Borrar
javier Cotera
Fútbol | Segunda División

Se hizo la luz; y lo que costó...

El Racing marca, gana por fin en los Campos de Sport y sale del descenso, en un partido en el que, con uno más desde antes del descanso, suda para romper el empate

Miércoles, 12 de octubre 2022

Podían colocar todos los focos que quisieran en los Campos de Sport, que lo único capaz de iluminar el estadio racinguista a estas alturas era una victoria. Y para eso, lo primero, era meter un gol. Porque en casa, hasta este miércoles, ni ganar ni marcar. Lo que costó que alguien encendiese la luz. Con un rival en inferioridad numérica desde antes del descanso, otra vez con mil y una ocasiones y hasta un balón al poste. No fue hasta el 71 cuando uno de Zaragoza, Jorge Pombo, alumbró el templo racinguista.

Racing

Parera, Dani Fernández, Satrústegui (Saúl García, min. 68), Pol moreno, Rubén Alves, Íñigo Sainz-Maza, Fausto Tienza (Arturo Molina, min. 68), Mboula, Íñigo Vicente (Marco Camus, min. 78), Pombo (Peque, min. 87) y Matheus Aiás (Ayoub, min. 79).

1

-

0

Zaragoza

Cristian Álvarez, Gabi, Jair, Jaume, Iván Azón (Gueye, min. 68), Francho (Zapater, min. 68), Fran Gámez (Puche, min. 78), Giuliano Simeone, Manu Molina (Larra, min. 78), Lluís López y Mollejo (Vada, min. 54).

  • Equipo arbitral. Busquets Ferrer, asistido en las bandas por Bordoy Homar y Jiménez Yustos, todos ellos del Comité Balear. Cuarto: Fernández Buergo (Asturiano); VAR: Vicandi Garrido (Vasco) y AVAR: González Esteban (Vasco).

  • Gol. 1-0, min. 71: Pombo.

  • Amonestaciones Amonestó a los locales Fausto Tienza, Peque y Pombo y a los visitante Cristian Álvarez y Jaume. Expulsó al zaragocista Giuliano Simeone por doble amarilla.

  • Incidencias. Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una noche apacible. 9.972 espectadores.

De lo que anunció Guillermo Fernández Romo en la rueda de prensa previa, nada de nada. Luego dirá que no fue así, pero dio a entender que habría cambios. Y en el once, cero, más allá de lo obligado. Dani Fernández al lateral derecho y Fausto Tienza, al doble pivote. El resto, lo mismo que el domingo anterior en el Ciutat de Valencia. Las rotaciones, si eso, para Huesca.

La intensidad racinguista en los primeros minutos era agradable a la vista. Muy metido y con una fuerte presión que provocaba robos continuos. Sin embargo, cuando el cronómetro se posaba sobre el cinco, una vertiginosa acción zaragocista por la banda derecha dejó a Iván Azón solo en el punto de penalti. Por fortuna, el delantero se hizo el lío él solo y no supo definir. Apagones en defensa, no. Respondió Íñigo Vicente quien, tras birlarle la cartera a Lluís López, remató por encima del travesaño.

Pombo se puso el cachirulo al cuello para dejar al personal a cuadros. Con una gran acción, levantó a la grada y habilitó a Mboula, quien tras una buena maniobra forzó un saque de esquina. Desde el córner, el aragonés puso un centro genial –por fin– y el duro cabezazo de Fausto Tienza se encontró con el cuerpo de Cristian Álvarez.

En el minuto 12, ya estaban todos en los Campos de Sport, porque apareció la polémica arbitral. Giuliano Simeone fue a la disputa de un balón con la pierna arriba y los tacos en ristre. Dani Fernández se llevó la peor parte. El zaragocista, una amarilla que fue más madera para unos racinguistas escocidos por las decisiones arbitrales. Así que en la siguiente acción, Pombo, por una patada que se podía haber ahorrado, se llevó un caramelito de limón. Y Fausto Tienza, otro, por protestar con su vehemencia marca de la casa.

Noticia Relacionada

El Racing, fiel a su tradición, ya empezaba a acumular ocasiones fallidas a favor. Otro balón colgado al área por el mediapunta verdiblanco, esta vez en una falta lateral, lo cabeceó Matheus Aiás, muy ajustado, obligando a Cristian Álvarez a una estirada junto al poste para mandar a córner.

