Abajo el periscopio

Lo de qué equipo es el 'Submarino amarillo' lo tendrán que decidir entre Cádiz y Villarreal, pero ayer, en su visita al filial castellonense, al Racing se le quedó atascado el periscopio. Abajo. El equipo cántabro, con todo a favor para abrir hueco con la zona de descenso y empezar a mirar, incluso, hacia más arriba, acabó cayendo en un choque en el que se puso por delante, la alegría le duró poco y le faltó la ambición que ha tratado de imponer José Alberto desde su llegada al banquillo. Era una gran oportunidad para hundir la flota y meter más enemigos en la lucha por la permanencia. Perdida.

Técnico de cambios casi obligados sobre su once de cabecera, ayer José Alberto repitió la alineación del encuentro ante el Leganés. No por ser reiterada dejó de ser sorprendente. Los que vieron la quinta amarilla, a sentar el trasero en una silla. Juergen y Pombo, al banco. Así, Aldasoro se mantuvo en el doble pivote junto a Íñigo Sainz-Maza e Íñigo Vicente, tras su explosión contra los pepineros, se ha hecho fuerte en la mediapunta, permitiendo a Marco Sangalli estar otra vez en el extremo zurdo. Eso sí, el rendimiento de su equipo entre una cita y otra estuvo a años luz.

Dicen que 'Yellow Submarine' la escribió Paul McCartney una noche. Quizá un domingo a las 21.00 horas. Mejor horario para componer que para ver fútbol. Entre que ensillaba y montaba el Racing, Fer Niño no acertó a rematar un balón colgado al área. 38 segundos. Atrapó Parera. Le hizo los coros Mboula en el otro área con un centro duro y raso que Íker Álvarez no logró atrapar. Despejó la zaga.

Ambos contendientes lo intentaron con el disparo largo. Intercambio de misiles. El Villarreal B probó dos veces. Idénticas. Cerca del poste izquierdo de la meta verdiblanca. Para los cántabros probó Íñigo Sainz-Maza. Desde la frontal. Se marchó alta.

A McCartney le vino la inspiración fruto del aburrimiento. No estaba para muchas historias el partido, la verdad. También es cierto que el Racing estaba cómodo. No tenía prisa y tampoco le estaba haciendo daño el enemigo. Entre otras cosas, porque el capitán, de vuelta a su mejor nivel, se estaba merendando el centro del campo groguet. Lo que sí, el equipo de José Alberto iba creciendo poco a poco en el dominio del juego. Pero no era el equipo ansioso de ocasiones anteriores. Así todo, la mejor oportunidad, tampoco nada espectacular, fue para los amarillos. Fer Niño recibió de espaldas en el área, maniobró con rapidez y disparó duro, sin hallar portería. El primer tiempo fue tan soso que el árbitro señaló el final segundos antes del 45.

En La Cerámica optaron por la versión española del 'Submarino amarillo'. La de 'Los Mustang'. Fue lo más animado de lo que iba de noche en tierras castellonenses. Haissem trató de darle un poco de chispa al asunto. El extremo le hizo el tocomocho a Marco Sangalli y Saúl García en la banda derecha del ataque local. Se metió hacia adentro y su tiro se marchó por encima del travesaño. Aviso a navegantes.

Con Íñigo Vicente mucho menos vistoso y protagonista que durante el show que ofreció frente al Leganés, el equipo verdiblanco pedía a gritos sobre el césped a Pombo y Juergen Elitim si quería optar a algo más que al empate a cero. El aragonés y el colombiano ya calentaban en la banda, junto con Matheus Aiás. Y el brasileño fue el primero en entrar. El sustituido, Baturina. Una hora de encuentro y aquí no ha pasado nada.

Y de la nada, el Racing encontró el gol. Ataque del Villarreal B y Marco Sangalli recupera el balón en el área. El vasco levanta la cabeza y ve a Íñigo Vicente desmarcarse hacia un hueco precioso a la espalda de la zaga amarilla. El pase, certero. El duende de Derio no había brillado, pero reservó la magia para el momento exacto. Galopó hacia el área y con un sutil toque se la puso a Mboula, que le acompañaba a la derecha. Y el catalán, de vaselina, superó a un Íker Álvarez que atropelló al racinguista.

El gol, el golazo, era el salvoconducto para erguir el cuello y mirar hacia arriba. Pero mientras los racinguistas observaban lo que tienen delante en la clasificación, perdieron de vista a Sergio Lozano en la frontal del área. Demasiadas facilidades. El disparo rebotó en Germán Sánchez y la contienda volvió al empate. Con lo bonito que se había puesto... Ahora sí, José Alberto metió al terreno de juego a Pombo y Juergen Elitim, como reemplazo de los dos Íñigos.

Tuvo bastante más efecto negativo el tanto recibido que de mejora los cambios en el equipo. El Villarreal B tomó el control. Collado lo intentó dos veces. La primera pegó en el pecho de Germán Sánchez y se marchó demasiado cruzada. La segunda, floja, a las manos de Parera. José Alberto dio entrada a Yeray y Fausto Tienza por Marco Sangalli y Aldasoro.

El Racing iba a pagar esta vez su falta de ambición. Germán Sánchez se quedó en el sótano. Dejó metros más atrás de la línea de defensa y habilitó espacio para que Carreira no entrase en fuera de juego. Llegó hasta el fondo y la puso atrás, para que Millán hiciese el 2-1. Probablemente, merecido. Al equipo cántabro le quedaba poco más que el añadido para tratar de enmendar el estropicio.

Pero nada. No hubo siquiera capacidad para pensar en rescatar un punto. Ese que matuviese a raya al primero de los rivales en descenso, una Ponferradina que recorta un pelín. Lo positivo, que el Racing sigue en la superficie y dependiendo de sí mismo para lograr la permanencia. «So we sailed on to the sun, 'til we found a sea of green (Así que navegamos hacia el sol, hasta que encontremos un mar de verde)». Habrá que seguir remando.

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