo del choque atufaba a empate que tiraba para atrás. Una volea de Jurgi se la quitó de encima Parera como pudo y en el rechace, al Racing la bandera arlequinada del asistente, que señaló fuera de juego, le salvó la vida, porque Mantilla hizo penalti sobre Cortezón. Sonaron los primeros silbidos en los Campos de Sport.
Estaba tan confiado el Arenas en que iba a llegar el empate que, en un córner en el minuto 87, ya mandó subir al portero, Landeta, a rematar. Pero el protagonista fue para el otro arquero, el racinguista, después de un error en el despeje de Jorrín. El balón le quedó fácil para Cortezón, cuyo duro disparo repelió Parera para evitar el empate. El Racing ya no sabía si pedir la hora o la extremaunción. El pitido final del árbitro fue un alivio, un suspiro, porque si eso se alargaba lo único que iba a crecer era el Arenas y el enfado de la afición. De forma muy justita, pero habrá segunda eliminatoria en esta Copa Federación de penitencia.
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