Un necesario cambio de imagen

El entrenador asturiano no modificó mucho los nombres, pero sí el dibujo. La entrada de Cejudo en una mediapunta compartida con Pablo Torre y el estreno de Soko en banda derecha fueron las novedades individuales. Cédric y Nana fueron los sacrificados. Los otros nueve del tostón de Laredo repitieron. Diego Ceballos y Pablo Torre trataban de aclarar las indicaciones del míster antes del pitido inicial. La falta de continuidad puede generar dudas.

Mientras el Racing se iba quitando el vendaje, a Rozada, desgañitado, no parecían gustarle demasiado las primeras impresiones. Aunque el equipo cántabro, ante un colista pertrechado atrás, pudo adelantarse en el minuto 5. Al veterano Cejudo no le hace falta pasar por el quirófano. Lo que se llevan los años lo suple con su calidad y un poco más de sacrificio cada vez. Y, además, después de ser enviado a un segundo plano por el entrenador, ayer tenía más ganas que nadie. La presión alta verdiblanca tuvo premio. El cordobés robó la pelota a Alain Ribeiro, pero decidió mal. Ni disparó directo ni habilitó a Pablo Torre. Finalmente, perdió ángulo y su tiro lo mandó al lateral de la red.

Las cicatrices provocadas por las intervenciones del míster fueron asentando con el paso de los minutos y el Racing iba a disponer de una nueva opción clara. Tras un saque de esquina, el balón le cayó a Pablo Torre en la frontal del área y la volea del canterano se marchó cerca del poste derecho de la meta de Rabanillo. Habrán notado que Pablo Torre y Cejudo son los futbolistas más nombrados hasta el momento. Ese era, precisamente, el objetivo de Javi Rozada a la hora de cambiar nuevamente el sistema: colocar a sus jugadores más talentosos, juntos, en el terreno de juego.

Más allá de las mejorías propiciadas por los cambios, lo que hizo al equipo verdiblanco muy superior a su rival fue la intensidad. El fuerte ritmo impuesto. Y una de esas acciones a altísima velocidad finalizó con un disparo de Soko que tocó en un defensa y se marchó a córner. Los verdiblancos, incluso, habían logrado llegar a ese punto en el que pueden ganarse el calificativo de dominadores que había prometido el míster y de lo que no había ni rastro hasta el momento.

El problema es que lo guapo y lo feo son algo absolutamente subjetivo. Para todos los gustos. Y el Racing, aunque con mejor cara que en partidos anteriores, de momento no obtenía resultados. En el fútbol, lo mejor y lo peor se mide en goles. Con el paso de los minutos y sin movimientos en el marcador, el Barakaldo se iba sintiendo más cómodo. En los locales iban creciendo las prisas, bajando las ganas y naciendo las imprecisiones. Y el peligro se fue difuminando. En el área vasca, porque Alain Ribeiro cabeceó en el segundo palo un córner y estuvo a centímetros de hacerle saltar los puntos al Racing.

El colegiado mandó a los jugadores a descansar. En la megafonía, Leiva tenía una canción preparada: «Odio al tipo del espejo unos siete días por semana». Dicen que la belleza está en el interior. Y dentro, del vestuario, se fue el Racing a mirarse los defectos. Tiempo de retoques y maquillajes para Javi Rozada. Después del bisturí semanal, a los cántabros les tocaba hacer la de Michael Jackson: cambiar de color... el partido.

52 minutos después del inicio del encuentro, Balboa hizo al fin acto de presencia. Un remate de media chilena del uruguayo se marchó a la grada. No fue la mejor tarde del charrúa, seguro. Rozada aprovechó ese momento para introducir su primera sustitución: Marco Camus reemplazó a Soko en el extremo derecho. Y la tuvo el Racing, pero por el otro flanco. Tras un error defensivo del Barakaldo, la pelota le cayó a Cejudo. El andaluz asistió a Álvaro Bustos y el remate del asturiano tocó entre las piernas del meta Rabanillo antes de estrellarse en el poste.

El Barakaldo pegó un bajón físico notable. A Javi Rozada no se le ocurrió otra cosa que retirar al mejor sobre el césped: Cejudo. Al cordobés la decisión le sentó como el manotazo que pegó a la parte superior del banquillo. Pero a ver quién le discute el cambio al míster después de que el sustituto, Martín Solar, marcase el 1-0 en esa misma acción, una magnífica jugada de estrategia. El técnico parecía Fernando Vázquez celebrando el tanto por la banda.

Si había un lugar por donde al Racing se le podía abrir la herida era por una banda izquierda donde Maynau sufría en lo poco que proponía el cuadro vizcaíno. Un error del catalán lo solventó Ceballos. El canterano, con una amarilla, arriesgó al máximo para comerle la tostada a un Seguín que ya se plantaba en el área.

Rozada agotó los cambios con las entradas de Cédric, Jon Ander y Villapalos en lugar de Álvaro Bustos, Balboa y Pablo Torre. El partido ganó en alternativas, algo negativo para quien va ganando por la mínima. Txulo Aparicio remató en el segundo palo, pero su tiro se marchó demasiado cruzado. En el otro área, Villapalos mandó alto una buena asistencia de Cédric. Quien sí acertó fue Jon Ander en la siguiente acción. Cédric se inventó un fantástico envío para Martín Solar y el cántabro se la puso al delantero vasco para empujar.

Cejudo fue el mejor sobre el terreno de juego hasta que su sustituto le superó. El mediocentro, casi inédito hasta ahora, se reivindicó a lo grande. A su botín anterior le agregó un magnífico tanto tras superar a Rabanillo en su salida. El chaval protagonizó el desatranque racinguista, que hasta su entrada no supo materializar su superioridad. Y con esta victoria el equipo verdiblanco se coloca entre los mejores, a la espera de recuperar el choque aplazado frente al Leioa que le podría aupar a la primera posición. Eso sí, compartido con el intratable Amorebieta.