El choque entró en una fase en la que empataban el miedo a fallar de los visitantes y las dificultades locales para culminar las acciones arriba. El Racing alcanzaba los 397 minutos –más los añadidos–en lo que va de Liga sin marcar en su propio estadio. Así que desde la grada les recordaron a los futbolistas verdiblancos de qué va esto: «Y mete un gol...». No hicieron mucho caso. El córner botado por Pombo esta vez fue un horror.

El partido se encaminaba al descanso con las gafas en el marcador. pero, mira por donde, la afición verdiblanca iba a acabar ovacionando una decisión del colegiado. Dicen que de casta le viene al galgo. Giuliano Simeone dejó la plantilla otra vez. En esta ocasión, sobre el pie de Rubén Alves. Busquets Ferrer sacó la segunda amarilla. A la calle. Esta vez la película iba a ser diferente con toda la segunda parte por delante. Al Racing sólo le faltaba, como decía la Rosalía al descanso, salir del Sardi coronao.

La segunda mitad arrancó cual partido de balonmano. Al borde del pasivo. De lado a lado. hasta que entró en escena el máximo goleador verdiblanco, el señor 'en propia puerta', que estuvo a punto de marcar el tercero de su cuenta particular. Un centro de Dani Fernández lo despejó de forma defectuosa Jair. Cristian Álvarez realizó un paradón para evitar el tanto.

Y es que si no lo marca otro, parece imposible. Porque la siguiente de Matheus Aiás fue inmejorable. Y,¿a dónde remató? Al muñeco. A la siguiente, el paulista lo intentó con una fantástica volea. Y, ¿a dónde fue el balón? Al poste. Again. Diez partidos. Nueve palos.

Habían pasado diez minutos de la segunda parte. Y pasaron otros diez más sin que ocurriese nada reseñable por los Campos de Sport. Eso, para el Racing en superioridad numérica, era una malísima señal. Ni peligro. Guillermo Fernández Romo llamó a Arturo Molina y a Saúl García –Fausto Tienza y Satrústegui fueron los sustituidos– para darle más potencial ofensivo a su equipo. Antes de efectuar los cambios, todo el estadio otra vez con las manos en la cabeza. Íñigo Vicente puso genial una falta lateral, al segundo palo. Y el cabezazo de Fausto Tienza fue, de nuevo, fantástico. Pero Cristian Álvarez volvió a lucirse para desesperación e incredulidad de todo el racinguismo.

Jorge Pombo ya le debía haber rezado unas cuantas veces a la Virgen del Pilar, porque lo del Racing no parecía tener explicación terrenal. En el minuto 71, por fin, se hizo la luz. 431 desde el arranque liguero en Segunda División. Saúl forzó un córner. Íñigo Vicente espoleaba a La Gradona mientras marchaba hacia la esquina. La colgó al área y Pombo, de cabeza, rompió la doble maldición. La de los goles en casa y la de las acciones de estrategia. Y casi se la saca el portero otra vez. Ya era hora...

La que sí evitó Cristian Álvarez fue la posterior de Matheus Aiás. Tras una maniobra magnífica del brasileño, su disparo, realmente bueno, lo repelió el guardameta con una soberbia parada. El Racing, los de dentro y los de fuera, querían más. Habían probado la sangre y les había costado tanto morder a su presa que ya no iba a soltar.

Con el 1-0 en el marcador todo se veía mejor. Mucho más claro. Aunque en la grada, por si aún faltaba luz, sacaron las linternas de sus teléfonos móviles. Porque a los verdiblancos se les pasó la efervescencia y los maños andaban rondando el área local. Romo sacó a Marco Camus en lugar de Íñigo Vicente. Y poco después, a Ayoub y Peque por Matheus Aiás y Pombo.

Sin mucha exigencia, porque el Zaragoza tampoco anda para muchos alardes, el Racing aguantó el resultado. Incluso pudo ampliarlo en una genial acción de Peque que Ayoub le quitó en boca de gol. Una victoria que no sólo le saca de los puestos de descenso al equipo cántabra, si no que le catapulta hasta la zona media de la clasificación. A la decimocuarta plaza a la espera de lo que suceda hoy. La celebración en la grada fue acorde a lo que ha costado. Y vaya si se ven las cosas con otra luz por los Campos de Sport.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Se hizo la luz; y lo que costó...